Capítulo 5:
El enfado es quizás la emoción más peligrosa
porque puede tener efectos muy destructivos. Puede que seas un/a drama queen y
llores y/o grites a todo el mundo, puede que seas del tipo frío y te pases días
sin hablar con alguien por lo que te ha hecho. Puede que no te atrevas a
expresar tu enfado nunca porque comprobaste una vez te acaba trayendo
consecuencias todavía más negativas.
Si perpetúas tus enfados y no los
expresas debidamente irán ganando proporciones mayores y finalmente se
convertirán en resentimiento. El exceso de enfado acumulado te llama la
atención de que necesita ser liberado utilizando tu cuerpo. Primero te causará
migrañas y malestares simples; si no les haces caso, se empezará a comer
tejidos y puede incluso desembocar en un cáncer en situaciones extremas. Si no
expresas tu enfado de forma reiterada y, por el contrario, te lo tragas y lo
vuelcas hacia dentro, se convertirá en una depresión existencial sin motivo
aparente y puede que también se manifieste en tu cuerpo en las partes que
tienen que ver con la expresión como por ejemplo la garganta. La intensidad
también puede ir en aumento (desde una simple afonía hasta un cáncer de
laringe) y consecuentemente no abordar tus emociones tan pronto las sientes es
poner tu bienestar físico en peligro. Es importante que expreses como te sientes
y tus necesidades en todo momento.
Ahora bien, es importante que
aprendas a hacerlo de una manera respetuosa contigo mism@ y con los demás. Si
trabajas tu autoestima, aprenderás a entender a tu cuerpo, a hablar por ti y a
decir las cosas en su justo momento con firmeza pero con tono amable. Si
todavía no es el caso y el desastre ya está causado y no te ves con ánimo de
hablar con la persona implicada en un tono adulto y de respeto, mejor no lo
hagas. Hay otras técnicas que funcionarán para ti y te garantizan la
cordialidad en la relación.
EJERCICIO: LA CARTA DE RABIA
Puedes escribir una carta de
rabia expresándole a la persona con quién estás enfadada como te sientes. Dile
de todo, en el tono en que te apetece decírselo (puedes utilizar calificativos
despectivos si te apetece, ya que esta información no le llegará). Date al
menos veinte minutos para escribir sin parar. Luego lee esa carta frente a un
espejo o un amigo que quiera ayudarte. Habla como si realmente tuvieras delante
la persona con quién estás enfadado y dile todo lo que necesitas sacar. Y si te
apetece llorar o gritar, hazlo. Cuando termines, destruye la carta. Deja pasar
unos días y escribe otra carta. Puede que el tono sea ya más suave, o no.
Exprésate, deja que tu enfado salga, y no dejes tampoco de comunicarle a esa
persona como te sientes a causa de su comportamiento.
Quizás dentro de un tiempo puedas
plantearte escribir una carta de perdón, pero haz siempre lo que sientas y
guárdalo para ti. No compartas nada de esto con la persona implicada, aunque
estate abiert@, porqué puede que notes cierta mejora en la relación, si todavía
mantienes el contacto. O que la Vida te regale una oportunidad de dialogo por
sorpresa con esa persona para que puedas sanar la relación.. Escribe tantas cartas
como sea necesario, dejando días de por medio hasta que sientas que la
hostilidad que sentías hacia esa persona ha disminuido y puedes plantearte una
relación diferente.
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