Ritual
1) - INTRODUCCIÓN:
Este Ritual se celebra por lo
general en forma de Cadena, es decir, se recibe y se envía a personas
previamente determinadas. También puede practicarse individualmente, omitiendo
la parte de la cadena con los arreglos que correspondan. O eligiendo sólo los
destinatarios, al no haberlo recibido de otro. Alguien te eligió a Ti para que
lo recibas, aunque lo hayas hallado “por casualidad”. Tú deberás pensar muy
bien si eliges o no a quien enviárselo. Es decir que inicialmente debe existir
una responsabilidad previa, que se pone de manifiesto al seleccionar a los
recipientes adecuados a quien se lo enviaremos, o al decidir que para esta
ocasión mejor no lo enviamos a nadie. Nosotros lo decidimos. Los Ángeles no nos
castigarán por no cumplir con estos requerimientos, ni por ningún otro motivo,
porque son todo Amor. Pero si no celebramos este Ritual -o cualquier otro- con
el Amor, el Respeto y la Devoción que requiere, no hay motivo para celebrarlo
ni para esperar sus efectos benéficos porque nosotros mismos no nos armonizamos
con él. Cualquier Ritual es una Ceremonia de la que nos valemos para lograr que
una lección se imprima en nuestra mente a través de una viva emoción. Es decir
que si no ponemos nuestra mayor emoción en él simplemente no nos sirve. Así
podemos afirmar que el Bautismo, por ejemplo, es un Ritual, porque a través de
él comprendemos que nos hacemos Miembros de una Iglesia, que aceptamos su
jerarquía, sus enseñanzas y sus reglamentos, que nos comprometemos a servirla y
que en adelante recibiremos también sus beneficios. Existen muchos Rituales en
la vida cotidiana, religiosos y profanos, y a muchos de ellos los celebramos
sin saberlo, como la Jura a la Bandera, el canto de un Himno, la Bendición de
los Alimentos, las Curaciones Psíquicas y otros. Dentro de lo esotérico existe
infinidad de Rituales llamados de formas diferentes, como Ceremonias,
Ejercicios, Iniciaciones, Sanaciones, etc. Es normal oir que nuestros
ejercicios no nos dieron resultado y eso es porque los celebramos sin las tres
condiciones elementales y básicas ya indicadas.
2) – PREPARATIVOS:
a.- Recepción: Este ejercicio
comienza cuando descubrimos el ejercicio por nuestros propios medios o alguien
nos avisa con cierta anticipación que nos lo enviará. Lo correcto sería que nos
avise con tres días de anticipación para darnos tiempo a preparar lo necesario.
Si nos interesa hacerlo aceptamos el compromiso. Si sabemos que hay alguna
dificultad lo rechazamos. Una vez que aceptamos, comenzamos a preparar el
Oratorio. Si lo recibimos por otro medio que no sea cadena, podemos celebrarlo
en forma individual o iniciando una cadena a partir de nosotros. En tal caso,
no hay prisa.
b.- El Oratorio: No es otra cosa
que un lugar del que podemos disponer con alguna intimidad para nuestro trabajo
esotérico. Debe contar también con las tres condiciones ya referidas. Y,
preferentemente, deberían poder permanecer los tres días que dura el ejercicio
tal como lo preparamos. Si eso no es posible, deberemos desarmarlo al finalizar
el trabajo diario y guardar los elementos con cuidado. Quienes nos dedicamos a
los temas esotéricos generalmente nos comprometemos ante nuestra Escuela,
Maestro, Ángel, Preceptor o Guía, a tener un Oratorio siempre listo, en el que
todos los días efectuamos de por vida nuestro trabajo a favor de nosotros, de
nuestro mundo y de la humanidad. Cuando el Oratorio está armado, aunque sea una
mesita de luz o de estudio, se convierte en un lugar Sagrado y debemos
comportarnos ante él apropiadamente.
