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martes, 31 de mayo de 2011

METAFISICA - CLASE 5 – PREOCUPACIÓN Y REMORDIMIENTO

Amapolas bajo el cielo


La preocupación y el remordimiento son dos de los principales causantes de la pérdida de tiempo en este mundo. Consumen grandes cantidades y de energía y no llevan a ninguna parte. No alteran los hechos, sólo hacen que uno se sienta deplorablemente. Preocuparse y entregarse al remordimiento son hábitos tan malos como el fumar o el comer en exceso, pero no hay necesidad de cargar con ellos para el resto de la vida

La preocupación consiste en sentir ansiedad frente al futuro, ¿qué sucederá si no puedo pagar esa cuenta? ¿Tendré trabajo? ¿Podré comprarme un auto nuevo? Preocuparse equivale a dudar del desenlace feliz de una situación, de la propia habilidad de resolverla, y el simple hecho de dudar empieza a conjugar en tu interior imágenes de desastre y fracaso. Como bien sabes, al imaginarse las cosas negativas, ellas se comienzan a producir.


Al preocuparte, no sólo te haces enteramente infeliz a ti misma, sino que haces al mismo tiempo más probable que se produzca lo negativo. Si te preocupas acerca de la charla que debes pronunciar mañana, llenarás tu mente de imágenes negativas, viéndote tropezar al subir a la plataforma, olvidar lo que tienes que decir, con la boca seca o con un ataque de tos, o tartamudeando, o temblándote las manos al ajustar el proyector que hay sobre tu cabeza, o siendo incapaz de retener la atención de tu auditorio.


Con tales pensamientos en la cabeza la víspera del gran día, pasarás una noche sin descanso, con un sueño entrecortado, de modo que, a la mañana siguiente, al despertarte, estarás agotada. Esto, a su vez, reforzará tus pensamientos negativos. No alcanzas a pensar con claridad, así que te preocuparás todavía más con el temor de olvidar tu texto y sentirás un cosquilleo en el estómago. Esta sensación te indica que tu sistema nervioso, una vez más, está poniendo en práctica las órdenes que recibes del cerebro: “Atención, Peligro a la Vista!”….


Si te sientes obligada a pensar en la charla de mañana, imagínala como un éxito. Tan pronto como adviertas que se introducen subrepticiamente pensamientos negativos, córtalos, recuérdate a ti misma que eres una persona constructiva y que, por lo tanto, ya no quieres seguir permitiéndote pensamientos de desastre. Tan pronto como te venga a la mente un pensamiento negativo, reemplázalo por uno positivo.


Los pensamientos positivos te ayudarán a enfocarte sobre el éxito. Si has preparado bien tu charla, no hay razón para que dudes de tu triunfo.


Dedica tanto tiempo como puedas a pensar en el éxito. Empieza desde el momento en que te enteras que has de pronunciar una charla. Así se imprimirá en tu subconsciente una imagen positiva, que ejercerá automáticamente su influencia cuando llegue el día de la verdad. Esta técnica da resultado porque tu mente subconsciente es incapaz de distinguir entre lo que ha hecho en realidad y lo que se ha limitado a imaginar. La mente subconsciente no hace otra cosa que registrar lo que le envías para que lo almacene. Por lo tanto, si llenas tu mente con imágenes de calma y de éxito en conexión con tu charla, o cualquier otra cosa, es como si lo hubieras ya pronunciado sin ningún tropiezo. Has emparejado “pronunciar un charla” con la sensación de “calma y serenidad”, y esta asociación ha sido almacenada, de tal forma que, en el día señalado, tu mente subconsciente pone en marcha la “grabación”, facilitando la pronunciación de la charla y predisponiéndote para el éxito, con lo que tu sistema nervioso se mantendrá relajado.


Con el pensamiento positivo suele suceder algo similar a lo que sucede con la oración. Mientras rezas para salir de una situación problemática, mientras ruegas por obtener un buen resultado, piensas al mismo tiempo en ese buen resultado, piensas en el alivio que sentirás cuando el problema se haya resuelto. Rezas porque crees que es el único medio de obtener ayuda. Y así llenas todos los requisitos para asegurarte el buen resultado. Imagina el éxito y cree en él. La oración no cambia a Dios, cambia a la persona que reza.


Cuando uno está preocupado por cuestiones monetarias, le parece que no tiene ninguna influencia sobre la situación y, en consecuencia, no puede dejar de preocuparse. Yo insisto en qué, incluso en unas circunstancias financieras difíciles, no se gana nada preocupándose. Probablemente no es la primera vez que andas escasa de dinero. ¿Tengo razón al presumir que estás leyendo estas líneas en tu casa y no abrigándote con una caja de cartón bajo un puente de la autopista? En otras palabras, ya en otras ocasiones te las has arreglado para salir de apuros. No hay motivo para pensar que será distinto ahora.


El hecho de que no veas la solución no significa que ésta no exista. Piensa en tus dilemas anteriores y en cómo los resolviste. Lo único que has de tener en cuenta es que al final los problemas siempre se solucionan.


No creas en los milagros; confía en ellos. A la gente se le ocurren las mejores ideas cuando se encuentra en situación más apurada. No tener un céntimo supone el mejor incentivo para hacer trabajar las meninges. Es asombroso cómo la gente logra encontrar dinero para las cosas que quiere realmente. Si no obtienes lo que deseas, se debe tan sólo a que te espera algo mejor. Si no te venden la casa por la que has hecho una oferta, no te enfades. Eso significa que no era la casa apropiada para ti.




Confía siempre que las cosas van a mejorar, cree que eres una persona afortunada. Con eso no te estarás engañando a ti misma, sino ayudándote. Favorecerás tu causa e incrementarás la posibilidad de lograr lo que quieres.


El remordimiento se parece en todo a la preocupación, con la única diferencia de que funciona hacia atrás, ya que te hace sentirte ansiosa por algo que ha sucedido en el pasado. Te sientes culpable o avergonzada porque has cometido algún error, y ese sentimiento te paraliza. Trata de deshacerte de esos pensamientos, pero ellos te retienen, se imponen, haciéndote sentir muy mal. El daño está hecho y, por mucha culpabilidad que experimentes, no lo harás desaparecer. No puedes volver la espalda al reloj. Ocurriera lo que ocurriese, ¿porqué o aprovecharlo en un sentido constructivo?


Lo bueno de los errores está en que aprendemos de ellos. Si lo hiciéramos todo bien, en toda circunstancia, no nos moveríamos. Sólo cuando las cosas no salen bien, cuando nos equivocamos, estamos obligados a buscar nuevas vías.


