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jueves, 30 de junio de 2011

CURSO DE ANGELES - CLASE 23 - ÁNGELES Y PLANETAS



La tradición confía los planetas a un Ángel Dominador. Y a cada Ángel se le atribuye un nombre. Pero esto no significa que ese sea el "verdadero" nombre del Ángel; cada tradición y religión tiene sus Ángeles y no considera los nombres ni los Ángeles de los demás.

Utilizaremos los nombres de la tradición cabalística y astrológica, sin olvidar que por aquel entonces Urano, Neptuno y Plutón no habían sido aún descubiertos como planetas. Sin embargo, la mitología los conocía perfectamente como divinidades, con sus funciones y sus menesteres. Probablemente por medio de la religión de aquel tiempo se enseñaban cosas que la ciencia aún ignoraba. Si es cierto, como lo es, que religión y mitología son inspiración divina, el hecho de que anticiparan los conocimientos científicos no debería extrañarnos, sino darnos una prueba más.

Como vemos en hojas apartes, los Arcángeles están relacionados con: Miguel - Sol; Gabriel - Luna y Rafael - Mercurio.

Anael - Venus

Es el Arcángel unido a la esfera de Venus. Es el que tiene en custodia todo cuanto existe de bello y armonioso. Es el inspirador de los artistas, el que hace resonar en los oídos de los hombres más sensibles la armonía de las Esferas, para que sea escrita, bajo forma de música para ser escucha por medio de los instrumentos en el planeta Tierra. La música, el color, la belleza, la armonía y la benevolencia serán los medios por los que el género humano evolucionará en los siglos venideros.

La influencia que el Arcángel venusino ejercita a través de sus Ángeles será siempre mayor en el transcurso de los años, y despertará en el corazón de los hombres el sentimiento de benevolencia. La finalidad será la de alcanzar el amor cósmico, que aún está muy alejado de la esfera de la comprensión humana.

Nuestra especie, que creemos tan evolucionada, vista desde lo Alto, parece apenas salida de la caverna, agresiva, litigiosa. Una raza sanguinaria que aún no ha aprendido los simples valores humanos de la hermandad y de la solidaridad. El trabajo de esta legión de Arcángeles es aún muy largo y paciente.

Ángel domina la constelación zodiacal de Libra y de Tauro, pero influye positivamente en Acuario y Géminis.

Khamael - Marte

Es el Arcángel dominador del planeta Marte. Por sus atributos de guerrero, en otros textos cabalísticos, este papel viene asignado, a veces, a Miguel. Otros textos modifican levemente su nombre en Camael o también Samael.

Khamael en la tradición más rigurosa es definido como "La Mano Derecha de Dios" o también el Ángel castigador, en cuanto que es Él quien administra la justicia divina, inflexible en su misión.

Es el observador imparcial de los trabajos del hombre, definido como el "Señor del Karma". De Él dimanan las legiones de seres que "llevan los registros", la situación del Karma para determinar las pruebas que serán propuestas de nuevo a los humanos en sus futuras encarnaciones.

La tradición astrológica le atribuye todas las cualidades típicas de Marte: la fuerza, la combatividad, el valor, la decisión. Son los mismos atributos que los antiguos reconocían en la Divinidad venerada con el nombre de Marte, señor de la guerra y de las armas, protector de los soldados y de los fabricantes de armas, del fuego y de la metalurgia.

Khamael protege de los peligros derivados de los incendios, de las explosiones y de las armas. Da fuerza y decisión a los propósitos, sostiene la voluntad, protege (en los límites de su ministerio y del karma individual) a los que gobiernan las naciones.

Es el dominador del signo Aries.

Sachiel - Júpiter

Es uno de los Arcángeles egoístamente más invocados desde la antigüedad hasta nuestros días. Representa la opulencia, la majestad, la riqueza, el bienestar físico, el prestigio, el dinero.

En efecto, la antigua Divinidad que en un tiempo tuvo como nombre Júpiter fue la más poderosa de todos los dioses, fue la que reinaba sobre el Olimpo y a la que las divinidades menores y los elementos estaban totalmente sujetos. Júpiter era representado sobre las nubes, asentados sobre un trono azul de zafiros, con un rayo en el puño como cetro. Sachiel, el Arcángel dominador del planeta Júpiter, gobernador del signo de Sagitario, no desdeña ayudar a los humanos para que obtengan el bienestar. Desempeña su ministerio de Ángel "rico", dentro de los límites entre los cuales el karma individual le consiente intervenir.

