Algunas teorías filosóficas y
científicas buscan el origen del hombre a través de la evolución. Darwin nos
hace arrancar del mono, y probó su afirmación de que las especies no permanecen
estacionarias, sino que cambian a través del tiempo y de los sucesivos
ambientes. Así Darwin, y con él otros científicos, aceptan nuestro origen
simiesco. Según ellos, venimos de un mono evolucionado que un buen día se
irguió sobre sus dos patas traseras y se hizo bípedo, al que denominaron
Pithecanthropus Erectus.
Sin desechar las teorías
científicas sino más bien afirmándolas, la Metafísica busca el origen del
hombre remontándose mucho más atrás. Nosotros vamos a la FUENTE DIVINA, de
donde dimana todo lo existente. Nosotros vamos en busca del ÁTOMO INICIAL, que
salta del CORAZÓN DEL GRAN SOL CENTRAL, es decir, de la Gran Fuente de Energía
que nutre a todo el universo, en donde se supone la existencia de ese GRAN SER,
incognoscible en su esencia, pero tangible en sus efectos, que se hace
presencia en toda manifestación viviente, ya que él se encuentra como energía
vital en y a través de toda la creación, en una palabra, ese ser que llamamos
Dios.
Esa pequeña chispa de vida, del
tamaño de un átomo y que es en realidad un átomo, conocido con el nombre de
ATOMO NOUS, es la diminuta imagen del hombre perfecto que se aloja en el
ventrículo izquierdo del corazón humano, ya que él trae dentro de sí el
proyecto divino del ser en que se va a fijar, trae lo que se llame el Concepto
Inmaculado o Diseño Particular de Cada Ser, como la semilla más pequeña trae ya
dentro de sí el plan del árbol que será mañana.
Esa pequeña partícula de vida es
lo que nosotros llamamos el Átomo Inicial o Átomo Permanente, ya que nos va a
acompañar en toda nuestra escala evolutiva y, a través de nuestros diferentes
cambios, él será siempre el mismo. Es esa pequeña chispa lo que eres, has sido
y serás tú a través de eones de tiempo. Cuando salió del GRAN SOL CENTRAL ya
contenía y aún contiene tu diseño, patrón, arquetipo, tan tuyo, personal y
único, como tu huella digital. Por eso, cada uno de nosotros resulta ser el
Hijo Único de Dios, en ese modelo, ya que ÉL NO SE REPITE.
Un árbol puede tener miles de
hojas, al parecer iguales, pero si miras cada hoja a través de un microscopio,
advertirás que no hay dos iguales.
Así, Jesús fue llamado el
Unigénito, el Hijo Único de Dios, afirmación que ha provocado serias
controversias, ya que muchos nos hemos preguntado: Si Él es el hijo “único”
entonces nosotros ¿qué somos? Sí, él es el Hijo Único de Dios, en ese modelo,
en ese tipo, ya que no existe ni existirá jamás otro Jesús igual en todo a Él.
Asimismo es con cada uno de nosotros, ni aún en hermanos gemelos que más se
asemejen el uno al otro, la similitud será total, siempre habrá un detalle que
hará distinguir al uno del otro. Porque como he dicho: DIOS NO SE REPITE.
En este Átomo Inicial residías
tú, el que fuiste en encarnaciones anteriores, el que eres ahora y el que serás
a través de tus futuras evoluciones, pero existías allí en potencia, como una
fuerza destinada a desarrollarse a través del tiempo, siguiendo un plan emanado
de la Divina Inteligencia Creadora que es Dios. Ese Átomo Nous o Átomo Inicial
te pertenece, siempre será tu Átomo Inicial. Las Entidades Constructoras
encargadas de ensamblar un nuevo cuerpo para ti en cada encarnación, se
encargarán de colocarlo en el ventrículo izquierdo de tu corazón. Es sobre el
patrón que trae ese átomo que construirá tu nuevo cuerpo, el que va a darte
alojamiento con tu saldo positivo y negativo, dimanado de anteriores vidas, que
marcará tu Karma, misión y destino para cada existencia.
Ahora bien, ¿fuiste siempre un
ser humano? No. Tu historia es mucho más antigua. Comenzaste como átomo saltado
del Gran Sol Central, átomo que es tu Átomo Divino, y así entraste en el Reino
de la Materia. No tenías conciencia, entraste a la materia como mental, y allí
fuiste adquiriendo una vaga noción de atracción y repulsión, de simpatía y
antipatía, de afinidad o disparidad.