Cuando surjan problemas en tu camino, no te resistas a ellos. Serás más fuerte cuanto más flexible te muestres. Se pueden presentar contratiempos que te arrastren como un mar de fondo. dE que seas capaz de superarlos o no, depende de cómo cabalgues sobre las olas.
Tratar de nadar contra corriente te costará más nervios y más energía de lo que puedes permitirte, sin que se te ofrezca una oportunidad de ganar. Asegúrate de montar sobre la cresta de la ola. Así no necesitarás ninguna energía y verás adónde te diriges.


Esto significa, cuando se trata de un problema, que te limites a verlo llegar, mirándolo con calma. Los problemas parecen peores cuanto más de cerca se les observa. Cuando te encuentres frente a un problema, examínalo con cuidado y empieza luego a dividirlo en sus componentes, con objeto de decidir cuál será el mejor ángulo de ataque. El proceso de analizar un problema, en lugar de dramatizarlo, disminuye su tamaño y hace más fácil descubrir la solución.


Cuando uno se preocupa mucho por algo, esto tiende a perturbarle el sueño. O bien le es imposible ir a acostarse aunque se sienta agotado, o bien se adormila ligeramente, sólo para despertarse en medio de la noche, incapaz de conciliar el sueño. Una tercera posibilidad consiste en dormir toda la noche y despertarse muy temprano, faltando aún un par de horas para levantarse.


Las horas de la noche son difíciles cuando se tiene un problema. La oscuridad y el silencio que nos rodea no nos proporciona distracciones, y el hecho de yacer pasivamente en la cama facilita el que los pensamientos giren en torno a un solo tema, ya que no hay nada que venga a interrumpir el proceso, ni el timbre del teléfono o el de la puerta, ni alguien que nos hable, ni tareas que esperan ser despachadas. No hay nada que hacer. Al mismo tiempo, uno desea volver a dormirse porque le preocupa pensar que estará demasiado cansado a la mañana siguiente, con lo cual, en realidad, se carga con dos problemas en lugar de uno solo. Y como si eso no fuera suficiente, sus pensamientos no son tampoco demasiado claros, dado que su mente consciente está conectada sólo a medias, al tiempo que interfiere constantemente la mente subconsciente, con todos sus sentidos de temor.


La única forma de proceder en este caso es con ciertas estrategias que se emplean contra el insomnio, las que se darán en forma separada.






LA PREOCUPACIÓN Y LOS EXÁMENES


Tienes todos los motivos para preocuparte si no te has preparado bien para el examen. En ese caso, la única solución que puedo ofrecerte es que te sientes y estudies. Así abreviarás el tiempo del que dispones para preocuparte e incrementarás tus posibilidades de aprobar el examen.


Cualquiera que sea la prueba o el examen que te espera, recuerda que los resultados no son más que relativos. Depende de tus propias circunstancias en ese día en particular, y dependen también de si el examinador no ha tenido otra disputa con su mujer por la mañana o no.


Lo que importa es que a toda prueba o examen a que te tengas que someter, te imagines de antemano que la vas a rendir en forma satisfactoria, y después "ves" mentalmente como la gente te felicita por el resultado obtenido. Como bien sabes, tú puedes programar los resultados en forma efectiva.


Generalmente cuando uno está preocupado por algo, no puede disfrutar de nada. Nada cuenta cuando uno está preocupado. La preocupación ensombrece todos los acontecimientos placenteros susceptibles de darte un mejor ánimo.


Cualquier cosa que suceda queda anulada por la preocupación. La felicidad y la alegría se posponen hasta que se resuelva el problema. Tal actitud resulta muy dañina, ya que siempre hay algo capaz de preocuparnos, con el perjuicio consiguiente para nuestra felicidad.


Los que reaccionan así cuando están preocupados son personas que padecen un sentimiento de culpabilidad y que se censuran a sí mismas por un montón de cosas. En cierto modo, es como si se castigasen a sí mismas no permitiéndose ser felices, y la preocupación constituyen en realidad una excusa para penalizarse. Hay diversos motivos para que alguien actúe de este modo. Pero quienes así lo hacen presentan una característica que se destaca de los demás; una carencia profunda de autoestima.


El fenómeno suele tener su origen en la niñez, cuando se rebaja continuamente a un niño, se le humilla o se abusa de él desde el punto de vista físico. Todo esto hace que el pequeño se sienta culpable. Quizás parezca una reacción extrañan, pero no olvidemos que no tiene medios para evaluar porqué sus padres lo tratan así. El niño vive en un mundo que se centra sólo en su propia persona. Por lo tanto, si le pegan, tiene que ser por algo que él ha hecho. Si cree que no ha hecho nada, la causa ha de ser que no merece el cariño de sus padres. Es malo y, por consiguiente, no digno de amor,


Otra causa del sentimiento de culpabilidad reside en que la familia del sujeto juzgaba el divertirse como algo "malo", incluso pecaminoso, y pensaba que la única manera aceptable de vivir era considerar esta vida como un valle de lágrimas y comportarse con gravedad. 


La felicidad constituía, pues, una frivolidad, por lo que le hicieron sentirse culpable y, en consecuencia, la reprimió sumisamente.


Hay personas a las que les aterroriza literalmente el ser felices, ya que esperan que algo horrible sucederá si no se mantienen todo el tiempo en guardia.


Cualquiera que sea el motivo entre los que he expuesto, a alguno les cuesta trabajo permitirse pasarlo bien, de modo que, cuando algún problema se presenta, se sienten subconscientemente aliviados, puesto que esto encaja de nuevo en su imagen mental del mundo.


No es que no sufran a causa de su preocupación constante. Desearían no verse obligados a preocuparse de ese modo, pero hay algo en su interior que les impide cambiar. En esos casos, se hace muchas veces necesario descubrir los motivos subconscientes de su sentimiento de culpabilidad, antes de que pueda producirse ningún cambio en su actitud mental.


Quizás hayas reconocido alguno de los ejemplos anteriores como típicos de tu niñez. O quizás te veas sometida a un grado muy alto de estrés en este momento y te sientas tan abrumada que no puedes disfrutar de la vida. Cualquiera que sea el motivo de que un problema se te imponga, recuerda que, incluso en las épocas malas, suceden cosas buenas. Simplemente, no te fijas en ellas porque estás demasiado ocupada preocupándote. Por lo tanto, te conviene mucho recordar los siguientes puntos:


- No hay motivo para que las cosas no vayan bien. Se supone que la vida debe ser agradable (no te importe lo que alguien te haya dicho a ese respecto en el pasado).


