La tradición confía los planetas
a un Ángel Dominador. Y a cada Ángel se le atribuye un nombre. Pero esto no
significa que ese sea el "verdadero" nombre del Ángel; cada tradición
y religión tiene sus Ángeles y no considera los nombres ni los Ángeles de los
demás.
Utilizaremos los nombres de la
tradición cabalística y astrológica, sin olvidar que por aquel entonces Urano,
Neptuno y Plutón no habían sido aún descubiertos como planetas. Sin embargo, la
mitología los conocía perfectamente como divinidades, con sus funciones y sus
menesteres. Probablemente por medio de la religión de aquel tiempo se enseñaban
cosas que la ciencia aún ignoraba. Si es cierto, como lo es, que religión y
mitología son inspiración divina, el hecho de que anticiparan los conocimientos
científicos no debería extrañarnos, sino darnos una prueba más.
Como vemos en hojas apartes, los
Arcángeles están relacionados con: Miguel - Sol; Gabriel - Luna y Rafael -
Mercurio.
Anael - Venus
Es el Arcángel unido a la esfera
de Venus. Es el que tiene en custodia todo cuanto existe de bello y armonioso.
Es el inspirador de los artistas, el que hace resonar en los oídos de los
hombres más sensibles la armonía de las Esferas, para que sea escrita, bajo
forma de música para ser escucha por medio de los instrumentos en el planeta
Tierra. La música, el color, la belleza, la armonía y la benevolencia serán los
medios por los que el género humano evolucionará en los siglos venideros.
La influencia que el Arcángel
venusino ejercita a través de sus Ángeles será siempre mayor en el transcurso
de los años, y despertará en el corazón de los hombres el sentimiento de
benevolencia. La finalidad será la de alcanzar el amor cósmico, que aún está
muy alejado de la esfera de la comprensión humana.
Nuestra especie, que creemos tan
evolucionada, vista desde lo Alto, parece apenas salida de la caverna,
agresiva, litigiosa. Una raza sanguinaria que aún no ha aprendido los simples
valores humanos de la hermandad y de la solidaridad. El trabajo de esta legión
de Arcángeles es aún muy largo y paciente.
Ángel domina la constelación
zodiacal de Libra y de Tauro, pero influye positivamente en Acuario y Géminis.
Khamael - Marte
Es el Arcángel dominador del
planeta Marte. Por sus atributos de guerrero, en otros textos cabalísticos,
este papel viene asignado, a veces, a Miguel. Otros textos modifican levemente
su nombre en Camael o también Samael.
Khamael en la tradición más
rigurosa es definido como "La Mano Derecha de Dios" o también el
Ángel castigador, en cuanto que es Él quien administra la justicia divina,
inflexible en su misión.
Es el observador imparcial de los
trabajos del hombre, definido como el "Señor del Karma". De Él
dimanan las legiones de seres que "llevan los registros", la
situación del Karma para determinar las pruebas que serán propuestas de nuevo a
los humanos en sus futuras encarnaciones.
La tradición astrológica le
atribuye todas las cualidades típicas de Marte: la fuerza, la combatividad, el
valor, la decisión. Son los mismos atributos que los antiguos reconocían en la
Divinidad venerada con el nombre de Marte, señor de la guerra y de las armas,
protector de los soldados y de los fabricantes de armas, del fuego y de la
metalurgia.
Khamael protege de los peligros
derivados de los incendios, de las explosiones y de las armas. Da fuerza y
decisión a los propósitos, sostiene la voluntad, protege (en los límites de su
ministerio y del karma individual) a los que gobiernan las naciones.
Es el dominador del signo Aries.
Sachiel - Júpiter
Es uno de los Arcángeles
egoístamente más invocados desde la antigüedad hasta nuestros días. Representa
la opulencia, la majestad, la riqueza, el bienestar físico, el prestigio, el
dinero.
En efecto, la antigua Divinidad
que en un tiempo tuvo como nombre Júpiter fue la más poderosa de todos los
dioses, fue la que reinaba sobre el Olimpo y a la que las divinidades menores y
los elementos estaban totalmente sujetos. Júpiter era representado sobre las
nubes, asentados sobre un trono azul de zafiros, con un rayo en el puño como
cetro. Sachiel, el Arcángel dominador del planeta Júpiter, gobernador del signo
de Sagitario, no desdeña ayudar a los humanos para que obtengan el bienestar.
Desempeña su ministerio de Ángel "rico", dentro de los límites entre
los cuales el karma individual le consiente intervenir.
Si en el karma de un hombre la
riqueza se considera dañina para su evolución espiritual, si es una prueba que
debe superar porque la ha vivido mal en una vida anterior, no habrá súplicas ni
invocaciones que conmuevan a Sachiel o a cualquier otro Ángel. nadie, con
excepción del propio interesado, con su voluntad, superando las pruebas que
encontrará en su camino, podrá modificar su karma.
Sachiel y sus Ángeles son los
atentos dispensadores de la energía-dinero, puesto que el dinero, como la
sangre, es un verdadera linfa vital. Su circulación debe tener lugar de modo
equilibrado, como todos los líquidos en el interior del cuerpo humano, sin
estancamientos, sin carencias, sin hemorragias.
Cassiel - Saturno
El Arcángel Cassiel es el
dominador de la esfera de Saturno, el que ha realizado ya su plano evolutivo en
una época muy lejana, la antigua edad de Oro o Era Saturniana, de la que los
humanos no guardan ningún recuerdo.
