Debemos examinar profundamente
cualquier encuentro de tipo espiritual para constatar si se trata realmente de
un encuentro angélico o no. A fin de ayudar en esta evaluación quiero mencionar
unos cuantos puntos que es preciso tener en cuenta.
1) Los encuentros con ángeles no
nos dejan una sensación de ansiedad ni temores indefinidos.
Los ángeles son seres de luz;
viven su vida plenamente en paz y en el gozo de saber que están actuando en
untado de acuerdo con su naturaleza. No se limitan a presentarse ante nosotros,
entregarnos su mensaje y desaparecer dejándonos con miedo y ansiedad. Por lo
menos no lo hacen sin dejarnos la solución para nuestras ansiedades. Dios es la
certidumbre definitiva, la afirmación de toda bondad; las inspiraciones que nos
llegan de Dios, ya sea a través de sus ángeles o por cualquier otro medio, son
completamente positivas y concebidas para nuestro mayor beneficio. Por
supuesto, tales mensajes no son toda dulzura y luz. Pero, por muy duro que nos
resulte recibirlo, siempre trae amor, siempre es positivo y claro.
Un verdadero mensaje de los
ángeles nos deja con una sensación de confianza, para nada ansioso. No importa
que el mensaje sea gozoso o cargado de íntima sobriedad, siempre sentiremos una
gran confianza interna en el sentido de que el contenido del mensaje nos será
de provecho, es adecuado para nosotros y armoniza con lo que, en lo más hondo
del espíritu, sabemos qué son las cosas correctas y sinceras.
En otros casos, el mensaje podrá
aumentar nuestra comprensión de lo que somos y para qué estamos en la tierra,
porque nos conduce hacia lugares más profundos de nosotros mismos, en corazón y
en espíritu, pero aún en un caso así, al final siempre sentimos una confianza
absoluta y plena de que el mensaje es verdadero.
2) Los ángeles no nos dejan
confundidos
San Pablo hizo notar que
"Dios es un Dios de orden, no de confusión". Los ángeles llegan a
nosotros provenientes de Dios. ¿Sería entonces posible que Dios se tomara el
"trabajo" de enviar a un mensajero celestial con capacidad para
revestir la forma que se considerase necesaria para comunicarse,.. y luego se
limitara a dejarnos un mensaje confuso?
No. Por supuesto, eso no quiere
decir que Dios pase por alto nuestra mente humana. Lo que hemos de hacer es
pensar en un mensaje angélico, actuar en consecuencia, y hacer que forme parte
de nosotros antes de que podamos aprovecharlo. Sin embargo, según podemos ver,
la confusión existente en nuestra sociedad y en nuestras propias vidas, no
estamos viviendo del todo y a la perfección en la luz, puesto que en tal caso
ya no existiría el desorden y mucho menos el caos. Cuando uno de esos mensajes
está lleno de incoherencias, elaborado con señales confusas, es muy posible que
haya surgido de nuestra propia mente.
3) Los ángeles no intentan
obligarnos a nada.
Cuando los ángeles llegan a
nosotros trayendo un mensaje, ese mensaje es de Dios; no se trata de mensajes
de los propios ángeles.
Cuando recibimos un mensaje que,
a nuestro entender, puede ser angélico en su origen, y tan perentorio que nos
sentimos impulsados a cumplirlo sobre la marcha, o cuando consideramos que no
nos queda otra elección o incluso que, en caso de no cumplir el mandato,
sobrevendrá un castigo, entonces hay que dudar de que se trate de un mensaje
proveniente del cielo.
Uno de los aspectos más preciados
de la naturaleza humana es el libre albedrío, la capacidad de que estamos
dotados para elegir según sea nuestra voluntad entre lo malo y lo bueno, o
sencillamente lo que consideremos que sea más conveniente para nosotros.
Los impulsos que provienen de
Dios, ya sea en forma directa o durante el transcurso de nuestra vida, están
destinados a ayudarnos para que podamos hacer lo bueno, lo inteligente, y lo
que contenga amor. Dios nos ha creado como seres que pueden elegir, y que se
sienten satisfechos por el hecho de poder hacerlo; por lo tanto, Dios no ha de
forzarnos en modo alguno, y mucho menos a través de mensajes llevados por los
ángeles.
