No se necesita un milagro para
hacer de nuestra vida un agradable viaje de placer. Se trata simplemente de
aprender la Felicidad.
¿Existe la Felicidad? Frente a
esta pregunta, muchos dirían, sin dudarlo un instante, que no existe. Otros, un
poco más entusiastas, optarían por asegurar que hay momentos felices y otros
que no lo son. Finalmente, muy pocos responderían de manera afirmativa a la
cuestión, éstos seguramente han tenido la oportunidad de comprobar que la
felicidad se aprende. Para ello, debemos dejar a un lado nuestras fronteras
cotidianas, abriéndonos a nuevas experiencias que nos permitan detenernos,
apreciar todo lo bueno que hay a nuestro alrededor, respirar hondo y
simplemente disfrutar. No se trata de ganar un premio millonario que resuelva
de un golpe todas las dificultades, tampoco de conformarnos sin remedio,
lamentándonos por lo que no tenemos y en muchos casos esperando el milagro que
nos libre de la causa de nuestra insatisfacción. Se trata, simplemente, de
aprender a vivir de otra manera. Le proponemos un camino que lo conducirá a
vivir plenamente, dejando a un lado la tristeza y las energías negativas.
1.-Elegir las actividades
gratificantes
Salir con amigos, asistir a un
grupo de autoayuda, tener un hobby, leer un buen libro, ahorrar el dinero para
comprar algo que realmente nos gusta, escribir poemas, hacer paseos por lugares
agradables, etc. La lista de tareas capaces de darnos placer día a día es
infinita.
2.-Disfrutar de los momentos y
las cosas simples
Si esperamos determinada causa
para ser felices (por ejemplo: comprar una casa, tener mejor suerte, conseguir
otro trabajo, ganar más dinero) nos pasaremos la vida sin llegar a serlo.
Tenemos que vivir el momento presente programándonos para lograr nuestros
objetivos, pero a la vez disfrutando de lo que tenemos, ya que las cosas
simples pueden darnos una enorme felicidad diariamente.
3.-Aprender a ver la luz
Todos los acontecimientos tienen
su parte positiva, la cuestión es desarrollar la capacidad que nos permita
darnos cuenta de todo lo bueno que hay a nuestro alrededor para ponerlo a
nuestro favor.
4.-Tomar de las experiencias
desagradables aquello que contribuye a nuestro crecimiento espiritual.
Cuando somos víctimas de la
fatalidad, sólo pensamos en nuestra desgracia y envidiamos a aquellos a quienes
todo les sale bien. Sin embargo, debemos considerar que las experiencias
desagradables forman parte de la vida de todas las personas y que tenemos que
aprender a superarlas para salir adelante.
5.-Creer firmemente que podemos y
merecemos ser felices
¿Por qué pensar que otros tienen
más suerte que nosotros o que nunca lograremos nuestras metas? Si al
levantarnos cada día emprendemos la jornada con ganas y con la certeza de que
nos merecemos lo mejor, el mundo nos lo dará, seguramente. Una buena manera de
lograrlo será que, al levantarnos cada día nos miremos al espejo y con una
sonrisa nos digamos: "Tendré un día positivo que me brindará
felicidad".
6.-Animarnos a cambiar
Muchas veces el miedo, la opinión
de los otros, la idea de sufrimiento nos paralizan impidiendo que tomemos
rumbos diferentes en nuestra vida. ¿Vale la pena que sigamos con una pareja que
nos maltrata? ¿Es necesario que sigamos quejándonos de que siempre nos
enfermamos, sin decidirnos a ir a un médico? Admitir nuestros errores y
atrevernos a tomar conciencia de aquello que nos hace mal a fin de
transformarlo, es dar un paso importante en el camino hacia nuestra felicidad.
7.-Desterrar los sentimientos
negativos
La envidia, el odio, la culpa, el
miedo, el egoísmo son sentimientos que sólo nos hacen daño y nos cierran
indefectiblemente las puertas de la felicidad. Debemos ser sencillos y
discretos, dar nuestro aprecio a las personas que queremos y - simplemente - alejarnos
de los necios y los que tienen malas intenciones o energías negativas.
8.-Confiar en los demás y hacer
algo por ellos
La mayor parte de la gente teme -
y no sin razón - ser engañada, por lo que no deposita su confianza en los
demás. Si nos dejamos llevar y abrimos nuestros sentidos, la intuición nos
indicará con claridad quiénes son sinceros y quiénes no lo son: entonces,
podremos acercarnos a los primeros y brindarles nuestra ayuda, si la necesitan.
9.-Recordar las experiencias
agradables
Debemos aprender a disfrutar de
los momentos verdaderamente agradables para luego recordarlos por siempre, no
para deprimirnos porque ahora no somos tan felices como en determinada ocasión,
sino para sentirnos bien con nosotros mismos. Esta clase de evocaciones podremos
compartirlas con nuestros seres queridos, al tiempo que nos dejará en el rostro
una sonrisa de plena satisfacción.
10.-Desarrollar una actividad que
nos contacte con lo espiritual
Rezar o meditar son tareas que
nos pondrán en contacto con la parte más profunda y elevada de nuestro ser,
acercándonos a Dios. Este acto realizado cada día, nos permitirá enfrentar de
otro modo los problemas, alejando las energías negativas, al tiempo que nos
liberará de todo lo superficial para que disfrutemos plenamente de la vida, de
la naturaleza y de las relaciones con las personas que amamos.
Abrazos desde el alma.
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