Trabajar
con los Ángeles no elimina en modo alguno la necesidad de recurrir a los
profesionales del arte de curar, pero puede facilitar el proceso curativo del
cuerpo sutil, lo cual es un importante agregado al trabajo que estás haciendo
en el mundo físico. Cuando perdemos contacto con la negatividad que retenemos
dentro del cuerpo o cuando no sabemos liberarla, estamos invitando a que la
enfermedad entre en nuestra vida.
Pregunta a
tu Ángel cuáles son las causas espirituales del desequilibrio que experimentas
y qué puedes hacer para facilitar su liberación. Una afección puede desaparecer
o curar más rápidamente cuando se sabe qué la provoca. Si pides a tu Ángel
información sobre una enfermedad, formula tu pregunta de una manera abierta.
Por ejemplo: "¿Qué tengo dentro de mí que necesite curarse?" o:
"¿Cuáles son las lecciones que me enseña esta enfermedad?". No
preguntes si debes someterte a la quimioterapia o a una dieta a base de jugos.
Las preguntas que se responden por sí o por no (es decir, las que se refieren a
decisiones críticas) generalmente reciben respuesta de tu propia mente. Y
cuando estás enfermo o adicto, la mente está asediada por el miedo.
Cuanto más
palpable sea la presencia de tu Ángel, más fuerte se torna el conducto para que
tu Ángel comparta su energía contigo. Cuando estás triste o cansada, si te
sientes mal o necesitada de curación, imagina a tu Ángel envolviéndote con sus
alas. El abrazo de un Ángel puede ser una curación en sí. Y puedes trabajar con
él de distintas formas. Cuando vas al médico puedes pedirle a tu Ángel que te
acompañe. Siente su presencia en el consultorio y también la del Ángel de tu
médico. El tener conciencia de ellos reafina la situación y la eleva a una
frecuencia más alta. Eso facilita cualquier tipo de diagnóstico y tratamiento.
Cuando
tomes una decisión referida a la salud, utiliza todas las facultades que tengas
a tu disposición: la información que te proporcione el médico, la investigación
sobre la dolencia que padeces o que afecta a un ser querido y los datos de que
dispongan organizaciones o sociedades que trabajen con esa enfermedad.
Usa a tus
compañeros celestiales para que te ayuden a despejar y superar el miedo, a fin
de elegir la curación que te convenga en todos los planos, el físico, el
mental, el emocional y el espiritual. El primer paso hacia la curación es la
manifestación de la enfermedad o el reconocer y aceptar la adicción. Con tus
ángeles al lado, puedes aprender a recibir de buen grado todas y cada una de
sus manifestaciones como parte de tu curación. Llamar a tu guardián personal te
infundirá también la actitud correcta, compasiva y de comprensión, neutralidad
y aceptación. Recurrir a tu Ángel te abre al amor, y este, cura.
Si hay una
parte especial de tu cuerpo que necesite curación, invoca la presencia de tu
Ángel compañero. Siente y visualiza la curativa luz dorada que brota de la
punta de sus alas, hacia la parte afectada. Invoca también a los Ángeles de
curación y visualízalos rodeando tu cama, portadores de amor y apoyo. También
puedes pedir consejo a tu Ángel sobre cómo trabajar con la situación en el
plano energético. Una vez más: esto no reemplaza el trabajo que debes hacer con
un profesional humano. Antes bien, aumenta el efecto al encarar el proceso de
curación desde una perspectiva espiritual.
Si te vas
a someter a cualquier procedimiento médico, ten la seguridad de que el cuarto
está lleno de Ángeles: los tuyos, los de todos los presentes y toda una bandada
de Ángeles de curación. Cada vez que necesites curarte, ábrete al reparador que
llevas dentro. No eres la víctima de lo que necesita curación, sino su discípulo.
Cuando entras con tus Ángeles en el aula, activas la oportunidad de aprender y
magnificas la sabiduría que viene de ti.
Tu Ángel
puede cargar y alinear con tu cuerpo cualquier tipo de medicación, vitaminas,
minerales o fórmulas herbáceas que estés tomando. Sostén en la mano tu
medicación. Invoca a tu Ángel e imagínalo tocando el frasco o el paquete con
sus alas. Visualiza la luz que se vierte dentro del contenido, vigorízalo y
afinándolo con tu cuerpo, par que no haya efectos colaterales y se funda armoniosamente
con él.