Cuando los ángeles llegan a
nosotros con un mensaje que compromete nuestra mente o nuestra voluntad,
siempre está destinado a dejarnos con la necesaria libertad para elegir.
4) Los mensajes angelicales
llaman la atención hacia el que los envía y no hacia el mensajero.
¿Se te ha ocurrido pensar por qué
razón los ángeles se presentan con más frecuencia bajo la apariencia de seres
humanos comunes, para nada celestiales, criaturas apenas metidas en un cuerpo
que algunas veces tenemos el privilegio de ver? Creo que es así porque no
quieren que nos fijemos en ellos más de lo indispensable, sino en el mensaje que
nos traen y en Aquel que lo envía.
Siempre que recibamos un mensaje
que de alguna manera no nos incite a aproximarnos más a Dios - es decir, a
rezarle o agradecerle, ya sea en voz alta como estableciendo una comunicación
sin palabras -, será conveniente que echemos un vistazo a nuestro interior y
nuestra capacidad creativa como posible fuente del mensaje.
Si la figura del mensajero
aparece tan opaca entre nosotros y el mensaje (o quien nos lo envía) como para
que sólo podamos verlo en él, entonces ese mensajero no es un ángel. Es
necesario subrayarlo constantemente, los ángeles nunca se interponen en el
camino. No quieren convertirse en el centro de nuestra atención durante más
tiempo del indispensable para entregar su mensaje o hacer aquello para lo cual
han sido enviados.
5) Examinar siempre los frutos de
cualquier encuentro angélico o de todo mensaje que se le presente, tanto en su
vida, como en la vida de los suyos
Creo que Jesús lo expuso con toda
claridad cuando recordó que "por el fruto se conocerán los árboles, pues
un buen árbol siempre tendrá que dar buenos frutos…." Un encuentro
angelical proveniente de Dios y no de la propia imaginación siempre tiene que
producir buenos frutos, resultados tangibles.
Desde luego, cuando nuestro
propio anhelo de encontrar a Dios nos lleva a imaginar más de una cosa, más de
lo que ofrece la realidad, también encontraremos buenos frutos. No somos
troncos muertos, ni mucho menos; somos criaturas extraordinarias, hermosos
seres, y tengo la certeza de que cualquiera de nosotros tiene que haber
producido alguna vez un puñado de dátiles o de jugosas aceitunas. Pero si
tropieza con alguna negatividad dañina - es decir, malos frutos - como
resultado de un encuentro con un ángel, con toda sinceridad tengo mis dudas de que
se trate de uno de esos encuentros.
6) Poner a prueba todo aquello
que parezca ser un mensaje angélico pero esté en contracción con lo que tienes
por cierto, sabio y pleno de luz y amor
Otra forma de poner a prueba la
realidad de un encuentro angélico consiste en examinar muy a fondo el contenido
del mensaje, y también lo que el portador dice y hace. Los ángeles son enviados
de Dios, cuyas palabras dirigidas a nosotros siempre han de estar colmadas de
luz, gozo, paz, sabiduría, amor, coraje y confianza.
Por lo tanto, las palabras que
nos digan los ángeles deberán estar siempre en condiciones de conducirnos hacia
un amor más grande, hacia la alegría y la confianza. Lo mismo pasa con los
hechos de los ángeles, que nos conducen hacia la luz, la paz y todas las cosas
buenas que provienen de Dios.
Si un ser que se aparece en una
visión ordena que alguien le encienda velas todos los días, o de algún otro
modo tratar de dirigir la atención del que recibe el mensaje hacia los mismos
que lo traen, entonces tendremos la obligación de examinar mucho más de cerca
todo lo que se relacione con la autenticidad o no del mensaje. Hemos de tener
siempre en cuenta que los ángeles no atraen hacia ellos más atención de la que
consideran necesaria.
7) Todo encuentro angélico nos
cambia mucho o poco, pero siempre para mejor.
Siempre que Dios llega a nosotros
a través de sus ángeles nos resulta imposible no cambiar de alguna manera muy
sutil. Es posible que el encuentro nos sirva para despertar un interés acerca
del reino espiritual que jamás habíamos tenido, o por lo menos alguna
curiosidad en ese sentido.