c.- Destinatarios: Lo siguiente
es decidir si lo enviamos a otras personas o no. En caso que nos decidamos por
el sí, deberemos pensar bien a quienes se lo enviaremos. Deben ser otras tres
personas cualesquiera, con el único requerimiento que lo acepten de buena fe, a
quienes les prometemos el envío para dentro de tres días. Cuando tenemos
decidido quienes serán las tres personas, les pasamos antes que otra cosa y en
ese mismo momento estas instrucciones, para que se familiaricen con ellas y
preparen todo. De inmediato nos ponemos nosotros a cumplirlo. No es bueno
enviarlo a cualquiera para sacárnoslo de encima. Por respeto, mejor es no darle
curso. Si uno lo recibe pero luego decide no hacerlo, sólo habrá cometido una
falta contra sí mismo y contra quien se lo envió, pero no es cierto que la
falta se haya cometido ante los Arcángeles… El traslado sólo obedece a la
necesidad de compartir y divulgar algo que nos resulta positivo y grato. Nada
más.
d.- Materiales: Ahora les detallo
lo necesario para realizar este Ejercicio apropiadamente, ya que lo deberemos
preparar con antelación.
# Cuatro velones grandes blancos,
que duren encendidos los tres días: 12 cm. de largo por 5 cm. de diámetro, como
ejemplo. Hay algunos que se expenden con el nombre “Tres Días” o “Siete Días”
según lo que duran. Si existen riesgos o impedimentos para dejarlos encendidos
durante los tres días, bastará con hacerlo mientras nos dediquemos al ejercicio
y luego apagarlos. Cada velón debe descansar sobre una base, candelero o
platillo, preferente-mente también blanco. También hace falta una vela común
blanca, sobre un candelero individual, que será la que utilizaremos para
movernos de un lugar a otro y encender los velones y el incienso. Y, por
supuesto, la infaltable caja de fósforos o cerillos, que no es recomendable
reemplazar por un encendedor. Como precaución se sugiere colocar un poco de
agua en los platillos, para que apague la llama de los velones si se consumen
cuando no estemos cerca.
# Cuatro flores blancas en su
florero, copa o vaso, que deberá mantenerse por los tres días. Por su tamaño,
perfume y calidad, son ideales los jazmines, claveles, rosas o similares. Cada
uno verá las que hay disponibles según el país, la época y el costo.
# Un apagavelas de cualquier
tipo. El esoterista sabe que el fuego del Oratorio es Sagrado y nunca debe
apagarse con un soplido. Se lo debe apagar con un apagavelas o en su defecto
apretando con dos dedos humedecidos la base del pabilo. Si lo hacemos con
decisión y sin vacilar, no nos quemamos. (Hay que practicarlo…)
# Un Oratorio no está completo si
no contiene la simbología de los cuatro elementos de la naturaleza y algún
Símbolo o Imagen Sagrada de nuestra preferencia. En este caso estarán los
cuatro elementos en los materiales enumerados. La tierra en las flores, el agua
en los floreros y el fuego en las velas. Falta el aire, que se representará con
el humo de varios sahumerios de buena calidad colocados en una base apropiada
que proteja el Oratorio de las brasillas que puedan caer. O el de incienso,
mezcla o hierbas aromáticas colocadas en un incensario o sahumador. La imagen o
símbolo Sagrado puede ser una Cruz cualquiera, (Católica, Anksata, Celta,
Caravaca, Rosacruz, etc.) un Buda, una Virgen, un Ángel, un Sagrado Corazón,
una lámina, estampa o cualquier Icono que nos resulte inspirador. Ese es el
requerimiento principal: debe resultarnos inspirador.
# Un esoterista que se precie
tiene una ropa especialmente dedicada para trabajar en el Oratorio. Debe ser
blanca, por lo que simboliza y por la característica especial de no absorber
ninguna vibración. El blanco las rechaza a todas. Sirve un equipo deportivo, un
juego de ropa común, una túnica, capa, sábana, mantel, lo que sea… ¡pero
limpio! Inclusive es recomendable lavarse las manos o –mucho mejor- tomar una
ducha y beber un vaso de agua fresca antes de practicar el trabajo espiritual.
# Finalmente deberemos imprimir
este Ritual, porque no podremos celebrarlo leyendo los diferentes puntos desde
la PC. Sobre todo la parte que sigue a continuación que es el Ritual
propiamente dicho.
# Por supuesto, ustedes verán que
hay muchas cosas que pueden evitarse. Si les parece, evítenlos. Pero recuerden
que cuanto más se ocupen de los detalles, mejor resultará todo. Ustedes lo
deciden. Estas son instrucciones generales muy bien detalladas. Son las que
practican los magos y esoteristas consumados.
# Puede agregarse un equipo de
audio para acompañar el Ritual con un fondo suave de música inspiradora, no
rítmica ni ligera.