Tras siglos de evolución,
circulando como átomo inicial en la partícula mineral que ocupabas, fuiste
ascendiendo en la escala hasta que, un día, siguiendo la Ley de Evolución, sin
saber cómo, te encontraste que eras un vegetal primario, tal vez un moho, un
hongo, que luego siguió su camino como alga. Así seguiste evolucionando hasta
alcanzar la categoría de arbusto o de árbol, y llegaste a ser uno de eses
vegetales que manifiestan sensibilidad, dolor, frío, calor, algo de instinto,
pues ya ves como la enredadera se traza su camino y si alguien pretende
desviarla, ella vuelve a su sendero y, si la atan, muchas veces languidece y muere,
otras se adapta al camino que le trazan. Verás como busca la luz del sol, etc.
Sigues tu evolución cíclica y
pasas al reino animal. Comienzas como un animal primario, compuesto de una sola
célula, como la ameba. De ahí vas pasando de un cuerpo a otro, fuiste animal
marino o acuático primero, luego, siguiendo tu evolución, te hiciste anfibio y
después terrestre. Del anfibio evolucionas al reptil y te sales del agua, para
arrastrarte por la tierra. Así sucesivamente llegas a ser fiera o cualquier otra
clase de animal ya evolucionado en inteligencia, como el caballo, el perro,
animales que conviven con el hombre y se entienden bien con él.
Dentro de ese reino estás sujeto
a las funciones de un cuerpo físico, adquieres mucho de inteligencia, pero
sobre todo se ha afinado tu mente instintiva, que es la que te conduce a buscar
el alimento, a buscar lo que te agrada y rechazar lo que te desagrada. Tienes
tus cinco sentidos bien desarrollados y vives una vida consciente. Llegas a ser
simio, caballo, perro o quién sabe de cuál forma de tu evolución animal pasas a
pertenecer al REINO HUMANO.
Un buen día naces como hombre
primitivo, eres un salvaje, un cavernícola. Es en ese momento, cuando llegas a
lo que la ciencia denomina el Pithecanthropus Erectus. Es en ese momento cuando
eres dotado con tus siete cuerpos o vehículos y donde comienza tu evolución
hacia lo espiritual, pues allí eres dotado de razón, tienes la facultad, que no
tiene el animal, de razonar y distinguir el bien del mal.
En cada una de estas transformaciones
has gastado 14.000 años de existencia terrenal.
Ahora veamos tu vida como ser
humano. ¿De qué modo se desarrolla en cada encarnación? ¿Cómo comienzas?
Empiezas por ser un espermatozoide, un gusanillo enclavado en suelo húmedo. Vas
creciendo y echando patitas y cola. Pasan los días y el gusanito va tomando
aspecto de pez y vive en el agua, pasa a reptil, renacuajo o rana. Luego toma
aspecto de mono, el rabo se ab sorbe, las patas delanteras van tomando aspectos
de manos.
Es decir, que el ser humano en su
desarrollo como feto, en el claustro materno, va repitiendo toda la gama, todas
las formas y aspectos que tuvo en su evolución ancestral. Esta cronología del
feto es la prueba más cercana que tenemos sobre la evolución del hombre, desde
la célula primaria a la larva, su vida como pez y como anfibio, hasta el
momento en que emergió del agua hacia lo seco.
Una vez nacida la criatura aún
sigue recorriendo su camino ancestral, su prehistoria. Al salir del vientre
materno al aire, despiertan sus instintos. Bajo los estímulos de su cuerpo
animal él siente hambre, y sin equivocarse, y sin que nadie lo enseñe, se lleva
las manos a la boca, órgano por donde antes NO fue alimentado, ya que recibió
su sustancia alimenticia a través del cordón umbilical. Pero él,
instintivamente sabe que por allí debe entrarle el alimento que su cuerpo le
exige, e instintivamente se mete los puñitos a la boca y llora reclamando lo
que necesita.
Una vez ante el seno materno,
nadie se lo enseña, pero el instinto le dice que debe chupar, atraer hacia sí
algo que contiene el pezón que se le ofrece, y sin otro maestro que la
naturaleza instintiva, lo hace a perfección. Después empiezan a despertar sus
sentidos y con él su cerebro y sus sensaciones, y así se abre el camino a su
mente consciente. Bajo los estímulos de la luz y el sonido, comienza a
reconocer a las personas por sus voces, por el olor, y por el roce de sus
manos. Sus cinco sentidos comienzan a darle conciencia de las cosas al ponerlo
en contacto con el mundo exterior.
Poco a poco su mente consciente
estimula su campo emocional, él empieza a sentir agrado o desagrado, llora,
ríe, siente miedo o confianza. Y allí mismo comienza su cuerpo etérico o mente
subconsciente a grabar impresiones, que inician la formación de su
personalidad. O sea, que al encarnar como hombre, él recibe el total de sus
siete vehículos o cuerpos, como ya se ha explicado anteriormente. Continúa
viviendo su prehistoria y camina gateando en cuatro patas, es un cuadrúpedo,
para al fin erguirse sobre sus dos pies.