Quizás el encuentro nos haga
penar en lo afortunados que hemos sido y nos impulse a sentir más piedad y más
sentido de solidaridad con los más necesitados y menos venturosos. Es posible
que nos haga comprender lo valiosos que somos a los ojos del cielo, cuán
maravillosos somos, qué gloriosas son todas las creaciones de Dios.
Tal vez alcancemos a oír una
vocecita que nos trae la certeza de que Dios nos ama, tal como tantas veces
ocurre cuando un ángel acude a rescatarnos de una situación difícil o
peligrosa.
Del modo que sea, siempre hay
allí un resto de gracia, como un fertilizante programado para actuar en el
momento debido, destinado a permitirnos crecer. O hay encuentro con los ángeles
pensado para dejarnos tal como estábamos, sea donde fuere que hayamos estado.
Si no podemos crecer un poco, o por lo menos experimentar la necesidad de
crecer (lo hacemos, ya que, después de todo, siempre tendremos el libre
albedrío para crecer o no), ¿cómo podremos decir que nos hemos encontrado con
un ángel?
8) Los encuentros con ángeles no
pueden tener consecuencias perjudiciales para quienes nos rodean
Esto no quiere decir que todos
deban creernos cuando les hablamos de nuestros encuentros con los ángeles. Pero
sí podemos confiar en que la misión angélica significa para nosotros - y para
quienes nos rodean y a quienes amamos - nada más que amor y paz.
En ocasiones las reacciones de
los que están junto a nosotros, en cuya buena voluntad creemos, pueden servir
de mucho para ayudarnos a determinar si en realidad hemos sido tocados por un
ángel. Cuando los demás le digan que está procediendo de manera ajena a su
carácter habitual, y no precisamente para mejor sino más bien todo lo contrario,
entonces convendría ponerse a pensar seriamente en cómo seguir la pista a sus
actos hasta llegar a la experiencia. Si lo consigue, cuídese antes de
atribuirlo todo a un mensajero celestial.
9) Todo ser al que podamos
convocar, ya sea por medio de ritos o sin ellos, probablemente no sea un ángel.
Conviene no olvidar que los
ángeles son seres soberanos, dentro de los límites marcados por su servicio
hacia nosotros y para con la Divinidad. No se trata de seres a los que podemos
dominar a voluntad.
Jamás podríamos convocar a un
ángel para que apareciera ante nosotros y ni siquiera para que nos hablara, ya
sea merced a nuestra propia energía o reuniendo a un grupo dispuesto a aunar
voluntades, como tampoco utilizando artefactos tales como la tabla Guija o las
cartas de Tarot.
Jamás se podrá forzar a uno de
esos seres. Los propios ángeles se encargarán de hacer saber cuándo consideran
que corresponde presentarse, y ellos entienden que deben hacerlo sólo cuando
Dios les comunica que el momento es el adecuado.
* * * * *
ÁNGEL DE LA GUARDA
Cada persona en la Tierra tiene
asignado un ángel de la guarda. Cada ser humano, independientemente de sus
creencias, aspecto físico o condición, tiene el privilegio de poseer un ángel
de la guarda. Está contigo siempre, vayas donde vayas, hagas lo que hagas. Tu
ángel de la guarda ha estado siempre contigo incluso cuando decidiste venir a l
mundo en tu forma actual de ser humano. También recuerda y también tiene en
cuenta las metas que te has marcado en la vida, y tampoco olvida las
aspiraciones que yacen en tu subconsciente.
Seguro que recordarás alguna
situación de peligro en tu vida de la que podrías haber salido gravemente
herida y que una fuerza invisible te condujo a la salvación. quizas no hayas
tenido una experiencia así, pero habrás leído u oído de alguna similar. La
mayoría de los que conducimos un auto, especialmente por las carreteras,
conoceos la existencia de ángeles de la guarda. Varias veces habrás visto
coches al borde de un accidente que, empujados por una extraña fuerza, han
evitado una colisión en el momento preciso.
Cuando uno resulta gravemente
herido y alguien acude a salvarle la vida en el instante preciso, éste último
generalmente va porque "algo" le ha indicado que fuera. El ángel de
la guarda del herido ha ido a buscar al ángel de la otra persona y le ha
transmitido la llamada de socorro. Fundamentalmente, se sabe que los ángeles de
la guarda nos vigilan y protegen en cada uno de nuestros movimientos.
