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martes, 27 de diciembre de 2011

CONTRA EL STRES




Ahora con el pensamiento, sólo con el pensamiento voy más allá de esta tierra; voy a un mundo de silencio, un mundo de luz, la luz del amor...




Cualquier proceso de adaptación psicológica
se traduce en un exceso de hormonas cerebrales
llamadas catecolamina.
Este fenómeno, que resulta fácil de medir
en un análisis de sangre, de orina o incluso
en el cabello no es otra cosa que el estrés,
o Síndrome de Adaptación al Cambio.
Insomnio, obsesión, fobias, dolores musculares...
son síntomas claros de que nuestras
pilas están a punto de agotarse.



· Cada cosa a su tiempo.

· Estar todo el día pensando en nuestros problemas es agotador. No hacerlo es vivir en un mundo imaginario. El término medio se encuentra en dedicar un tiempo (media hora ) todos los días a pensar en aquella cosas a las que debemos dar una solución. De esta forma conseguiremos dos objetivos: por un lado, el concentrarnos durante 30 minutos en intentar resolver nuestros asuntos exclusivamente, nuestra mente no estará pensando en cinco temas a la vez y la solución vendrá muchos más rápidamente. Por otra parte, el resto del día seremos libres para recapacitar sobre otros temas o sencillamente realizar nuestro trabajo o estudio de forma menos agobiante.



· Aprenda a decir no.

A veces es muy difícil decir no... Es la base de muchos problemas psicológicos. Cuando uno no sabe decir "no", tiene que hacer cosas que no desea. Pierde parte de su individualidad y del respeto hacia uno mismo. Decir "no" no es ser agresivo, ni se pierde aceptación social por ello. Muchas personas piensan que negarse a hacer algo se les va a rechazar y eso les da miedo. En realidad, lo que ocurre es todo lo contrario.



· Yoga movimiento por la paz

El Yoga apareció hace más de 6.000 años en la India. En este país, los yoguis tardan varios años en perfeccionar su técnica, pero una vez que lo consiguen 20 minutos a primera hora de la mañana le son suficientes para alcanzar la relajación. Combina una respiración profunda en la que se llenan los pulmones de abajo arriba (sin forzarlos), y comenzar con posturas sencillas -que se llaman asanas y existen por cientos- que se asemejan al desperezamiento de ciertos animales, son los pasos necesarios para iniciarse en esta técnica, cuya filosofía asegura que el estrés es una reacción del cuerpo a ciertas impresiones de la mente.



· El masaje: curar con las manos.

El masaje estimula la circulación sanguínea estrechando y dilatando las venas, lo que provoca una mejoría del tejido conjuntivo, o lo que es lo mismo, una distensión muscular. Cuando alguien aquejado de estrés nota el contacto de las manos, el alivio es inmediato, porque el simple calor humano reduce tensiones y ansiedad en la mayoría de los casos.



· Meditación, soñar despierto.

La meditación nada tiene que ver con las fuerzas paranormales o el esoterismo: se trata de conseguir un nivel de relajación tan alto que nos posibilite entrar en un estado de conciencia distinto a los que tenemos mientras estamos despiertos, dormidos o soñando. Al alcanzarlo, se ralentiza el metabolismo, el trabajo cardíaco y el ritmo respiratorio -apenas se consume oxígeno- al tiempo que aumenta la sincronía entre dos hemisferios cerebrales.



· Infusiones y dietas

El efecto terapéutico de las plantas basa su efectividad en la rapidez con la que las sustancias llegan a la sangre. Precisamente en ella es donde más alteraciones se producen cuando nos estresamos: Los leucocitos o glóbulos blancos encargados de generar anticuerpos disminuyen. La "pasiflora, la valeriana, la melisa y el espino blanco" son excelentes relajantes para echar en la tetera, mientras que el " eleuterococo y la salvia" producen efectos tonificantes, igualmente necesarios en cualquier tratamiento anti-estrés. También la alimentación es muy importante; carencias en el grupo B de vitaminas, de calcio y aminoácidos ocasionan situaciones crónicas de agotamiento. Una buena dieta de choque aporta un suspiro de tranquilidad. Por ejemplo un 60% de glúcidos (pastas, arroz, y patatas), un 20% de lípidos (básicamente aceites) y otros 20% de proteínas (cereales, legumbres, carne y pescado), pueden hacernos alcanzar el equilibrio ideal y reducir nuestro estrés.



· Musicoterapia

En el momento en que los nervios afloran se produce un brusco cambio de ritmos en los mecanismos de todo el cuerpo, y la musicología asegura poder arreglarlo. A través de su sentido del oído, el hombre puede decodificar sonidos, que vuelven a ajustar el organismo a su funcionamiento ideal.. Algunos especialista aseguran que la música de "Wagner" tenía efectos muy positivos sobre personas que sufrían de ansiedad o depresión, mientras que "Chopin" era ideal para conciliar el sueño. Huyendo de los compositores clásicos, los adeptos a esta terapia han encontrado varias combinaciones de sonido para alcanzar el equilibrio. La música instrumental contemporánea, la minimalista y sobre todo la música "New Age", que insertan diversos sonidos ancestrales y de la naturaleza, son las más habituales.

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