Cada palabra que se pronuncia es
un decreto que se manifiesta en lo exterior. La palabra es el pensamiento
hablado. Los decretos son pensamientos, sentimientos, que vamos a manifestar
mediante el repetir tres veces cada decreto, con fuerza y firmeza, la idea de
los decretos mandados, son solo patrones, la idea es manifestarlo con nuestras
propias palabras desde nuestro corazón, ya que desde allí son manifestados con
Amor, con la sencillez de nuestras palabras y nuestras creaciones a ellos
mismos, con firmeza y fe los pronunciamos, ya que estos son manifestados en el
fondo como el Patrón de ellos, al manifestarlo con nuestras palabras y pensando
en el decreto mismo que realizamos, se confecciona el mismo decreto, ya que
este está manifestado en la Energía y Cosmos.
Si lo deseas puedes poner
atención a todo lo que tú decretas en un solo día. Vamos a recordártelo.
"Los negocios están malísimos". "Las cosas andan muy
malas". "La juventud está perdida". "El tráfico está
imposible". "El servicio está insoportable". "No se
consigue servicio". "No dejes eso rodando porque te lo van a
robar". "Los ladrones están asaltando en todas las esquinas".
"Tengo miedo de salir". "Mira que te vas a caer".
"Cuidado que te matas". "Te va a pisar un carro".
"¡Vas a romper eso!". "Tengo muy mala suerte". "No
puedo comer eso, me hace daño". "Mi mala memoria ...", "mi
alergia...", "mi dolor de cabeza...", "mi
reumatismo...", "mi mala digestión..." "¡Ese es un
bandido!", "esa es una desgraciada". "Tenía que ser, cuando
no". No te sorprendas ni te quejes si al expresarlo lo ves ocurrir. Lo
has decretado. Has dado una orden que tiene que ser cumplida. Ahora recuerda y
no olvides jamás, cada palabra que pronuncias es un decreto. Positivo o
negativo Si es positivo se te manifiesta en bien. Si es negativo se te
manifiesta en mal, si es contra el prójimo es lo mismo que si lo estuviera
decretando contra ti. SE TE DEVUELVE. Si es bondadoso y comprensivo hacia el
prójimo, recibirás bondad y comprensión de los demás hacia ti. Y cuando te suceda
algo molesto, negativo, desagradable, no digas "¡Pero si yo no estaba
pensando ni temiendo que me fuera a suceder esto!". Ten la sinceridad y la
humildad de tratar de recordar en cuáles términos te expresaste de algún
prójimo. En qué momento salió de tu corazón un concepto viejísimo, arraigado
allí, que tal vez no es sino una costumbre social como la generalidad de esas
citadas más arriba y que tú realmente no tienes deseos de seguir usando.
Como el sentimiento que acompaña
a un pensamiento es lo que lo graba más firmemente en el subconsciente, el
Maestro Jesús, que jamás empleó palabra superfluas, lo expresó muy bien al
decir, "lo que de la boca sale, del corazón procede", y esto nos da
la clave inequívoca. El primer sentimiento que nos enseña es el temor. Nos lo
enseñan nuestros padres, primeramente, y luego nuestros maestros de religión.
Al sentir un temor se nos acelera el corazón. Solemos decir "por poco se
me sale el corazón por la boca" para demostrar el grado de temor que
sentimos en un momento dado. El temor es lo que está por detrás de todas las
frases negativas que te he citado más arriba.
San Pablo dijo: "Somos
transformados por la renovación de nuestras mentes". Cada vez que te
encuentres diciendo una frase negativa, sabrás qué clase de concepto errado
tienes arraigado en el subconsciente, sabrás a qué clase de sentimiento
obedece: temor o desamor, tájalo, bórralo negándolo por mentiroso y afirma la
Verdad, si no quieres continuar manifestándolo en tú exterior. Al poco tiempo
de esta práctica notarás que tu hablar es otro. Que tu modo de pensar es otro.
Tú y tú vida se estarán transformando por la renovación de tu mente.
Cuando estés en reunión de otras
personas, te darás perfecta cuenta de la clase de conceptos que poseen y los
constatarás en todo lo que les ocurre. Siempre que escuches conversaciones
negativas no afirmes nada de lo que expresen. Piensa "no lo acepto ni para
mi ni para ellas". No tienes que decírselo a ellas. Es mejor no divulgar
la verdad que estás aprendiendo, no
porque haya que ocultarlo sino porque hay una máxima ocultista que dice:
"Cuando el discípulo está preparado aparece el maestro". Por ley de atracción,
todo el que está preparado para subir de grado es automáticamente acercado al
que lo pueda adelantar, de manera que no trates de hacer labor de catequista.
No obligues a nadie a recibir lecciones sobre la Verdad porque te puedes
encontrar que aquellos que tú creías más dispuestos, son los que menos
simpatizan con ella. A esto se refería Jesús cuando dijo: "No déis lo
santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea
que los pisoteen, y se vuelvan y os despedacen".
EN QUE BUEN MOMENTO ENTRÉ EN ESTA PÁGINA Y LEÍ LO QUE NECESITABA LEER .
ResponderEliminarMUY AGRADECIDA
GEMMA