¿Por qué pues no intentamos
llegar a conocer a nuestro ángel de la guarda? Tu ángel de la guarda puede
ayudarte de muy distintas maneras, aparte de salvarte de accidentes de coche o
de daños físicos. Cultiva una profunda relación con tu ángel de la guarda. Le
puedes pedir sabiduría y clarividencia en los momentos más confusos de tu vida.
También puedes conseguir que tu ángel establezca contacto con los ángeles de la
guarda de tus amistades para que así puedan comentar entre ellos tus
relaciones.
Haz caso de tu intuición; ésta
irá en aumento si estás en armonía con tu ángel. Ten en cuenta que los mensajes
de advertencia y consejo que recibes de tu ángel de la guarda llegan a ti
gracias al conocimiento profundo de tu intuición. ¿Has dejado alguna vez de
hacer algo porque de repente has tenido la sensación de que iba a ser un error,
dándote cuenta más tarde de que si lo hubieras hecho, los resultados habrían
sido desastrosos?
Sé creativo con tu ángel de la
guarda. En tu intimidad, compórtate como el niño que tiene un amigo y
confidente invisible. A los ángeles les encanta. Se sabe que los niños ven y
hablan con sus Ángeles. Esto sucede antes de que puedan expresar aquello que
ven con exactitud, pero hay algunos que recuerdan cuando podían ver y hablar
con su ángel de la guarda.
En determinados periodos del
desarrollo de un niño sus ángeles de la guarda llaman a sus ayudantes. El ángel
suele necesitar ayuda cuando el niño cumple los "terribles dos años"
de edad. Después de que todo haya vuelto a su cauce (esto depende del niño), no
se precisa de ayuda extra hasta que el niño pase a la adolescencia y comience a
conducir. En este momento, algunos jóvenes disponen de un ejército de Ángeles
de la guarda, pero la mayoría de ellos cuentan por lo menos con dos Ángeles que
trabajan horas extras para protegerlos durante esta etapa tan arriesgada. A los
veinte años, edad en que los jóvenes son conscientes de que no son
indestructibles, la ayuda angélica ya no es tan necesaria. Más adelante en la
vida la ayuda extra variará según las necesidades.
Un gran número de seres humanos
sufre a lo largo de su vida y esto hace que se produzca una regresión en su
crecimiento espiritual, porque se sienten profundamente desdichados. En el
subconsciente de estas personas existe la idea de suicidio cuando tienen que
reaccionar o tomar decisiones importantes en la vida. Los ángeles se sienten
frustrados cuando deben asistir a estos infelices. Es obvio que los Ángeles no
participarán de esta infelicidad. Por lo tanto éstos sólo pueden esperar a que
estas personas decidan dejar de sufrir y se produzca así una transformación.
Estamos dotados de libre albedrío, así que, si queremos sufrir, o creemos que
esto es lo apropiado, es problema nuestro.
A veces creemos que los ángeles
están de vacaciones. Algo que creemos que ni Dios ni nuestro ángel de la guarda
lo permitiría, ocurre. Uno de los grandes misterios de la vida es entender por
qué a personas buenas les acaecen desgracias y, en cambio, malas personas
tienen suerte en la vida. Podemos elucubrar al respecto y encontrar respuestas
tales como el karma y a otras tantas lecciones que debemos aprender. Pero nunca
se puede responder de manera satisfactoria a la pregunta de por qué existe la
injusticia en el mundo. Nuestros ángeles de la guarda nunca se van de
vacaciones, pero cuanto más positivos y optimistas seamos, más fácil les será
protegernos y darnos sustento.
Así pues, llénate de esperanza,
confianza y fe, porque tu ángel de la guarda siempre se ocupará de ti. No te
preocupes por el mañana, sé feliz por ser quien eres y da gracias a tu ángel de
la guarda. Ten siempre presente que él es el mismo hoy, que ayer y que mañana.
El quiere recordarte que en estos momentos estás viva y que, te guste o no,
esto es un hecho.
Tu ángel te vigila y controla
cada uno de tus pasos, esperando siempre un progreso. Ya sea de la desgracia a
la normalidad, de la normalidad al bienestar o del bienestar a la felicidad
absoluta; tu ángel siempre quiere llevarte a un escalos superior. Estará
siempre a tu lado para recordarte el importante papel que juegas en este
planeta tan concurrido.