Si en el karma de un hombre la riqueza se considera dañina para su evolución espiritual, si es una prueba que debe superar porque la ha vivido mal en una vida anterior, no habrá súplicas ni invocaciones que conmuevan a Sachiel o a cualquier otro Ángel. nadie, con excepción del propio interesado, con su voluntad, superando las pruebas que encontrará en su camino, podrá modificar su karma.

Sachiel y sus Ángeles son los atentos dispensadores de la energía-dinero, puesto que el dinero, como la sangre, es un verdadera linfa vital. Su circulación debe tener lugar de modo equilibrado, como todos los líquidos en el interior del cuerpo humano, sin estancamientos, sin carencias, sin hemorragias.

Cassiel - Saturno

El Arcángel Cassiel es el dominador de la esfera de Saturno, el que ha realizado ya su plano evolutivo en una época muy lejana, la antigua edad de Oro o Era Saturniana, de la que los humanos no guardan ningún recuerdo.

Sólo los mitos y las leyendas nos hablan de una época lejana en la que los Dioses vivían sobre la Tierra, habitaban en templos espléndidos y la humanidad-niña, sabiamente guiada, podía escuchar sus voces y contemplar sus rostros.

Después las cosas cambiaron: los dioses abandonaros progresivamente la tierra para trasladarse a una dimensión menos violenta, más enrarecida.

Desde esta dimensión, las antiguas divinidades comunican aún con el hombre, pero ahora no directamente como antaño; necesitan de filtros e intermediarios, porque los ojos de los humanos, empañados, ya no pueden soportar el esplendor de su presencia.

Cassiel es uno de ellos (pero en definitiva, incluso en diversa medida, todos los otros Ángeles lo son). De su planeta frío y (teóricamente) lejano, Cassiel sigue con ojos amorosos a los ancianos, los que, como Él han llevado a cabo su tarea y asisten, como espectadores y no como guerreros el desarrollo de los acontecimientos.

Siempre bajo el dominio de Cassiel, denominado también el "Ángel del Silencio", encontramos todo lo que está bajo tierras, minas, yacimientos, fallas telúricas, todo el reino mineral que silenciosamente y en tiempos muy largos evoluciona en la larga e incesante marcha "de las tinieblas a la Luz", que por cierto es también común a todos los otros reinos, incluido el humano.


Uriel - Urano

La relación entre Uriel y Urano en la tradición astrológica es bastante reciente, puesto que antiguamente se pensaba que los planetas eran sólo siete. Con los nuevos descubrimientos astrológicos se colmaron algunas lagunas. Algunas divinidades de los tiempos pasados fueron revisadas y adaptadas a los nuevos conocimientos.

Eso le pasó a Uriel que, como hemos visto, tuvo en el curso de los siglos, algunos "disgustos" con las autoridades religiosas.

El dominio del muy reciente Urano se le adapta perfectamente. Es el Arcángel que dirige la constelación de Acuario, signo extravertido y revolucionario, destinado a influenciar a la futura humanidad. Uriel se combina bien con el gobierno de la magia, de la astrología, y de la electrónica, típicamente acuarianas.

Es el protector de los exploradores, de los innovadores y, considerando su papel en lo referente a las que son, y serán las profesiones del futuro, podríamos poner bajo su protección también a los astronautas, que en los antiguos textos de magia no podían haber sido mencionados.

Uriel tiene el control sobre las fuerzas mágicas que presiden los bruscos e imprevistos cambios, no sólo en el destino de los individuos particulares, sino también a nivel planetario.

La nueva Era o Edad de Acuario está controlada en su rápida sucesión de acontecimientos por este gran Ángel que tiene aún una inmensa tarea que cumplir para la humanidad.

Asariel - Neptuno

Este gran Arcángel, gobernador de la esfera de Neptuno, era muy bien conocido por los antiguos, quienes le confiaron el dominio de los océanos.

El culto a Neptuno (el nombre Asariel fue una sobreposición debida al cambio de religión) fue mantenido en vigor durante mucho tiempo, cuando ya el cristianismo había extendido ampliamente su dominio.

Durante muchos siglos los desplazamientos tenían lugar sobre todo por vía marítima, por lo cual la devoción a la Divinidad marina que protegía a los navegantes, fue muy intensa.