3) – DESARROLLO:
a.- Invocación: Cuando llegue la
hora que nos avisaron que nos enviarían nuestros Ángeles (o cuando nosotros lo
hayamos dispuesto) comienza el ejercicio. En realidad serán cuatro Arcángeles.
Miguel, Rafael, Gabriel y Uriel. Son Entidades muy superiores y debemos
entender que este ejercicio significa que nosotros nos armonizaremos con Su
energía, pero para nada que Ellos llegarán a nuestra casa ni a nuestro
Oratorio. Así como debemos ser respetuosos, también deberemos ser coherentes.
Pero esto no debe desalentarnos, ya que el trabajo de armonizarnos con Ellos es
por sí mismo un ejercicio trascendental y de gran contenido místico. Cuando
estamos en Paz, decidimos iniciar el trabajo.
Sentados en nuestro Oratorio,
permanecemos unos minutos en meditación, preparándonos para la Celebración.
Cuando sentimos que llegó el momento, nos ponemos de pie y hacemos nuestra señal
de saludo preferida, como puede ser la Señal de la Cruz. Luego encendemos la
vela y la colocamos en el centro de la mesa. Luego encendemos en ella el
sahumerio o incienso. Permaneciendo de pie decimos en voz baja pero clara esta
oración:
“Amados Arcángeles Miguel,
Rafael, Gabriel y Uriel: los invoco desde lo más profundo de mi Ser en los
lazos de la Luz, la Paz y el Amor y los invito a que por su infinita
misericordia acepten visitar mi casa y mi Oratorio, para que yo pueda comulgar
con Ustedes y su maravillosa influencia.”
b.- Recepción: Seguidamente tomarán la vela e
irán a la puerta o ventana principal de la casa, como para oficiar de guía a
los Visitantes. Visualizan con gran fuerza interior la llegada de las Cuatro
Presencias, preferentemente en la forma de cuatro llamas o rayos de luz, aunque
puede ser en la forma que más prefieran. Invítenlas a pasar como si se tratara
de visitantes físicos, con esta otra oración, siempre en voz baja y clara:
“Amados Arcángeles Miguel,
Rafael, Gabriel y Uriel, sean bienvenidos a mi hogar, que será santificado por
su presencia y voluntad. Los invito a mi Oratorio, al corazón de mi casa y al
corazón de mi Ser, para que derramen sus bendiciones generosamente y me
preparen en cuerpo, mente y espíritu para afrontar las pruebas que me resten
pasar, adecuadamente.”
c.- Ofrenda: Dicho esto diríjanse al Oratorio
como si guiaran a los Visitantes, enciendan los cuatro velones con la vela y
siéntense nuevamente visualizando a los Arcángeles frente o junto a Ustedes, ya
sea de pie o sentados en tronos, o como si flotaran en la habitación rodeados
de una nube luminosa. Esta visualización depende sólo de ustedes y de la idea
que pueden formarse de Ellos y la situación.
Sin detenerse demasiado en
detalles que no vienen al caso, sientan interiormente y con toda el Ser la
presencia de Ellos. Y luego digan la siguiente oración:
“Estas velas, este incienso y
estas flores son el presente y homenaje que dispuse para Ustedes, Amados Seres
de Luz, como gratitud y ofrenda amorosa. Y si me lo permiten, entre el regocijo
que siento por esta Divina Presencia, les solicito tengan la bondad de ayudarme
en el curso de mi sendero concediéndome las gracias que necesito para crecer
interiormente y superar las tribulaciones que me esperan en el mundo exterior.”
d.- Visualización: Luego de decir
esto, fórmense la imagen de estar ante Hermanos Divinos llenos de generosidad y
abundancia, que habrán de satisfacer todos sus pedidos con total Amor.
Háblenles con respeto y sin temor, sin abrigar dudas. En la medida de la fe que
pongan, así las Leyes Cósmicas los obedecerán en sus requerimientos. Recuerden
que debe permanecer todo el transcurso del ejercicio en Amor, Respeto y
Devoción, por la Jerarquía de los visitantes. En este momento abran su corazón
a Ellos y hagan un examen de Conciencia, como si fuera un autopsicoanálisis. Si
tienen alguna duda, pídanles Luz. Si tienen algún dolor, pídanles Consuelo. Si
tienen alguna culpa, pídanles Perdón. Pídanles con humildad lo que necesitan.