- Mereces ser feliz y vivir libre de cuidados. A todos se nos concede este derecho. Procura utilizarlo.


- Centra tu atención en las cosas agradables, por muy pequeñas que sean. Cambia de perspectiva, pasa de lo negativo a lo positivo. Cuanto más tiempo te ocupes de un problema, más grande se volverá en tu mente. Llena ésta de cosas positivas y no quedará lugar para los pensamientos negativos.


- Observa el modo en que sueles hablar. Asegúrate de hacerlo en términos moderados, renunciando a los dramatismos. Habla con calma y de modo razonable, de las cosas que te preocupan, pero no exageres. Mantén bajo el tono de tu voz y elije palabras que minimicen el problema. Esto te ayudará a conservar el dominio de sus sentimientos.


* * * * *


INSOMNIO


Veamos algunos puntos generales que habrá de observar si sufre de insomnio:


- No tomes té ni café después de las seis de la tarde. Ambas bebidas son estimulantes, y el cuerpo necesita horas para eliminarlas del sistema.


- Toma muy poco alcohol durante la velada, o mejor no tomes. El alcohol, para la mayoría de las personas, es depresivo.


- Dos horas antes del momento en que te sueles acostar, empieza a arriar las velas, tanto física como mentalmente. La profusión de sangre y la violencia de la televisión no son las imágenes ideales para apaciguar tu mente, de modo que, al menos en las épocas de gran presión sustituye la televisión por algo más relajante. Sal a dar un paseo o escucha música suave, haz algún trabajo manual o lee una revista. Prepara gradualmente tu cuerpo y tu mente para el sueño.


- Fíjate una rutina para acostarte. Vete a la cama siempre a la misma hora.


- Deja de tomar pastillas para dormir.


- No duermas la siesta. Reserva el sueño para la noche.


- Cuando te encuentre ya en l acama, practica algún ejercicio de relajación. También 
puedes comprar alguna grabación destinada a la relajación. Escúchala mientras descansas en la cama.


Si no consigues quedarte dormida después de acostarte asegúrate de haber revisado todos los puntos generales anteriores. Si sigues sin poder dormir, prueba la "intención paradójica". Muchas personas han utilizado esta técnica con gran éxito. La idea que subyace en la intención paradójica es la siguiente:


CUANTO MÁS FUERZA DE VOLUNTAD PONGAS EN ALCANZAR TU OBJETIVO, MENOS LO CONSEGUIRÁS.


Lo que significa que, cuanto más intentes relajarte, menos podrás hacerlo. No obstante, significa también que, cuanto más te esfuerces por mantenerte despierta, más trabajo te costará no dormirte.


Para hacer uso de esta ley, tendrás que enfocar tu insomnio desde un nuevo punto de vista. En lugar de pensar: "Tengo que dormir", piensa: "Pase lo que pase, no debo dormirme ahora. Estoy decidido a permanecer despierto toda la noche. Harté todos los esfuerzos posibles por mantener los ojos abiertos. Bajo ninguna circunstancia los cerraré, ni siquiera por un segundo. He de permanecer despierto a toda costa". Y esfuérzate realmente por permanecer despierta. Verás que, poco a poco, se te hará más difícil conservar los ojos abiertos. Sin embargo, persiste. Quiere de verdad que tus ojos sigan abiertos. Cuanto más te esfuerces en ese sentido menos lo lograrás. Antes de que te des cuenta, te habrás quedado dormida.


Si te despiertas en medio de la noche, no te indignes contigo misma. Limítate a volverte del otro lado y asegúrate de que adoptas una postura cómoda que te permita dormirse de nuevo tan pronto como estés dispuesta.


Imagínate que puedes verte en la cama, como si contemplases una película de vos mismo. Figúrate expulsando todo pensamiento de tu cabeza, puedes imaginar a tus pensamientos como si fueran brotes de una planta, y mételos en un saquito de tela. Ata la bola firmemente e imagina que te levantas, sales del dormitorio, vas a la cocina, y donde metes la bolsa en uno de los armarios. Después imagínate volviendo al dormitorio y acostándote de nuevo, en la misma postura en que te encuentras ahora.


A continuación empieza a repetir mentalmente una de las frases que figuran a continuación:


- Me desprendo de mis pensamientos diurnos. La solución de mi problema está ya en camino.


- Encomiendo la solución de mi problema a mi mente subconsciente. Sé que me dará la respuesta mañana por la mañana.


- Me estoy adentrando en la noche. Soy uno con la naturaleza. Estoy interiormente tranquila.


Repite mentalmente cualquiera de las frases diez veces seguidas, sin interrupción; luego, inmediatamente después, veinte veces, sin ninguna pausa entre ellas; luego treinta veces.
Intenta captar el significado de la frase. Si no te es posible, no te desalientes. El significado llegará de algún modo a tu mente subconsciente. Y naturalmente, es muy aburrido repetir algo una y otra vez. Resulta tan tedioso que le sume a uno en el sueño, con el beneficio extra de que bloquea todas las preocupaciones, ya que cubre los pensamientos negativos con pensamientos positivos.


Otro sistema para resolver la cuestión del insomnio consiste en levantarse y hacer algo que sea tranquilizador. Escucha una grabación para relajarte. Oí música, lee algo. Tómatelo como una de esas cosas que suceden a veces en el vida. No necesitas excitarte. Desde luego, estarías más fresca por la mañana si hubieses dormido durante toda la noche, pero enfadarse o inquietarse por no dormir lo suficiente será todavía peor.


Si no puedes dormir, por lo menos no te pongas de mal humor. Cuando más te resistas a la situación más difícil te resultará dominarla.


Si duermes durante la noche, pero te despiertas muy temprano por la mañana, te esforzarás sin duda por dormirte de nuevo, aunque en realidad no valga la pena. Tienes que habituar gradualmente a tu cuerpo para que duerma más tiempo si es que lo necesita.
Una vez que el sistema nervioso se desquicia, lleva mucho tiempo tranquilizarlo, aunque el mal trago haya pasado ya y el problema que te preocupaba esté resuelto. El cuerpo suele rezagarse y cuesta mucho trabajo volverlo a la normalidad. Utiliza una de las frases indicadas anteriormente. Quizás no te hará dormirte, pero sí te calmará.


Cuando hagas esto de manera regular, verás que una mañana tu cuerpo se "olvida" de despertarse temprano, y cuando ya el hábito se ha interrumpido, regresará con toda facilidad a su pauta de sueño normal y no se enterará de nada hasta que suene el despertador.


Desde ya, es mucho mejor si vas entrenando a tu cuerpo para que sea su propio despertador y te despierte en forma natural a la hora deseada, sin necesitar para ello un reloj. Lógicamente ésta programación también requiere su entrenamiento.


