REINO ANGÉLICO: Ángel del Cielo
de la Creación.
FUNCIÓN CELESTIAL: Permitir a
nuestras almas ser serenas.
DONES PARA LA TIERRA: Puede
ayudamos a vivir serenamente nuestras vidas; a encontrar soluciones a los
conflictos; a hallar la felicidad definitiva con nosotros mismos.
El Ángel de la Serenidad danza
con nosotros cuando nos embarcamos en las luchas y conflictos diarios. Este
ángel nos desea la tranquilidad de la serenidad, y a menudo estimulará nuestros
sueños para crear una visión de cómo podría ser la vida si tan sólo nos
atreviéramos a vivir a partir de ese lugar que se halla en nuestro interior.
Este ángel siempre nos alentará a desenredarnos de la lucha y el conflicto.
Esto se hace cambiando nuestra actitud y creando un nuevo marco para nuestra
visión de una situación o persona.
El don de la serenidad viene
cuando hemos sometido nuestras luchas y abandonado nuestra negatividad. Es un
don que puede tambalearse de vez en cuando, pero una vez que hemos tenido la
experiencia de él siempre lo querremos en nuestra vida. Podemos tomar parte en
prácticas espirituales y esotéricas para tratar de alcanzar este estado. En
verdad, la serenidad, como la paz, está siempre ahí a nuestra disposición
cuando lentificamos nuestras vidas hasta una velocidad en la que podemos sentir
nuestros sentimientos y sintonizamos con la unidad de la Fuente. Podemos
ofrecer plegarias a este ángel para que nos dé una degustación de la serenidad,
de modo que podamos hacer las adaptaciones y cambios necesarios para vivir
desde nuestro ser interior.
La serenidad significa abandonar
la lucha y liberar el ego para vivir de un modo verdaderamente congruente con
nuestro Yo Superior. Podemos orar que alcancemos este estado espiritual, que
significa saber que el universo es un lugar benigno y seguro y que
verdaderamente pertenecemos a él. Cuando aceptamos nuestra unidad con la Fuente
podemos estar serenos a través de las crisis, cambios y pérdidas. Esta cualidad
nos adviene con una actitud espiritual que reconoce que todo es como debería
ser y que nos hallamos en el lugar correcto, haciendo la cosa correcta. Esto
significa abandonar actitudes que se interponen en el camino de ser felices.
También significa abandonar el dolor emocional que puede conducimos a creer que
la vida ha de ser tortuosa o extenuante.
Orar al Ángel de la Serenidad
abre el canal para que esta esencia del amor de Dios penetre nuestras vidas.
Nos permite vivir a partir de un centro profundo y rico, no conmovido por las
circunstancias difíciles. Oramos pidiendo ayuda para eliminar los obstáculos a
la serenidad que crean desorden en nuestra vida. Podemos también pedir al ángel
que nos ayude a sentir que merecemos vivir de un modo sereno, de modo que
nuestro propósito sea cumplido con facilidad y gracia.
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