Recuerden también las necesidades de otros -familiares, amigos, vecinos, etc.-
y pidan también por ellos. Reserven un lugarcito para pedir por la humanidad y
el mundo. No se olviden de nada y de nadie. Cuando terminaron los pedidos,
agradézcanles por anticipado y súmanse en otra meditación. Esta deberá ser un
poco más profunda y prolongada. En este momento más que en cualquier otro, la
oración debe ser personal. Debe brotarles de lo más hondo del corazón, con todo
el sentimiento, con la mayor confianza, con entrega total. Recuerden que ese
será un momento de Comunión en vuestro Oratorio con los Arcángeles y que Ellos
han venido a Ustedes por que han sido llamados, movidos por el más puro Amor.
Ahora no hay motivos para callarse nada. Nadie los escucha. Todo es Paz,
Felicidad y Armonía.
e.- Despedida: Luego de esta meditación final,
dispónganse para clausurar el ejercicio. Con los velones aún encendidos,
prepárense para despedirse simbólicamente de los Arcángeles. Para ello deberán
decirles esta Oración:
“Amados Seres de Luz: les agradezco
con todo mi corazón su presencia en mi Oratorio y, ya al final de este
encuentro personal por hoy, me pongo al servicio de Ustedes con cuerpo, mente y
espíritu, en la medida de mis capacidades, para que dispongan de mí en el
trabajo Cósmico. Ustedes saben mejor que yo, el cómo, el cuándo y el qué. Yo
sólo me entrego a Ustedes, en el nombre de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Amén.” Esta fórmula (como todas las demás) puede ser modificada, por supuesto,
conforme al sentimiento, creencia y confianza de cada uno. Seguidamente se
pondrán de pie, harán la Señal de la Cruz o la que hubieren elegido y apagarán
la vela. Al hacerlo deberán decir: La Paz, la Luz y el Amor quedan conmigo”.
Podrán dejar encendidos o no los cuatro velones, pero si desean apagarlos, este
es el momento adecuado. Enciendan la luz normal de la habitación, quiten la
música y acomoden los elementos como para no tocarlos más hasta el día
siguiente.
f.- Este fue el Ritual
correspondiente al Primer día. El Segundo día deberá repetirse sólo el punto 3,
desde el párrafo “Ofrenda” hasta el párrafo “Despedida”. Finalmente, el tercer
día deberá repetirse otra vez sólo el punto 3, pero desde “Ofrenda” hasta
“Visualización”, para luego dar al Ritual el final definitivo que se detalla a
continuación. (Es decir, el tercer día se omite el párrafo “Despedida”).
4) – CLAUSURA:
Luego de haber cumplido desde la
“ofrenda” hasta la “despedida” como en los días anteriores, ahora debemos
disponernos a despedir los Arcángeles que nos visitaron en estos tres días para
pedirles que vayan a visitar a las tres personas que hemos seleccionado antes.
Para ello deberemos recitar la siguiente oración:
“Amadas Presencias de Luz, les
agradezco la visita a mi hogar y mi Oratorio con la que me honraron durante
estos días. Ahora, lleno de la Luz que me obsequiaron, les pido con todo Amor
que se dirijan a llevarla a otros Hermanos que los esperan. Ellos son Fulano,
Mengano y Zutano, quienes ya los están aguardando. (Si no los envían a otros
deberán decir: Ahora, lleno de la Luz que me obsequiaron los dejos volver al
Reino de Luz de donde vinieron.) Yo ahora quedo en Paz, con la seguridad que en
cada momento que los necesite podré invocarlos y recibir nuevamente su visita o
inspiración. Por mi parte les doy nuevamente las Gracias y les abro las puertas
de mi Hogar para que continúen su Misión bienhechora por toda la Eternidad”.
Luego de estas palabras, toman la
vela y acompañan a los Arcángeles al revés que el primer día, hacia la puerta o
ventana principal de la casa. Cuando llegan, visualizan el acto de despedirlos
con toda la fuerza posible, exclamando:
“Amadas Presencias de Luz…
¡Vuelvan al Cielo, que otros los esperan!”
Luego de estas palabras finales
regresan al Oratorio, apagan la vela y los velones, y quitan todo hasta dejarlo
como acostumbran tenerlo.
Fin del Ritual
Qué lindo blog de Ángeles!! GRACIAS. Saludos desde Montevideo, Uruguay.
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