* * * * *


LA GRAN INVOCACIÓN


UN MANTRAM DE LA NUEVA ERA


Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,
Que Afluya Luz a la mente de los hombres;
Que la Luz descienda a la Tierra.
Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,
Que afluya Amor a los corazones de los hombres;
Que Cristo retorne a la Tierra.
Desde el Centro, donde la Voluntad de Dios es conocida,
Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres;
El propósito de los Maestros conocen y sirven.
Desde el Centro, que llamamos la raza de los hombres,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz;
U selle la puerta donde se halla el Mal.
Que la Luz, el Amor, y el Poder,
Restablezcan el Plan en la Tierra.


Esta invocación no es propiedad de ningún individuo o grupo en especial. Pertenece a toda la humanidad. Empleándola o estimulando a otros para que la reciten no se favorece a ningún grupo ni organización determinada.


La belleza y la fuerza de esta Invocación reside en su sencillez y en que expresa ciertas verdades esenciales que todos los hombres aceptas innata y normalmente: la verdad de la existencia de una Inteligencia Básica, a la que vagamente damos el nombre de Dios, la verdad de que detrás de las apariencias externas el Amor es el poder Motivador del Universo; la verdad de que vino a la tierra una gran Individualidad llamada el Cristo, por los cristianos, que encarnó ese amor para que pudiéramos comprenderlo; la verdad de que el Amor y la Inteligencia son consecuencia de la Voluntad de Dios y finalmente, de que el Plan Divino sólo puede desarrollarse a través de la humanidad misma.


PROCEDENCIA


La Gran Invocación es un Mantram Solar, proyectado para reorientar las energías actuantes en nuestro mundo y preparar las mentes y los corazones de los hombres para el advenimiento de la Nueva Era. Por esta oportunidad única y durante un ciclo de más de 2.100 años, el planeta Tierra estará bajo la "protección de Acuario".


En un Concilio Planetario en el año 1943, estuvieron presentes "unos enviados celestes", representativos del Poder Cósmico del Gran Señor de nuestro Universo, quienes llevaban el mensaje de aliento y de renovada fe en el Bien Supremo y la garantía del triunfo de la Bondad y de la Justicia, sobre la maldad y el desorden.


Este Mantram Solar, es de una potencia superior a la que desarrolló el PadreNuestro en la Era de Piscis, pero de carácter netamente mental, y por tanto, volitivo y preponderantemente invocativo.


Este Mantram no se dio a la humanidad hasta el año 1945. Una vez finalizada la guerra, siendo un gran discípulo, la señora Alice A. Bailey recibió telepáticamente el texto de la Gran Invocación, a través de uno de los grandes seres allegados a Cristo, el Maestro Djwal Khul, conocidos bajo el sobrenombre del Tibetano.


Podemos decir que la Gran Invocación, que tuvo un origen cósmico, debido a una gran necesidad mundial, a una crisis dentro de la Jerarquía, y a la invocación planetaria del Señor del Mundo, con respuesta Solar, es decir, del propio Logos o Dios del Universo.


SIGNIFICADO


En esta invocación se tienen en cuenta tres absolutos factores o cualidades psicológicas: la Luz, el Amor y el Poder, es decir, la Inteligencia, el sentimiento y la voluntad; y tres grandes centros planetarios a través de los cuales tienen adecuada expresión: La Humanidad o raza de los hombres, la Jerarquía, centro Planetario del amor con Cristo como inspiración y guía, y Shamballa, el Centro en donde la voluntad de Dios es conocida.


FINALIDAD


La finalidad de la Gran Invocación es "Restablecer el Plan de Dios en la Tierra". El término "restablecer" introduce la idea de una humanidad anterior a la nuestra (la infancia etérica de nuestra propia humanidad), en la que la ley y el orden divino, simbolizados en la confraternidad Humano-Dévica, estaban plenamente integrados.


Al descender una oleada de vida cósmica, tendiente a la involución o materialización de los principios espirituales, aquella humanidad inicial que fue desapareciendo lentamente, absorbida por las exigencias del Plan, y el Espíritu, paulatinamente despojado de sus sutilísimas envolturas etéricas, fue adquiriendo ropajes de "carne" o de materia cada vez más densa.


El restablecimiento del Plan de Dios, que debe fusionar dentro de la conciencia humana la aspiración monádica, tendrá en la Era de Acuario un acabado cumplimiento dentro del corazón de muchos hombres y mujeres de buena voluntad y decidido propósito.


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LA GRAN UNIVERSIDAD


Aceptemos simbólicamente al Plano Físico como una gran Universidad.


De la Vida Espiritual - la vida verdadera -, proceden los alumnos, o más propiamente hablando, las criaturas que nacen en los hogares humanos.


Sin embargo, antes de su corporificación en la cuna terrestre, disfrutando de la facultad de escoger determinadas pruebas y lecciones, solicitan su matriculación en los institutos de la reencarnación con miras a las realizaciones que consideran necesarias para su propio perfeccionamiento.


Las materias en las que solicitan capacitarse son de lo más variadas.
Tenemos aquellos que demandan por un renacimiento en una cuna de extremada penuria, con el fin de que el aguijón de la necesidad les auxilie a descubrir la alegría de trabajar.
Surgen los que piden deformidades en el cuerpo con la intención de encender la luz de la humildad en su interior.


Sorprendemos a los que solicitan molestias congénitas e irreversibles, con las que han de intentar la corrección de hábitos desdichados con los que se desbarrancaron en otras etapas del tiempo.


Están los que ruegan tribulaciones difíciles de soportar, procurando acumular fortaleza en el Espíritu.


Observamos a quienes requieren inhibiciones en el campo afectivo con el objetivo de lograr la purificación de sus sentimientos.


Y existen muchos de quienes imploran el retorno ante la presencia de antiguos enemigos, con los que se ligan mediante los lazos de la consanguinidad, intentando aprender a perdonar y tolerar en el ámbito del hogar.


Obtenidas las concesiones, comienzan las providencias para efectivizarlas en beneficio de los solicitantes; sin embargo, muchos aprendices retroceden frente a los obstáculos, entrando en conflictos de conciencia.


En lo íntimo, se saben carentes de valores espirituales, tales como la paciencia y la humildad, el coraje y la firmeza de carácter, el espíritu de renuncia y la comprensión, más se vuelven instintivamente hacia los estados negativos con los que se enmarañaron en muchas de las existencia s pasadas, mostrándose, luego, más endeudados frente a la contabilidad divina de la vida.