Con la conquista griega de las costas mediterráneas, se consagraron a Neptuno templos y ciudades en muchos lugares. Por referirnos a Italia, Paestrum merece ciertamente una visita. El templo que allí se puede admirar cede solamente al Partenón de Atenas. Y en Paestrum, las personas más sensibles, entre las espléndidas columnas clásicas, podrán aún sentir viva la presencia de una Gran Energía. El Custodio oculto de los Templos nunca se ha alejado…

Más allá de los grandes mares, las costas y los navegantes por mar, Asariel extiende su dominio sobre los que tienen el don de la clarividencia, sobre los "oráculos", aunque hoy no se sabe con qué nombre definir a quienes hacen profecías.

Antiguamente se llamaban Picias, Sibilas, Pitonisas y vivían en sus propios, muy venerados lugares de culto. Todavía más atrás en el tiempo, la profecía era considerada un don divino y los que sabían interpretar los auspicios, lo sueños, los vuelos de los pájaros o los signos del cielo, eran tenidos por la comunidad en gran consideración; su vida se ennoblecía, teniendo una dignidad casi sacerdotal.

Asariel, como Neptuno, gobierna la constelación de Piscis.

Azrael - Plutón

Este también es un Arcángel con una larga historia. El que hoy conocemos como Azrael y al que se le ha asignado el dominio del "joven" Plutón, ha tenido siempre una Divinidad muy conocida por los antiguos.

Su función principal fue (pero lo es aún hoy y lo será en el futuro) la de acompañar en el más allá al espíritu de los difuntos.

Toda tradición, y toda cultura, ya desde la más remota prehistoria, ha colocado en sus cultos más sagrados a una figura como ésta.

Así como el misterio de la muerte siempre ha sido insondable, así de insondable fue el misterio de las estaciones y el movimiento de los astros en los cielos.

Cada vez que el hombre se encuentra frente a lo incomprensible, eleva su pensamiento hacia la Divinidad, benévola o malévola, que regula el curso de los acontecimientos, para que le sea propicia.

La búsqueda de lo sobrenatural, de lo trascendental está enraizada en los profundos recesos del alma humana, puesto que la sensibilidad misma del hombre es la que le permite captar la existencia de seres inmateriales de los planos Superiores.

De la misma manera, las Criaturas Celestes impresionan fuertemente el espíritu del hombre, permitiéndole percibir su esencia. De vez en cuando hacen una breve aparición, se revelan confirmando las impresiones humanas.

La fantasía crea sólo la imagen exterior de la Divinidad, le atribuye un nombre y una función, y la reviste con una forma conocida que su mente puede aceptar.

La Divinidad, prescindiendo del nombre y de la forma que se le ha atribuido, ha existido siempre, eones antes de que el hombre existiera…

Así, el Arcángel que hoy lleva el nombre de Azrael fue venerado como Anubis, el custodio de las puertas oscuras del reino de los muertos. Fue Caronte el que transportaba las almas del mundo material al mundo invisible.

Pero Azrael es mucho más. De sus manos nace el "Río Leteo", el agua que da a quienes traspasan las fronteras de la vida el olvido de la existencia apenas transcurrida y le permite reposar en paz.

Por decirlo de otra manera, es el que guía los pasos del difunto hacia un lugar sin ruidos en el que los recuerdos no lo alcanzarán ni le herirán por mucho tiempo. Él abre las puertas del Devachan, lugar de serena beatitud que será el paso sucesivo en la espera de volver a reencarnar con el nuevo deber, en un nuevo cuerpo y con una memoria libre de recuerdos.

Es por tanto Azrael el jefe de las legiones de "ayudantes invisibles" que se ponen al lado de las personas que están a punto de morir, que las cuidan para facilitarles el tránsito y que guiarán dulcemente sus primeros pasos en la nueva dimensión que están por alcanzar.

Son los Ángeles súbditos de Azrael que acuden cada vez que desde la Tierra se eleva la plegaria: "Dales el descanso eterno, Señor…" y se dirigen hacia el alma a quien la oración ha sido dirigida.

Pero acuden a cualquier otro rezo, dicho en cualquier idioma, a cualquier otra divinidad, se ofrecen para cualquier requerimiento de ayuda para acompañar a un difunto, puesto que las barreras de culto, de raza y de creo existen sólo en la Tierra. La Divinidad es una, así como único es el "corpus" de sus Ángeles. ¡No lo repetiremos jamás lo suficiente!

Azrael desarrolla la capacidad de sondear el misterio, la búsqueda de las leyes inexploradas por naturaleza, una investigación metafísica, no experimental, de laboratorio.


Es el Arcángel protector de los ocultistas, no de los mercenarios de lo oculto, sino de los que se asemejan a los antiguos alquimistas. Buscadores de la Piedra Filosofal para transmutar no el vil metal sino la propia alma.