La costumbre católica de recitar
la oración del Ángel de la Guarda puede ayudarte a sentir la presencia de tu
ángel:
Ángel de la Guarda, dulce
compañía
No me desampares ni de noche ni
de día.
Las horas que pasan, las horas
del día,
Si tú estás conmigo serán de
alegría.
No me dejes solo, sé en todo mi
guía
Sin ti soy chiquito y me
perdería.
Ven siempre a mi lado, tu mano en
la mía,
Ángel de mi guarda, dulce
compañía.
* * * * *
¿QUIÉN SOY YO?
Conocerse a sí mismo no es por
cierto tarea sencilla, pero sí esencial, siempre que nuestro deseo sea llegar a
aprender cómo ponernos en contacto con nuestros ángeles. Ellos están
observándonos con muchísima más precisión que nosotros mismos. Pueden recordar
cada una de nuestras aspiraciones. Esto es algo que jamás podríamos igualar,
pero, en cambio, podemos y debemos tratar de recordar todo cuanto hemos hecho
en este mundo. Llevar a cabo una especie de autobiografía mental.
Para preparar esas memorias, o
como se las quiera llamar, tendrás que disponer de algunos momentos
particularmente calificados del día o de l anoche, aquellos en los cuales
nuestros procesos mentales no se ven perturbados por nada y por lo mismo se
muestran más activos, ya que éste será un ejercicio de la mente y la voluntad.
Elije una habitación tranquila o
un espacio abierto, con tal de que allí se produzca el menor número posible de
distracciones. No pongas ninguna clase de música, puesto que este ejercicio ha
de ser una entrega muy seria y de total concentración. Escoge también una silla
cómoda o adopta una postura recta y alerta, de ningún modo relajada ni carente
de un enfoque definido.
Tómate unos minutos antes de
acostumbrarte al ámbito que haya a tu alrededor, que serán aprovechados
asimismo para expulsar de tu mente toda posible preocupación. A renglón
seguido, deberás expresar lentamente una breve oración implorando ayuda y
cooperación. Se elevará esa plegaria a la Altísima Fuente que cada no reconozca
como existente fuera de nosotros, diciendo algo similar al o que sigue:
"Humildemente trato de saber
de mí cuanto pueda saber: quién soy, de dónde provengo, hacia dónde voy, y qué
es lo que deberé hacer en éste mi viaje por este mundo. Pido ayuda y
esclarecimiento para comprender qué significa ser humano, qué significa ser yo.
Doy gracias por el conocimiento e iluminación que necesito para hacer
esto."
Después, permanece sentada
alrededor de un minuto y formúlate esta pregunta: "¿Quién soy?". Y a
partir de entonces empieza a contestar, con todos los detalles de que seas
capaz, todas las conexiones y recuerdos posibles. No hay respuestas correctas o
equivocadas; cualquier cosa que "seas" es correcta. Intenta
establecer todas las relaciones, todas tus cualidades y defectos, cada
experiencia pasada.
Las afirmaciones que se hagan
acerca de quiénes somos tendrán que contener la mayor exactitud posible. Si se
trata de una cualidad que forma parte de nuestra vida, si es una esperanza que
se abriga para disfrutar durante la vida, si forma parte del pasado o del
presente, todo eso también deberá mencionarse.
Cuando hayas terminado - cosa que
puede demandarte horas e incluso varias sesiones por el estilo - da gracias por
todo lo que eres, lo que has hecho y lo que desearías ser. Para entonces, lo
más probable es que hayas expresado al menos un millar de declaraciones acerca
de quién eres, y te percatarás de cuán complicado es, y con cuántas otras
vidas, las vidas de otros, has tenido que ver. Tus ángeles acudirán en tu
ayuda, porque es importante para ellos que tu propia autoconciencia se
acreciente.
Este ejercicio sólo deberás
realizarlo una vez, siempre que le concedas el tiempo y la atención que
realmente merece. No obstante, podrás repetirlo en caso de que quieras agregar
más detalles a tus propias apreciaciones respecto de lo que eres.
* * * * *
INVOCACIONES Y ORACIONES
Voy a darte una serie de
oraciones e invocaciones provenientes de las más diversas fuentes.
Muchas de ellas proceden de los
libros de Hodson que, como ya hemos visto, tenía mucha familiaridad con los
Ángeles.