Si te hallas en la Tierra en un proceso similar de perfeccionamiento o de rescate de deudas, serena tu corazón reflexionando en la serenidad de la vida y pide fuerzas a Dios en tus oraciones para que no te apartes jamás del rumbo cierto.


Y, lejos de los trofeos pasajeros de la Tierra, capaces de engañarte con las exterioridades de la vida humana, reconocerás en los hondones de tu propio Ser que estás conquistando, poco a poco, por medio del trabajo y el servicio constantes, y siempre con la bendición luminosa de la resignación, los valores imperecederos de la paz y la alegría.


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Autor del CursoAlexiis. wayran@gmail.com

CURSO DE ANGELES - CLASE 9 - LA ENERGÍA




Podemos seguir comprendiendo otros puntos que generan nuestro universo no sólo a través de lo espiritual, sino también ayudados por la ciencia.

Tanto el planeta Tierra como nuestro cuerpo están formados por masa, materia. Se ha comprobado a través de la física cuántica que la célula tiene inteligencia propia y que puede asimismo autodirigirse y automodificarse.

Pero básicamente la energía, la vibración, no sólo se transforma a nivel de la materia física, sino también a través de otros planos de materia que vamos a seguir explicando más adelante.

Ya hace cincuenta años la ciencia conocía ochenta y tantas formas de materia física (en la actualidad se conocen muchos más) y sabíamos que la materia se componía de partículas increíblemente minúsculas con espacios intermedios. Pero ahora empezamos a saber que es tanto el espacio comprendido entre la materia que en cierto sentido puede decirse que nada es totalmente sólido, todo está compuesto de átomos, y el átomo, a su vez, contiene electrones, neutrones y protones que giran en órbitas o vibran con gran rapidez formando un conjunto de partículas, espacio y cargas eléctricas que a su vez forman la materia. Así como el cuerpo físico es materia más concentrada, existe el cuerpo emocional que sería el conjunto de emociones que sentimos.

El Cuerpo Mental es el conjunto de pensamientos que nosotros mismos irradiamos permanentemente, que también forman otro cuerpo. Todos los cuerpos integrados forman el cuerpo espiritual.

Hace cincuenta años se había empezado a comprobar que hasta las más insignificantes partículas no son cosas sino manojos de vibraciones.

Hay diversas formas de energía; se trasladan por el aire y el espacio sin perder sus formas características debido a su diversa frecuencia de vibración.

Es así que las vibraciones que abarcan desde una frecuencia de quince por segundo hasta quince mil por segundo, son perceptibles por el oído humano como sonidos.

Las vibraciones que sobrepasan la última cifra citada, dejan de ser percibidas por nuestro oído, pero al alcanzarse una frecuencia de un millón quinientas mil vibraciones aproximadamente, principia esa forma de energía llamada calor, que puede ser percibida por otro de nuestros sentidos.

Más arriba en la escala de las vibraciones viene la luz, a menudo combinada con el calor, la cual es percibida por nuestros ojos. Las vibraciones luminosas más bajas empiezan con el rojo oscuro y las más altas forman el violeta; a unos tres millones por segundo se encuentran las ultravioletas y otras más, invisibles al ojo pero detectables mediante instrumentos como la máquina Kirlian. También pueden ser percibidas por nuestros sentidos internos.

En un punto más elevado de la escala, todavía no puede decirse cuan algo, están las vibraciones del pensamiento, y éstas son esas vibraciones invisibles, inaudibles, que relampaguean de mente a mente.
Son numerosas las razones que pueden aducirse para justificar que el pensamiento y la fuerza vital pueden ser consideradas como la misma naturaleza que la electricidad.

Einstein demostró matemáticamente que en todo el universo existen grandes campos de fuerza. He aquí el gran concepto mental de Einstein, elaborado hace casi sesenta años: E = mc2. Esta fórmula expresa la conversión de la masa en energía.

Al utilizarse la energía atómica se demuestra de una vez por todas y para todo el mundo que la masa es energía. Como la energía es vibración, es indudable que todo es vibración. Ahora sabemos que somos vibración y de eso no cabe la menor duda.

Nosotros estamos inmersos dentro de untar energético vibracional, todo lo que pensamos y sentimos también va creando las realidades que todos vivimos.

Las vibraciones de nuestros sentimientos y pensamientos continúan formando cuerpos no materiales o no perceptibles a nuestros ojos, como se explicó antes.

Si nosotros enviamos un pensamiento, no es unidireccional, funciona como un boomerang, como se cree en el plano tridimensional. La energía vibra en planos muy elevados, más allá de lo que nuestra conciencia puede comprender: sólo nos aceramos a percibir cuando nos conectamos con nuestro interior que funciona de manera más sutil y perfecta de lo que nuestros sentidos externos puedan captar.

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TRANSFORMACIONES




Una de las principales causas de que la gente crea que los ángeles se nos dan a conocer con tanta frecuencia, es el deseo que los impulsa a enseñarnos a crecer y convertirnos en buenos administradores de este planeta.

Tal idea nos dice que los ángeles están junto a nosotros para ayudarnos a elevar nuestra conciencia, nuestro auto-reconocimiento espiritual como raza y no sólo como individuos. Casi podríamos decir que los Ángeles están con nosotros para proporcionarnos una dosis de vitaminas que debe administrarse en los momentos justos.

Esta teoría, que en general se apoya en el lenguaje propio de la New Age, argumenta que el mundo está al borde de una transformación tan gloriosa que ni siquiera encontramos palabras para describirla. Los Ángeles se hallan entre nosotros para servirnos de guías, para ayudarnos a penetrar en un nuevo nivel en cuanto a la conciencia que debemos tener de la tierra. Y cuando llegue el momento, a su debido tiempo, veremos a todos esos Ángeles que nos rodean en forma permanente y viviremos con ellos como nuestros amigos y salvadores.

Parece que, en un sentido limitado, este concepto de transformación es cierto. Creo que los ángeles se encuentran entre nosotros a fin de que se produzca un cambio profundo en el mundo. Pero no por eso supongo que ellos habrán de hacerse cargo del trabajo. Su presencia más obvia en nuestra vida es para despertarnos a la necesidad de empezar a modificar el mundo a fin de que sea tal como ellos y nosotros lo deseamos. Y cuando nos hayamos desarrollado los luciente como para sembrar amor, por haber cambiado nosotros y por haber transformado el mundo de nuestro alrededor, ya no necesitaremos ayuda para ver a nuestros ángeles y caminar con ellos. Sólo Dios sabe cuánto tiempo demandará esto.