Azrael, definido como el Arcángel del Misterio, domina la constelación del Escorpión.

* * * * *

LOS OPUESTOS

Según la teoría de los opuestos y de los contrarios, es sabido que donde está el blanco también está el negro, que al día se opone la noche, al calor el frío, etc.

Si existe una multitud de Ángeles "blancos", existe por contraposición, otra multitud de Anglés negros, éstos también indudablemente necesarios para el desenvolvimiento del Plan. Donde hay inmovilidad, estatismo, no hay evolución. El movimiento se crea por contraposición de dos fuerzas, y en el movimiento hay evolución.

Pero yo en este curso no quiero entrar en mayor detalles sobre los Ángeles Negros, ya que es mi sentir el que quiero sembrar serenidad y esperanza, además no creo en ningún otro demonio si no es el que está encerrado en el corazón del hombre, y es este dominio personal el que nos pone obstáculos en el camino.

Hay opiniones diferentes en cuanto a lo que pudo ocurrir en el pasado para que algunos Ángeles cayeran, pero lo indiscutible es la persistencia con la que esta idea ha surgido en casi todos los sistemas de creencias del planeta. El cristianismo y el judaísmo tienen a Satanás, a Lucifer y, según las diversas sectas, un sinnúmero de Ángeles caídos.

Lucifer, dice una tradición, era uno de los siete grandes arcángeles de nuestro sistema solar, que actuaba como custodio del planeta Venus. Dios pidió un voluntario, entre sus principales Ángeles, que estuviera dispuesto a descender a la Tierra para fortalecer la resolución espiritual de la humanidad de la humanidad mediante una tentación constante. Lucifer se ofreció para la tarea. Pese a sus amorosas intenciones, con el correr de los siglos nuestra mente fue identificando poco a poco a lucifer con el demonio, en vez de verlo como un aspecto de Dios que nos ayuda a crecer, fortaleciendo nuestros músculos espirituales.

"El demonio me llevó a hacerlo", es una excusa tentadora para justificar cualquier cosa; nos hemos dejado cegar por ella, al punto de retratar a Lucifer como fuente de todo lo que consideramos "maligno" en el mundo.

Una de las tareas celestiales de Lucifer, cuyo nombre mismo significa "dador de luz" o "portador de luz", es enseñarnos el necesario lado oscuro de la vida. Lucifer es la sombra que revela la luz por contraste. En muchos sentidos, no podemos ver la verdadera luz sino después de experimentar la oscuridad. Tendemos a no valorar algo hasta que lo perdemos y volvemos a recuperarlo mediante nuestro propio esfuerzo. La parábola del hijo pródigo señala esa peculiaridad de la naturaleza humana.

Esta interdependencia de luz y oscuridad, de alegría y pesar, de bien y mal, así como todos los opuestos de nuestro dual sistema de realidad, cede a la comprensión de que, dentro de un contexto más amplio. Cristo y Lucifer son, sino exactamente complementarios, miembros de un mismo bando y partes integrales de un todo.

El mal es sólo la privación del bien, y cuando el alma emerge de esta ilusión de mal, Lucifer retoma su puesto original entre los grandes Arcángeles de Dios.

¿Satán es necesario? si la tradición judía nunca consideró que Satán fuera rival de Dios ni que fuera independiente de su voluntad ¿para qué existe?

La palabra hebrea Satán significa "adversario", no de Dios sino de la humanidad. Las concepciones judaicas sobre la omnipotencia y la unicidad absoluta de Dios no permiten la presencia de ningún adversario en Sus Dominios, pero Dios creó a los humanos y les garantizó la libre voluntad. Y les confirió la capacidad tanto del bien como del mal.

La serpiente en el Jardín de Edén en el Satán que llevamos adentro. Es el arquitecto de nuestras conductas perniciosas, el seductor incansable, el racionalizador del mal y el agente de nuestra propia ruina. Pero puede ser resistido positivamente. El antídoto para SU VENENO es la firma convicción de que su papel es colocado en nuestras almas por medio de sus tentaciones. En ese sentido Dios quiso que Satán formara nuestro carácter moral.

Satán es una fuerza dentro de cada uno de nosotros. No podemos deshacernos de él porque forma parte de nosotros. Sin embargo podemos dominarlo si nos resistimos a su llamado tentador y hacemos caso a la Inclinación al Bien, que también es parte integral de nosotros.