Si algún
conocido tuyo está enfermo, visualízalo rodeado de Ángeles de curación,
refulgiendo con una suave luz verde y dorada. Reparar o curar significa
devolver la integridad en cada paso del trayecto desde el nacimiento hasta la muerte.
A veces por medio de una enfermedad o en medio de ella recobramos la
integridad. Eso puede ocurrir de diversas maneras. A veces, lo que parece una
enfermedad es un caso de reconexión mal diagnosticado. Solicita la ayuda de los
Ángeles de Conexión.
Cuando
visites a un enfermo, invita a los Ángeles de la curación a que te acompañen.
Siente, visualiza y percíbelos llenando la habitación. Cuando te vayas, déjalos
allí. Recuerda que sólo pueden entrar cuando los invitamos. Si la persona con
quien estás es receptiva a estos celestiales reparadores, comparte con ella lo
que sabes y cuéntale cómo te han ayudado a ti. Si no, es más afectuoso no
imponerle tus experiencias, pero eso no te impide abrir tus alas y llenar el
cuarto de energía angelical. Eso beneficiará a todos los que entren en el
cuarto: médicos, enfermeras, parientes y amigos.
El corazón
es un órgano vital, esencial para nuestro bienestar físico, emotivo y
espiritual. Nos conecta con nuestros Ángeles. Cuando nos abrimos a ellos
expandimos nuestra capacidad de amor y compasión. Todo el mundo tiene
"problemas" del corazón de vez en cuando, sentimientos tales como
soledad, dolor, rechazo y culpa. Al trabajar con nuestros Ángeles podemos curar
esas sensaciones y desarrollar una mayor autoestima, más aceptación de nosotros
mismos y de otros.
* * * * *
LOS
ÁNGELES DEL BUEN HUMOR
Actualmente se habla mucho de transformación. Transformación significa un gran cambio. Cuando solicitemos una transformación espiritual (consciente o inconscientemente), la obtendremos y nos sorprenderemos de todo lo que conlleva. Cuando luchamos por dar un cambio espiritual y definitivo a nuestras vidas, nos perseguirán pruebas y exámenes a donde quiera que vayamos. El camino de la transformación espiritual es accidentado y no debemos perder nuestro sentido del humor.
G. K.
Chesterton dijo que los Ángeles podían volar porque se tomaba a sí mismos a la
ligera. Ellos nos enseñan que la vida no es tan seria y que el reírse de
nosotros mismos nos hará más libres. Gracias a ellos aprendemos a reírnos en
vez de a quejarnos. Encontrar el sentido del humor a la vida no es tan fácil,
es mucho más fácil ser serio.
El buen
humor, como el amor, es uno de los canales mágicos a través de los cuales los
Ángeles pueden llegar a ti. Muy a menudo perdemos un montón de tiempo y energía
tomándonos la vida demasiado en serio. La transformación espiritual es una
elección personal que asumes en tu camino. Los Ángeles no lo harán por
nosotros, somos nosotros lo que hemos de realizar este "trabajo espiritual".
Es decir,
hemos de buscar en nuestro interior y conscientizarnos con exactitud de lo que
queremos transformar. Sonreír y reír son algo altamente curativo. Está
demostrado que se utiliza mucha menos energía en una sonrisa que en fruncir el
ceño y que así como esto último desencadena procesos bioquímicos que pueden
enfermarnos, la más tímida de las sonrisas es suficiente para incrementar en
nuestro organismo el flujo de endorfinas.
Los
Ángeles nos pueden ayudar a la hora de extraer el sentido del humor en
cualquier ocasión. Para hallar este sentido del humor en una situación
aparentemente trascendental (como, por ejemplo, encontrarse estancado en un
dilema espiritual) párate y piensa: "Ya está bien, Ángeles, ¿qué hay de
gracioso en esto?" Debemos encontrar siempre una salida a nuestros
dilemas, es decir, decídete y llama a los Ángeles del buen humor para que te
ayuden a ver lo que hay de gracioso en tu problema.