En ocasiones parecer que la única frontera que hemos alcanzado es la frontera del desastre. Poseo la esperanza de que tengamos la sabiduría necesaria como para aprender, y sé que ella es parte del motivo de que los ángeles se hayan tornado visibles con tanta frecuencia en los últimos tiempos.

Nuestros Ángeles, desde luego, aspiran a que logremos nuestra transformación personal, no menos que la transformación de la tierra. Y así es como tendría que ser. No estamos en condiciones de cambiar el mundo para mejorarlo si no podemos siquiera cambiarnos a nosotros mismos y despojarnos de celos y envidia, perjuicios y codicia, y de todas las formas que puede revestir el mal. Y no podemos hacer nada de eso sin contar con la presencia de Dios en nuestra vida.

Los Ángeles que se encuentran entre nosotros son otras tantas señales de esperanza para indicarnos que nuestra transformación - y la del mundo entero - no es imposible. El cielo no dista una galaxia de nosotros, sino que está aquí, nos dicen; el reino de Dios está aquí, en nuestro medio… y aquí estamos nosotros para demostrarlo. Las barreras no son insuperables. Dios están tan cerca como los latidos del corazón.

Es de fundamental importancia tener en cuenta que debemos invocar a nuestros Ángeles, por la sencilla razón de que ni ellos podrán ayudarnos tanto como desean, si nosotros no lo invocamos. Todos nosotros, más de una vez nos hemos quedado cortos, sin alcanzar nuestro objetivo, por no pedirles ayuda. Los Ángeles están aquí para socorrernos en aquellas cosas que no podemos hacer solos. Y me refiero a las cosas sobrenaturales, no a las comunes.

Por ejemplo, hay mucha gente que suele decir: "Yo estoy tranquilo porque tengo apostado en la puerta de casa a mi ángel guardián, de modo que ni me preocupo por cerrar con llave cuando salgo". Sin embargo, no es esa la responsabilidad de los ángeles. Por el contrario, se supone que cada uno de nosotros debe preocuparse por la protección personal de sus bienes terrenales.

Por cierto que a los ángeles les agrada sobremanera poder ayudarnos. Es su misión, y cuanto más los dejamos hacerlo, más felices son. Les gusta realizar cosas que nos ayudan.

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LOS MENSAJEROS




Tanto en el Nuevo como en el Antiguo Testamento hallamos numerosas historias de Ángeles que se aparecen a los hombres y que traen mensajes. Estos mensajes casi siempre anunciaban acontecimientos de capital importancia, por ejemplo, el nacimiento del Mesías. Después de este hecho, no se conocen muchos casos de apariciones de Ángeles. Sin embargo, ellos nos siguen enviando mensajes. Dado que no siempre los vemos y oímos físicamente, hemos de intentar permanecer creativos y perceptivos, para así estar en condiciones de recibir sus mensajes.

Los Ángeles utilizan sistemas para difundir mensajes que ni siquiera imaginamos. ¿Te has encontrado alguna vez sentado durante horas, devanándote los sesos, intentando hallar la respuesta a una pregunta o problema? Precisamente en el instante en que decides dejar de meditar, aparece una paloma en la cornisa de tu ventana. Al reparar en ella sientes una sensación de calor y paz. Entonces, cuando te acercas a la ventana, ves pasar un camión que lleva escritas las palabras que te proporcionan las respuestas que tu cabeza no logró encontrar. Una vez acabada la lucha por hallar esa solución, te das cuenta de que el mensaje te ha llegado sin hacer tú el mínimo esfuerzo.

Presta atención a las sutilezas de la vida. Los Ángeles pueden llegar a nosotros de maneras distintas pero que a menudo se nos escapan. Es en nuestros sueños donde los mensajes se nos manifiestan con más frecuencia. Los Ángeles, al comunicarse con nosotros, demuestran ser creativos y de la misma forma deberíamos serlo nosotros al recibir sus mensajes.

Los mensajes del cielo son siempre para el bien supremo de la humanidad; nunca exigen el uso de la fuerza o de la autoridad. Algunos de nosotros identificamos a los ángeles con fuerzas espirituales que guían a nuestro Ser Superior infundiendo pensamientos nobles a nuestra conciencia. Independientemente del papel específico que juegan, todos los ángeles son de una forma u otra mensajeros.


Los que son heraldos de Dios traen las nuevas más vitales. Estos portadores de noticias no se irán hasta que recibas su mensaje. Por consiguiente, recuerda que debes relajarte y dejarte llevar por la intuición.

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EL ÁNGEL DE LA ARMONÍA

Imaginemos por un momento lo que pasaría si una persona perteneciente a la cuarta dimensión del mundo, viviera en nuestro plano físico, y como él o ella aparecería ante los ojos de los demás.

Esa persona representaría el perfecto equilibrio entre la cabeza y el corazón, la voluntad y el amor, el interior y el exterior, el trabajo, y el juego, la quietud, y la acción, la impresión y la expresión, el escuchar y el hablar, el recibir y el dar, la irradiación y la atracción. Esa persona imaginaria sabía seguramente cómo vivir. Tendría un flexible y relajado campo de energía y una conciencia del equilibrio total, lo cual es otra forma de la estabilidad, definida como regularidad, aplomo y seguridad en sí mismo.

Todas las cosas parecían encontrarse unidas, lo cual es el significado del vocablo griego "harmozein", del cual se deriva nuestra palabra armonía. Y como un subproducto de este orden, equilibrio y armonía, esa persona irradiaba una sensación de paz, de serenidad y de tranquilidad.

Qué maravilloso sería si todos expresáramos esa misma clase de energía, ese mismo estado de conciencia. Por cierto que la imagen que tendríamos de nosotros mismos sería diferente y que, sin temores ni culpas, podríamos incluso comenzar a vivir honestamente, como a todos nos gustaría hacerlo. Y eso sin decir que las demás personas se sentirían muy contentas de estar junto a nosotros. Pero nosotros no podemos fingir.

Pero si tratamos durante un tiempo de representar un rol de orden y armonía, desde el punto de vista de la personalidad humana, muy pronto nos convertiríamos en hermosos pero repugnantes robots, en dulces máquinas excesivamente controladas, emanando permanentemente un aire protector y condescendiente.
¿Has conocido a esas personas que presentan una perfección superficial, pero tan delgada que se puede ver a través de ella? Y, detrás de esa máscara de imperfecta superioridad, en todas ellas encontramos una revuelta masa de temor y de ira reprimidos.