Como ya lo hemos predicho tantas
veces, aunque por diferentes caminos, la Ciencia y la Filosofía acabarán
encontrándose para darse las manos, y reconocer que han descubierto la misma
cosa.
Siguiendo la cronología anterior
y arrancando desde el momento en que el átomo inicial se hace célula primaria,
la ciencia afirma:
1º Hace más de mil millones de
años la Tierra ofreció los primeros signos de vida con la aparición en ella de
las criaturas unicelulares.
2º Hace más de 450 millones de
años aparecieron los primeros seres parecidos a peces.
3º Vienen luego, hace más de 200
millones de años, los grandes reptiles y también los primeros mamíferos.
Inician la Era Terciaria, hace más de 50 millones de años, las primeras
criaturas con rasgos de mono.
4º Era Cuaternaria hace un millón
de años.
5º Pithecanthropus, hace 850 mil
años.
6º Hombre de Neandertal, hace 500
mil años.
7º Homo sapiens, hace entre 40 y
20 mil años.
8º Comienzo neolítico, años 8500
A. de J.
9º Edad de Bronce, 2000 años A.
de J.
Como se verá, la ciencia no
difiere de nuestra teoría.
Quedamos en que, al llegar a su
evolución humana el hombre es un ser séptuplo, compuesto por siete cuerpos que
han sido creados para él durante un período de muchas edades. Los dividimos en
tres cuerpos superiores espirituales y cuatro cuerpos o vehículos inferiores
materiales.
Hoy ya eres un ser bastante
evolucionado, y seguirás evolucionando, perfeccionándote, hasta alcanzar tu
ASCENSIÓN y convertirte en un SER ASCENDIDO, que es la meta de la evolución
humana.
* * * *
AUTOCONOCIMIENTO
Somos un Ser Real, un YO REAL,
que viene encarnando a lo largo de muchas vidas, buscando su evolución y
cumpliendo en cada una de ellas con una misión que le es encomendada.
Cada uno de nosotros viene a este
plano físico como quien va a una escuela, a aprender mientras crece. Así como
para ir a una escuela se nos coloca un uniforme, para poder estar en este plano
se nos dan cuatro cuerpos inferiores, que no son más que la vestimenta de
nuestro YO REAL.
Esto sucede porque el YO REAL es
energía de alta frecuencia vibratoria y no puede manifestarse en el mundo de la
materia, sino es a través de la materia y entonces se nos dan cuerpos que son
materia. Estos son:
CUERPO FÍSICO = Actúa
CUERPO EMOCIONAL = Siente
CUERPO MENTAL = Piensa
CUERPO ETÉRICO = Da y distribuye
vitalidad en el cuerpo físico.
Estos cuerpos fueron creados para
que el YO REAL se exprese a través de ellos:
CUERPO FÍSICO: Es el más denso de
los cuatro, es el que tiene a su cargo Actuar. A través de él, hacemos lo que
sentimos y pensamos. Fue creado para que podamos expresar en este plano todo lo
que tenemos como PODER.
CUERPO EMOCIONAL: Sirve para
expresar en este plano todo el caudal de amor que posee nuestro YO REAL.
CUERPO MENTAL: Está para expresar
en este plano toda la sabiduría que posee el YO REAL. Se acumulan en él
conocimientos, cultura, es decir, un conjunto de datos.
CUERPO ETÉRICO: Es el que da y
distribuye vitalidad en el cuerpo físico, posee puntos energéticos y
generadores de energía que son emisores y receptores.
Estos cuerpos tienen funciones
diferentes, frecuencias diferentes y se comunican con planos diferentes del
planeta. Por lo tanto:
LES ES IMPOSIBLE ARMONIZARSE,
ESA ES NUESTRA TAREA.
Cuando el SER REAL utiliza a
estos cuerpos como lo que son, es decir, vehículos inferiores: ACTUAMOS,
SENTIMOS Y PENSAMOS ARMONIOSAMENTE.
Cuando esto no sucede, como ahora
que les hemos dado el mando y por ser de idiosincrasias diferentes, sólo pueden
arrastrarse unos a otros. Entonces:
1 - Hacemos por odio, amor,
desesperación, cariño, etc., lo que sentimos, pero sin pensarlo.
2 - Hacemos fríamente calculado
lo que pensamos, sin sentirlo, o a veces contrariamente a lo que sentimos.
3 - Sentimos que tenemos que
hacer algo, pensamos que lo tenemos que hacer, pero no lo podemos realizar.
Al no estar armonizados desde el
YO REAL, actúan por su cuenta y siempre uno de ellos va delante de los otros:
Veamos un ejemplo:
A - Actuamos por enojo
impulsivamente, luego nuestro mental comienza a analizar el hecho y a
censurarnos, y por último sentimos malestar físico, casi siempre en nuestro
aparato digestivo.