Si te
estás lamentando, transforma tus quejas en risas. Los humanos son divertidos,
particularmente cuando se quejan. El quejarse es de hecho una forma de hacerse
querer si se hace con sentido del humor. Es realmente increíble cuántas
banalidades nos tomamos en serio cada día. ¿Qué es serio realmente? ¿Qué te han
hecho ahora estas personas tan espantosas? ¿Has estado muriendo de hambre
últimamente o te han amenazado con encarcelarte por no pagar el alquiler?
Buenos, si es así, intenta reír, probablemente la gente lo pensará que eres un
comediante en paro y te darán de comer. después descubrirán que estás a punto
de quedarte sin hogar y, puesto que eres tan gracioso, y ellos no se han
divertido últimamente, te acogerán en su casa.
¿Recuerdas
cuando de niño llorabas porque algo te parecía tremendamente espantoso y de
golpe se te iban las ganas de llorar y querías reírte pero aún sin poder
hacerlo delante de tus padres, inevitablemente estallabas en carcajadas?
Los
Ángeles del buen humor están preparados para devolverte el humor divino que te
llevará a un estado de gracia. Por lo tanto, cuando no tengas ganas de estar
serio, déjate llevar por las carcajadas: el estado de gracia llega
instantáneamente.
Te
propongo un ejercicio:
Cierra los
ojos y relájate. Reflexiona sobre la gravedad del instante que estás viviendo;
cada segundo que pasa es un paso más hacia la ineludible muerte, pues vivir es
morir poco a poco. Adopta una actitud solemne acorde con la situación y… ríete.
Ríete a
carcajadas porque todo es una broma, una inmensa broma cósmica. Cada fragmento
de tu vida es como el trozo de una comedia, sólo que a veces tú eres el
espectador mientras que otras veces eres la víctima. Nada es eterno y al mismo
tiempo, todo lo es. Ríe a carcajadas y dale las gracias al Ángel del Buen Humor
por ayudarte a soportar los momentos duros que puedan haber en tu vida.
* * * * *
EL ÁNGEL
DE LA CONFIANZA
La frase
preferida de los Ángeles parece ser "no temas". Con ellos nos están
diciendo que tengamos confianza.
Quieren reconfortarnos,
infundirnos ánimos, hacernos saber que están ahí, aunque no lo veamos, para
protegernos y guiarnos en nuestras vidas.
Cuando
tenemos confianza, nada de lo que pueda ocurrir fuera de nosotros nos afecta.
Los
Ángeles nos enseñan que hay dos tipos de confianza; con mayúsculas y con
minúsculas. La confianza con minúsculas se basa en cuestiones humanas relativas
a la personalidad, como el comportamiento; la Confianza con mayúsculas se basa
en el amor.
Cuando
confiamos en las opiniones de otra persona (o las nuestras propias), en su
comportamiento (o en el nuestro), fácilmente podemos equivocarnos. Pero cuando
confiamos en el amor, nuestras flechas siempre son certeras.
Te
propongo que:
Siéntate y
estírate en una posición cómoda y relajada y despreocúpate de lo que ocurra en
el exterior.
Cierra los
ojos y respira profundamente. Deja que con el aire que espires salgan también
todo el miedo y la desconfianza que pueda haber dentro de ti, todo aquello que
te produce intranquilidad.
Sigue
respirando a fondo y visualiza tu silla o el suelo como un colchón de luz.
visualiza esta luz y poco a poco entrégate a ella.
Esa luz te
está protegiendo y te protegerá durante todo el día.
Pídele al
Ángel de la Confianza que nunca te abandone.
* * * * *
EL ÁNGEL
DE LA ESPONTANEIDAD
Ser
espontáneo es ser lo más parecido a como se es, sin actuar o pensar
condicionado por el pasado.
La
espontaneidad coincide con la inocencia. "Inocencia" significa
"no saber", y tras este "no saber" humano se esconde una
sabiduría divina.
Por regla
general, los humanos tienen miedo de la espontaneidad y se escudan en la
rutina, pero la rutina es un veneno para el corazón; la espontaneidad es como
un aire que lo refresca.
Conectando
con el Ángel de la Espontaneidad podremos hacer entrar este aire fresco en
nuestras vidas.
Para
vivir, sentir, pensar y actuar con espontaneidad, debemos conectar con nuestro
Yo Superior que se confunde con el Ángel de la Espontaneidad.