Para ser realmente una manifestación de orden y armonía, debemos tomar la Energía del Alma que produce esas cualidades, y entonces llegamos a ser y ya no es necesario representar ningún papel. Te sorprenderás al saber que la energía que manifiesta todos estos atributos es la alegría. El orden y la armonía nacen de la alegría, y no al revés. El Ángel de la Armonía es la "alegría del Señor", la pura energía del regocijo, el júbilo y el éxtasis del Yo Superior, que se irradia como el sol del mediodía para disipar las sombras de la tristeza, la miseria y la desesperación. Y esto se logra estableciendo el equilibrio y la estabilidad en nuestras vidas.

La invocación de este Ángel nos restablece la armonía, libera tensiones, aplaca el estado agresivo. Permite ver la solución de los problemas con mayor claridad. Brinda paz espiritual. Genera un campo positivo que pone fin a la tristeza ocasionada por cualquier motivo. Brinda más alegría y ganas de vivir.



El Ángel de la Armonía ayuda a eliminar la ansiedad. Especialmente indicado para lograr una recuperación rápida, incluyendo problemas afectivos de pareja. Restablece el ánimo, da fuerza, temple y empuje para realizar cualquier tarea que se emprenda. aumenta la vitalidad y la energía. Actúa contra las fluctuaciones de ánimo, produciendo un campo mental y una actitud positivos.

Si queremos evolucionar espiritualmente hemos de crear constantemente armonía en nosotros mismos y alrededor nuestro.

Te propongo que:

Siéntate en un lugar cómodo y tranquilo.

Cierra los ojos y relájate. Visualiza una luz de un color a tu elección que te evoque armonía.

Si una vez visualizado no te sientes totalmente a gusto con ese color, cámbialo como cambiarías el canal del televisor hasta que encuentres el que te satisface visualmente.

Invoca al Ángel de la Armonía y pídele que la armonía entre a tu vida.

Antes de despedirte, y abrir los ojos, dale las gracias.


Finalidad:

En la vibración de la paz en la conciencia; nos ayuda a mantener el equilibrio y la imparcialidad ante todas las situaciones; nos inspira a vivir con integridad.

Rasgos negativos que pueden presentarse a partir de las proyecciones del ego: disfrutar ante la idea de un conflicto, un adversario permanente, un Creador de desorden; una persona que experimenta mucha oposición en todos los ámbitos de su vida.

Su energía resulta bloqueada debido a: la ausencia de alegría y de inspiración; la creencia de que cualquier tipo de ataque está justificado por la autoprotección y de que la paz y la conciliación son signos de debilidad.

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PROGRAMACIÓN ANGÉLICA NRO. 2


Abrirte a tu Ángel

Ten a mano tu libreta de anotaciones y tu birome. Al tope de una página en blanco, escribe: "Abrirme a mi Ángel", y la fecha


1) Siéntate en tu lugar sagrado, con los pies bien apoyados en el suelo y los ojos cerrados. Siente la presencia de tu Ángel, que se acerca cada vez más. Imagina que te envuelve suavemente con sus alas.


2) Mientras inhalas y exhalas lentamente, siente o percibe la presencia de tu Ángel, que te extiende los brazos. Respira esa proximidad y deja que dentro de ti surja una pregunta.


3) Concentra la atención en tu corazón. Pon en tu corazón la pregunta que deseas formular, visualizando las palabras escritas allí.


4) Cuando sientas las palabras en tu corazón, abre los ojos y anota la pregunta en tu cuaderno. Vuelve a cerrar los ojos.


5) Con las palabras de tu pregunta en el corazón y en la mente conéctate con tu profundo deseo de oír la voz de tu ángel. Escucha en tu corazón y en tu garganta. Pon atención a cualquier sentimiento que surja. Los ángeles llegan a nosotros a través de los sentimientos, de modo que esa pueda ser la primera forma de contacto. Permite esos sentimientos y permanece abierto a las palabras que se presenten.


6) Anota todo lo que recibas, sean palabras, imágenes o sensaciones.


7) Recuerda agradecer a tu ángel su mensaje.


8) Lee lo que has recibido.

Observa las sensaciones que te despierta el mensaje. Puede sorprenderte o quizás te conmueva. Si las palabras te llenan los ojos de lágrimas o si te sientes conmovida, sabrás que tu ángel ha hablado a través de ti.

Los ángeles se presentan a nosotros de modo que podamos recibirlos. Si no estás segura de haber recibido nada, vuelve a cerrar los ojos y repite el ejercicio desde el comienzo, estableciendo una conexión más potente con tu deseo de comunicarte con tu ángel. Acepta con gratitud lo que recibas. No deseches ni critiques lo que aparezca. porque eso cerrara tu corazón, bloqueando la comunicación. Cuando aceptas, te abres; cuando estás abierta, es mucho más probable que recibas.

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curso de Alexiis 

Las tres verdades






Todos los que hemos vivido buscando la verdad, nos hemos encontrado en el camino con muchas ideas que nos sedujeron y habitaron en nosotros con la fuerza suficiente como para condicionar nuestro sistema de creencias. Sin embargo, pasado un tiempo, muchas de las verdades terminaban siendo descartadas porque no soportaban nuestros cuestionamientos, o porque una <<nueva verdad>>, incompatible con aquellas, competía con nosotros por los mismos espacios. O simplemente porque estas verdades dejaban de serlo.

En cualquier caso, aquellos conceptos que habíamos tenido como referentes dejaban de ser tales y nos encontrábamos, de pronto, a la deriva. Dueños del timón de nuestro barco y conscientes de nuestras posibilidades, pero incapaces de trazar un rumbo confiable. Mientras escribo esto, recuerdo de pronto que “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry:


<<En sus viajes por los pequeños planetas de su galaxia se encontró con un geógrafo que anotaba, en su gran libro de registro, montañas, ríos y estrellas. El Principito quiso registrar su flor (aquella que había dejado en su planeta), pero el geógrafo le dijo:
-No registramos flores, porque no se pueden tomar como referencia las cosas efímeras. Y el geógrafo le explicó al principio que efímero quiere decir amenazado de pronta desaparición. Cuando el Principito escuchó esto, entristeció mucho. Se había dado cuenta de que su rosa era efímera…>>.

Y entonces me pregunto, por un lado: ¿Existirán las verdades sólidas como rocas e imperturbables como accidentes geográficos? ¿O será la verdad sólo un concepto que lleva en sí mismo la esencia de lo transitorio y frágil de las flores? Y, por otro lado, desde una perspectiva macroscópica: ¿Es que acaso las montañas, los ríos y las estrellas no están también amenazados de desaparición? ¿Cuánto es <<pronto>> comparado con <<siempre>>? ¿No son, desde esta mirada, las montañas también efímeras…? Creo que lo que me gustaría hoy es intentar escribir sobre algunas ideas-montaña, ideas-ríos, ideas-estrellas con las que me he ido cruzando en mi camino.