Elegí aquella que más se acomode
a tu modo de ser, repítela y, si es posible, fotocópiala y divúlgala. Así te
convertirás en colaboradora activa en la construcción del famoso puente entre
nosotros y Ellos.
Pero casi tengo la certeza que,
si has llegado en tus estudios a esta parte, ello significa que, desde hace ya
mucho tiempo estás trabajando en la construcción de aquel famoso puente, mucho
más de lo que tu memoria logre recordar.
* * * * *
ORACIONES
A los Ángeles Sanadores
¡Os Saludo, Devas de la sanación!
Venid en nuestra ayuda.
Verted vuestra energía curativa
Sobre este hermano nuestro.
Colmad cada célula de fuerza
vital.
Dad a cada nervio la paz.
Aplicad los sentidos torturados.
La onda de vida que sube
Lleve calor a cada fibra
Mientras el cuerpo y el ánima son
restaurados
Por vuestro poder sanador.
Dejad que un ángel vele,
Que conforte y proteja
Hasta que la salud retorne.
Un ángel que rechace todo mal
Y acelere el retorno de la fuerza
O acompañe a la Paz si la Vida se
ha acabado.
¡Os saludo, Devas de la sanación!
Venid en nuestra ayuda
Compartid con nosotros las
fatigas de la Tierra
Para que Dios se despierte por
medio del hombre.
A los Ángeles de la Naturaleza
¡Os saludo, Devas de la Tierra y
del Cielo!
Venid en nuestra ayuda.
Dad la fertilidad a nuestros
campos,
Desatad la vida en todas nuestras
semillas,
Que nuestra tierra puede ser
fecunda.
¡Os saludo, Devas de la Tierra y
del Cielo!
Venid en nuestra ayuda
Compartid con nosotros las
fatigas de la Tierra
Y que la Divinidad interior sea
liberada.
* * * * *
MEDITACIÓN PARA CONECTARNOS CON
NUESTRO ÁNGEL GUARDIÁN
1) Siéntate cómodamente frente a
plantas y flores, obsérvalas, conéctate con la belleza de la naturaleza que se
encuentra frente tuyo. Inspira esa belleza y siente como esta energía de la
belleza llega a tu corazón.
Desenfoca la vista y comenzarás a
ver una luminosidad que irradian las plantas que se encuentran frente tuyo.
Inspira profundamente y siente como esa energía, con cada inspiración llena tu
corazón y comienzas a sentir una sensación de amor que sale de tu corazón,
pasando por tu cabeza y se conecta con la planta que se encuentra frente tuyo,
y la sensación de amor sigue creciendo.
2) Plena de energía de Amor
cierra tus ojos e imagina el cielo estrellado a tu alrededor, imagina que todas
las estrellas se conectan contigo. Inspira profundamente y siente como el Amor
en tu interior crece.
Siente como esa energía sale de
vos a través de todos tus poros e ilumina tu cuerpo energético, va hacia el
cosmos y regresa llenándote de más Amor.
Tu ser está conectado con el
universo, pleno de energía.
3) Visualiza sobre tu cabeza la
imagen de un Ángel. Imagina que la luz que sale desde el centro del corazón del
Ángel es blanca y dorada. Inspira y siente como esta luz cubre tu cabeza y tu
rostro. Comenzarás a sentir un cosquilleo en tu coronilla, un tibio calor que
te envuelve.
Inspira aún más profundamente y
siente que esa luz llega a tu corazón. Siente paz y alegría plena. Cuando
sientas esto pide a tu Ángel que te dé una muestra de su Amor generando una
coincidencia favorable para vos y hace un pedido simple para sentir su acción
en tu vida.
4) Lleva tus manos hacia el
corazón en señal de agradecimiento a Dios y a tu Ángel. Conserva lo más posible
el estado de felicidad que está en vos en espera de la señal que le pediste a
tu ángel. Una vez que sientas la presencia de tu ángel y su acción en tu vida,
te encuentras preparada para profundizar aún más esa relación y transformarte
en un canal de la luz del Reino Angélico en nuestra tierra.
No está demás que antes de dormir
repitas la tradicional plegaria de nuestra infancia: "Ángel de la guarda,
dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día", solamente para
que nuestro protector sepa que lo tenemos presente.
Curso por Alexis Muetterken
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