Lentamente, con seguridad, vamos emergiendo colectivamente de esta ilusión del mal. Hacerlo significa aferrarse con firmeza de la concepción de Dios como Poder Único, Principio Vital Ultimo, del que todo lo demás emana. Naturalmente, la ilusión del miedo y el odio aún acecha en nuestras ciudades, y, a veces, puede convencernos, si prestaos demasiada atención a los medios, de que tiene cierto grado de realidad objetiva.

Pero, ¿no es justamente ese el desafío que se nos ha presentado, lograr un entendimiento más pleno del lado oscuro de nuestra propia naturaleza? Según aprendemos a liberar y, finalmente, deshacernos de la conducta negativa y autodestructiva, también cesamos de proyectar nuestra propia negatividad sobre un demonio ficticio, Ángeles caídos u otras personas. Cuando llegamos a este punto no tenemos más necesidad de aferrarnos a la ilusión del mal.

Al reconciliar estas características aparentemente opuestas demostramos también esas cualidades que los Ángeles tanto aprecian en nosotros. Y a nuestra vez, podemos liberar a los supuestos Ángeles caídos de la negatividad que hemos ido exteriorizando sobre ellos, a través de largos milenios. Al hacerlo así podemos permitirles, una vez más cumplir con las funciones para las que fueron creados en un principio.

* * * * *

EL ÁNGEL DEL EQUILIBRIO



Toda nuestra vida en este planeta no es sino una constante búsqueda en el exterior de un equilibrio que sólo se halla en nuestro interior.

Conectar con el Ángel del Equilibrio, que siempre está con nosotros, en lo más profundo de nosotros mismos, es situarnos en ese punto metafísico de equilibrio en el cual el bien y el mal se confunden en el Mejor, y en el cual la verdad y la mentira se confunden en aquel silencio que está más allá de la verdad y de la mentira.

El equilibrio consiste en utilizar tanto la cabeza como el corazón.

El equilibrio no es mantenerse erguido sobre un solo pie, es mantenerse sobre los dos pies.

Te propongo que:

Te pongas cómoda y cierres los ojos.

Aspira profundamente sintiendo como el aire llena tus pulmones y, cuando espires, siente como el aire que devuelves llena el espacio que te rodea.

Aprecia el equilibrio que hay entre el aire que recibes y el que devuelves.

Imagínate como una persona extraordinariamente equilibrada, capaz de relajarse, divertirse, pero también de pensar y trabajar sin dejarse alterar por lo que pueda ocurrir en el mundo exterior.

Tu vida está perfectamente equilibrada, como tu respiración.

* * * * *

PROGRAMACIÓN ANGÉLICA Nº 16

Meditación Centralizadora

Pasamos mucho tiempo dentro de la mente, de la cabeza. Pero esta meditación llevará la conciencia a tu mismo corazón, el centro de tu cuerpo, que es el sitio donde tus Ángeles se encuentran contigo.

Lo único que necesitas es un sitio donde puedas estar en silencio y sin perturbaciones. Lee varias veces los pasos antes de comenzar.

1) Cierra los ojos. Siente cómo sube y baja tu aliento en el cuerpo. Mantén el pensamiento de que, cuando respiras, Dios te está dando aliento.

2) Pon las manos sobre el corazón. Siente el latir del corazón, la fuerza vital. Siente cómo bombea sangre a todos los rincones de tu cuerpo.

3) Mantén la atención centrada en el corazón y su latido. Si tu mente se distrae, devuélvela a tu corazón, al centro de tu naturaleza sensible.

4) Imagina una luz o llama en el centro de tu corazón. Representa la chispa de lo Divino dentro de ti. Es la semilla de quien eres. De l amanera que puedas, conéctate con esa chispa y siente lo que significa para ti.

5) Exhala a fondo. Cuando estés lista, vuelve a abrir los ojos.

Este ejercicio puede inundarte con una gran sensación de calma, de percepción de tu Yo Superior. Puedes utilizarlo a cualquier hora del día, dondequiera que estés, cunado no te sientas centrada. Como sólo lleva un minuto, puedes hacerlo en tu escritorio, o ante el volante de tu auto cuanto te detenga un semáforo en rojo. La vida que llevamos es mucho más complicada que la de nuestros abuelos. Bienvenido sea cualquier herramienta que nos permita permanecer centrados.

Cuando pensamos en Ángeles, con frecuencia pensamos en coros celestiales, en Ángeles con carpas y trompetas. Cuando entramos en alineación con nuestros acompañantes, nos abrimos a esa música gloriosa, que tanto se oye como se siente.

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