Algunas verdades que seguramente son cuestionables para otros, lo serán también para mí, algún día. Pero hoy contienen, me parece, la solidez y la confiabilidad que da la indiscutible mirada del sentido común.


1. El primero de estos pensamientos confiables forma parte inseparable de la filosofía gestáltica y es la idea de saber que:
lo que es, es.

(Escribo esto y pienso en la desilusión de quien me lee: <<¡Lo que es, es…! ¿Esa es la verdad?>>.) El concepto, no por obvio menos ignorado, contiene en sí mismo tres implicaciones que me parece significativo remarcar: saber que lo que es, es implica la aceptación de que los hechos, las cosas, las situaciones son como son. La realidad no es como a mí me convendría que fuera. No es como debería ser. No es como fue. No es como será mañana. La realidad de mi afuera es como es.


Pacientes y alumnos que me escuchan repetir este concepto se empeñan en ver en él un deje de resignación, de postura lapidaria, de bajar la guardia. Me parece útil recordar que el cambio sólo puede producirse cuando somos conscientes de la situación presente. ¿Cómo podríamos diagramar nuestra ruta a Nueva York sin saber en que punto del universo nos encontramos?


Sólo puedo iniciar mi camino desde mi punto de partida y esto es aceptar que las cosas son como son.


La segunda derivación directamente relacionada con esta idea es que:


Yo soy quien soy.
Otra vez:


Yo no soy quien quisiera ser. No soy el que debería ser. No soy el que mamá quería que  fuese. Ni siquiera soy el que fui. Yo soy quien soy. De mi paso, para mí, toda nuestra patología psicológica proviene de la negación de esa frase. Todas nuestras neurosis empiezan cuando tratamos de ser quienes no somos. En “Déjame que te cuente”… escribí sobre el autorrechazo:
…todo empezó aquel día gris
en que dejaste de decir orgulloso
YO SOY …
Y entre avergonzado y temeroso
bajaste la cabeza y cambiaste
tus palabras y actitudes
por un temible pensamiento:
YO DEBERÍA SER…


…Y si es difícil aceptar que yo soy quien soy, cuanto más difícil nos es, a veces, aceptar la tercera derivación del concepto <<lo que es, es>>:


Tú… eres quien eres.
Es decir:


Tu no eres quien yo necesito que seas. Tu no eres el que fuiste. Tu no eres como a mí me  conviene. Tu no eres como yo quiero. Tu eres como eres. Aceptar eso es respetarte y no pedirte que cambies.


Hace poco empecé a definir el verdadero amor como la desinteresada tarea de crear espacio para que el otro sea quien es.

Esta primera verdad es el principio (en sus dos sentidos, de primero y de primordial) de toda relación adulta. Se materializa cuando yo te acepto como tú eres y percibo que tú también me aceptas como yo soy.


2. La segunda verdad que creo imprescindible la tomo de la sabiduría suficiente:


Nada que sea bueno es gratis.


Y de aquí se derivan, para mí, por lo menos dos ideas.


La primera: si deseo algo que es bueno para mí, debería saber que voy a pagar un precio por ello. Por supuesto, ese pago no siempre es en dinero (si fuera sólo en dinero, ¡sería tan fácil!). Este precio es a veces alto y a veces muy pequeño, pero siempre existe. Porque nada que sea bueno es gratis.


La segunda: darme cuenta de que si algo recibo de fuera, si algo bueno me está pasando, si vivo situaciones de placer y de goce es porque me las he ganado. He pagado por ellas, me las merezco. (Sólo para alertar a los pesimistas y desalentar a los aprovechados, quiero aclarar que los pagos son siempre por anticipado: lo bueno que vivo ya lo que pagado. ¡No hay cuotas a plazos!).


Algunos de los que me escuchan decir esto preguntan:


¿y lo malo? ¿No es cierto que lo malo tampoco es gratis? Si me pasa algo malo, ¿es también por algo que hice? ¿Porque de alguna forma me lo merezco? Quizás sea cierto. Sin embargo, estoy hablando de verdades, para mí, incuestionables, sin excepciones, universales. Y para mí la aseveración de que me merezco todo lo que me pasa incluido lo malo no es necesariamente cierta. Puedo asegurar que conozco algunas personas a las que les han acontecido hechos desgraciados y dolorosos que, sin duda alguna, ¡no lo merecían!
Incorporar esta verdad (nada que sea bueno es gratis) es abandonar para siempre la idea infantil de que alguien debe darme algo por que sí, porque yo quiero. Que la vida tiene que procurarme lo que deseo sólo porque lo deseo, de pura suerte, mágicamente.


3. Y la tercera idea que creo que es un punto de referencia podría enunciarla de la siguiente manera:


Es cierto que nadie puede hacer todo lo que quiere, pero cualquiera puede NO hacer NUNCA lo que NO QUIERE. Me repito a mí mismo:


Nunca hacer lo que no quiero.


Incorporar este concepto como una referencia real, es decir, vivir coherentemente con esta idea, no es fácil. Y sobre todo no es gratis. (nada que sea bueno lo es, y esto es bueno). Estoy diciendo que si soy un adulto, nadie puede obligarme a hacer lo que no quiero hacer. Lo máximo que puede pasarme , en todo caso, es que el precio sea mi vida. (No es que yo minimice ese coste, pero sigo pensando que es diferente creer que no puedo hacerlo, a saber que hacerlo me costaría la vida). Sin embargo, es lo cotidiano, en el pasar de todos los días, los precios son mucho mas bajos. En general, lo único que es necesario es incorporar la capacidad de renunciar a que algunos de los demás me aprueben, me aplaudan, me quieran. (El coste, como a mí me gusta llamarlo, es que cuando una se atreve a decir no, empieza a descubrir algunos aspectos desconocidos de sus amigos: la nuca, la espalda y todas otras partes que se ven sólo cuando el otro se va).


Estas tres verdades son para mí ideas-montañas, ideas-río, ideas-estrella. Verdades que continúan siendo ciertas a través del tiempo y de las circunstancias. Conceptos que no son relativos a determinados momentos, sino a todos y cada uno de los instantes que, sumados, solemos llamar “nuestra vida”.


VERDADES-MONTAÑA para poder construir nuestra casa sobre una base sólida.
VERDADES-RIO para poder calmar nuestra sed y para navegar sobra ellas en la búsqueda de nuevos horizontes.
VERDADES-ESTRELLA para poder servirnos de guía, aun en nuestras noches más oscuras…





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