Te
propongo que:
Busca un
lugar tranquilo e intenta, sin forzar, mantener tu mente en blanco.
Imagina
que estás sentada bajo una luz suave y cálida: es la luz de tu Sol Interior que
no sólo te alumbra, sino que también te da el calor necesario para crecer por
dentro.
Acércate a
esta luz y confúndete con ella. Obsérvala sin intervenir, deja que vengan a tu
mente pensamientos, y sensaciones, pero no intervengas.
Siente
como ráfagas de aire fresco te envuelven, penetran en tu cuerpo, inundándote de
una sensación de bienestar y dicha.
Invita a
tu Ángel de la Espontaneidad a compartir contigo la libertad de vivir en el
momento sin reparar en el pasado y sin pensar en el futuro.
* * * * *
PROGRAMACIÓN
ANGÉLICA Nº. 10
Recreos de
Humor
Este
ejercicio nos ayudará a desarrollar un sistema para sanar con humor el estado
mental y a genera un plan de mantenimiento para lograr estar centrados.
Aquí en la
tierra prevalece la gravedad, y son incontables las ocasiones en que cargamos
con más peso del que podemos llevar. La filosofía básica de esta práctica es
aligerarnos y liberarnos de la gravedad mental. Para tener una salud mental
completa debemos mirarnos con honestidad cien veces al día. Con los Ángeles a
nuestro lado podremos ver el humor de las situaciones, y con cada mirada
honesta a nosotros mismos podremos reírnos mucho; la seriedad y la gravedad se
desvanecen con naturalidad.
Cada vez
que nos sea posible tomémonos un recreo para reírnos de nosotros mismos.
Observemos el potencial humano de cualquier situación que estemos viviendo. La
mejor comedia es la vida real, en especial cuando uno se ocupa de sus cosas y
comienza a tomarse a sí mismo con demasiada seriedad. El orgullo da lugar a una
gran cantidad de situaciones humorísticas; entonces, en cuanto logremos distinguir
signos de orgullo, en nosotros mismos o en otros, observemos el humor que ello
genera.
Tomarse un
recreo para aligerarse y reírse ayuda a que uno pueda mantenerse centrado y
fiel a sí mismo. El humor puede cambiar la percepción en un instante. La capacidad
de ver el humor en las experiencias cotidianas resulta muy importante para
combatir el estrés.
El humor
nos afecta a todos de diferente manera. Esto se descubre cuando intentamos
contarle a alguien algo gracioso que nos ocurrió y empezamos a reírnos tanto
que apenas podemos finalizar el relato, entonces la otra persona nos mira con
cierto asombro. Luego, cuando por fin logramos contar todo, la otra persona se
ríe más por nuestra actitud que por el relato.
Si no
podemos encontrar un amigo con quien reír, podemos reírnos con los Ángeles. ¿A
quién le importa que otros nos vean riéndonos solos? Eso es en sí mismo
gracioso. Vamos a darnos un festín de risas.
La manera
más fácil de incorporar humor a la vida es pedirles a los Ángeles que nos lo
proporcionen. Tenemos que declarar frente a ellos que estamos hartos y
aburridos de la seriedad de la vida y que estamos listos y dispuestos para
aceptar más humor. Cuando nos despertemos por las mañanas vamos a proclamar el
hecho de que ese día reiremos y tendremos muchos buenos momentos, y que los
Ángeles guardianes nos ayudarán a conseguirlo.
Vamos a
desarrollar nuestro propio plan de mantenimiento para mantener la mano abierta
a las experiencias absurdas y ridículas de la vida.
Para que
el sentimiento de orgullo deje de abrumarnos, bastará con que nos relajemos y
riamos mucho y que nos ridiculicemos a nosotros mismos. Cuando ocurra algo
inesperado que nos descoloque un poco, tendremos que aprender a hacer una pausa
para retomar el aliento, y buscar el lado humorístico de la situación.
Si cada
vez que resulte posible nos miramos a nosotros mismos con honestidad pero con
amor y humar, seguramente viviremos mucho tiempo más. Recordemos divertirnos al
menos un poquito por día; contamos con la ayuda y el apoyo absoluto de los
Ángeles.
* * * * *
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