B - El mental comienza a hacer
análisis anticipado de una situación, con todos los balances, resaltando casi
siempre los aspectos negativos, de lo que va a suceder. El emocional se afecta,
con lo cual nos alteramos o nos deprimimos, y en el momento de efectuarse la
circunstancia, estamos afónicos, afiebrados o con dolor de cabeza.
C - Cuando por problemas
emocionales, o por un mental muy acelerado, sobre-exigimos al cuerpo físico,
como erosión, llega el momento en que este toma el mando y nos enfermamos.
Vale decir, que siempre queda un
cuerpo que es ignorado en su totalidad, o parcialmente, en nuestras actitudes.
Nuestra tarea es educarlos para que actúen como lo que son, los vehículos que
necesitamos para expresarnos en este plano, con todo el potencial que tenemos.
Para esto debemos tener muy presente algo:
VAMOS A EDUCAR CUERPOS
como si educáramos a niños, con
Amor y Paciencia.
Si educáramos a un niño con
agresión, castigo y falta de amor, sólo crearíamos un ser agresivo y lleno de
odio.
Con nuestros cuerpos pasa lo
mismo, con el agravante, que el odio sería contra ellos. (Lo que normalmente se
llaman patrones de auto-castigo).
Tenemos que lograr que obedezcan
a nuestro YO REAL. Para esto tenemos que trabajar en el tablero de control,
desde donde se gobiernan los cuerpos inferiores.
* * * * *
UNA SONRISA ES UNA BUENA
INVERSIÓN
La mayoría siente intuitivamente
que las cosas más simples de la vida son las más importantes. O si prefieres,
que las cosas más importantes en la vida siempre resultan ser las más simples.
Este es un descubrimiento profundo.
¿Qué hay de más importancia para
nosotros que el respirar? Sin embargo, jamás le dedicamos ni un pensamiento. El
aire no cuesta ni un centavo, pero si nos privaran del aire, nos moriríamos en
pocos minutos.
Otra cosa simple y que es de gran
momento, es la sonrisa. No cuesta dinero alguno, ni tiempo, ni esfuerzo, pero
es de importancia suprema en nuestras vidas. La sonrisa afecta a todo el cuerpo
físico, desde la piel hasta el esqueleto, incluyendo todos los vasos
sanguíneos, nervios y músculos. Afecta el funcionamiento de cada órgano, cada
glándula. Repito, no se puede sonreír sin afectar favorablemente a todo el
cuerpo, y esta es la verdad literal. Una sola sonrisa relaja un gran número de
músculos, de manera que cuando se hace un hábito, es fácil apreciar como se
acumulan los efectos.
LAS SONRISAS DEL AÑO PASADO
TE ESTÁN PAGANDO DIVIDENDOS HOY.
El efecto de una sonrisa, en los
demás, es igualmente notable. Les desarma la sospecha, disuelve la ira y el
temor, y atrae a la superficie lo bueno que hay en el individuo, sin olvidar,
que él procede inmediatamente a ofrecerte ese bien a ti.
En los contactos personales la
sonrisa es lo que el aceite para las maquinarias y ningún ingeniero inteligente
desatiende la lubricación.
* * * * *
MEDITACIÓN 3
Duración: 1 semana - Leer 3 veces
MAÑANA
De aquí en más mi actitud mental
será que nada ni nadie tendrá el poder de perturbarme o inquietarme, porque voy
centrándome día a día en pensamientos positivos, optimistas, de salud, éxito y
armonía.
No me ofendo ni me enojo, mi
nuevo decreto es aprender de la vida y sacar de ella la mayor cantidad posible
de enseñanzas, que son las que harán desarrollar más la madurez de mi amor.
Yo soy jovial, abierto a las
ideas nuevas y dispuesto a sacar de toda experiencia Luz y Conocimiento.
MEDIODÍA
Yo soy manifestación de la
madurez. A medida que comprendo esto me transformo, y mi vida toda se
transforma.
Yo no digo “no sé”, “no puedo” o
“no hay solución”, de hoy en adelante tendré presente mi nueva Verdad: “PUEDO”,
“HAY SOLUCIÓN”, “APRENDERÉ”.
Sé que desarrollaré diariamente
Madurez y Sabiduría.
NOCHE
En toda experiencia está la
presencia del BIEN, de la ARMONÍA y del APRENDIZAJE. Acepto esta nueva Verdad.
Yo soy la Fuerza, el Valor y el
Coraje de Crecer a través de toda experiencia de vida, cualquiera sea ella y
permanezco sereno, elevado y lleno de Paz y Armonía en todo momento.
* * * * * *
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