Sólo los mitos y las leyendas nos
hablan de una época lejana en la que los Dioses vivían sobre la Tierra,
habitaban en templos espléndidos y la humanidad-niña, sabiamente guiada, podía
escuchar sus voces y contemplar sus rostros.
Después las cosas cambiaron: los
dioses abandonaros progresivamente la tierra para trasladarse a una dimensión
menos violenta, más enrarecida.
Desde esta dimensión, las
antiguas divinidades comunican aún con el hombre, pero ahora no directamente
como antaño; necesitan de filtros e intermediarios, porque los ojos de los
humanos, empañados, ya no pueden soportar el esplendor de su presencia.
Cassiel es uno de ellos (pero en
definitiva, incluso en diversa medida, todos los otros Ángeles lo son). De su
planeta frío y (teóricamente) lejano, Cassiel sigue con ojos amorosos a los
ancianos, los que, como Él han llevado a cabo su tarea y asisten, como
espectadores y no como guerreros el desarrollo de los acontecimientos.
Siempre bajo el dominio de
Cassiel, denominado también el "Ángel del Silencio", encontramos todo
lo que está bajo tierras, minas, yacimientos, fallas telúricas, todo el reino
mineral que silenciosamente y en tiempos muy largos evoluciona en la larga e
incesante marcha "de las tinieblas a la Luz", que por cierto es
también común a todos los otros reinos, incluido el humano.
Uriel - Urano
La relación entre Uriel y Urano
en la tradición astrológica es bastante reciente, puesto que antiguamente se
pensaba que los planetas eran sólo siete. Con los nuevos descubrimientos
astrológicos se colmaron algunas lagunas. Algunas divinidades de los tiempos
pasados fueron revisadas y adaptadas a los nuevos conocimientos.
Eso le pasó a Uriel que, como
hemos visto, tuvo en el curso de los siglos, algunos "disgustos" con
las autoridades religiosas.
El dominio del muy reciente Urano
se le adapta perfectamente. Es el Arcángel que dirige la constelación de
Acuario, signo extravertido y revolucionario, destinado a influenciar a la
futura humanidad. Uriel se combina bien con el gobierno de la magia, de la
astrología, y de la electrónica, típicamente acuarianas.
Es el protector de los
exploradores, de los innovadores y, considerando su papel en lo referente a las
que son, y serán las profesiones del futuro, podríamos poner bajo su protección
también a los astronautas, que en los antiguos textos de magia no podían haber
sido mencionados.
Uriel tiene el control sobre las
fuerzas mágicas que presiden los bruscos e imprevistos cambios, no sólo en el
destino de los individuos particulares, sino también a nivel planetario.
La nueva Era o Edad de Acuario
está controlada en su rápida sucesión de acontecimientos por este gran Ángel
que tiene aún una inmensa tarea que cumplir para la humanidad.
Asariel - Neptuno
Este gran Arcángel, gobernador de
la esfera de Neptuno, era muy bien conocido por los antiguos, quienes le
confiaron el dominio de los océanos.
El culto a Neptuno (el nombre
Asariel fue una sobreposición debida al cambio de religión) fue mantenido en
vigor durante mucho tiempo, cuando ya el cristianismo había extendido
ampliamente su dominio.
Durante muchos siglos los
desplazamientos tenían lugar sobre todo por vía marítima, por lo cual la
devoción a la Divinidad marina que protegía a los navegantes, fue muy intensa.
Con la conquista griega de las
costas mediterráneas, se consagraron a Neptuno templos y ciudades en muchos
lugares. Por referirnos a Italia, Paestrum merece ciertamente una visita. El
templo que allí se puede admirar cede solamente al Partenón de Atenas. Y en
Paestrum, las personas más sensibles, entre las espléndidas columnas clásicas,
podrán aún sentir viva la presencia de una Gran Energía. El Custodio oculto de
los Templos nunca se ha alejado…
Más allá de los grandes mares,
las costas y los navegantes por mar, Asariel extiende su dominio sobre los que
tienen el don de la clarividencia, sobre los "oráculos", aunque hoy
no se sabe con qué nombre definir a quienes hacen profecías.
Antiguamente se llamaban Picias,
Sibilas, Pitonisas y vivían en sus propios, muy venerados lugares de culto.
Todavía más atrás en el tiempo, la profecía era considerada un don divino y los
que sabían interpretar los auspicios, lo sueños, los vuelos de los pájaros o
los signos del cielo, eran tenidos por la comunidad en gran consideración; su
vida se ennoblecía, teniendo una dignidad casi sacerdotal.
Asariel, como Neptuno, gobierna
la constelación de Piscis.
Azrael - Plutón
Este también es un Arcángel con
una larga historia. El que hoy conocemos como Azrael y al que se le ha asignado
el dominio del "joven" Plutón, ha tenido siempre una Divinidad muy
conocida por los antiguos.
Su función principal fue (pero lo
es aún hoy y lo será en el futuro) la de acompañar en el más allá al espíritu
de los difuntos.
Toda tradición, y toda cultura,
ya desde la más remota prehistoria, ha colocado en sus cultos más sagrados a
una figura como ésta.
Así como el misterio de la muerte
siempre ha sido insondable, así de insondable fue el misterio de las estaciones
y el movimiento de los astros en los cielos.
Cada vez que el hombre se
encuentra frente a lo incomprensible, eleva su pensamiento hacia la Divinidad,
benévola o malévola, que regula el curso de los acontecimientos, para que le
sea propicia.
La búsqueda de lo sobrenatural, de
lo trascendental está enraizada en los profundos recesos del alma humana,
puesto que la sensibilidad misma del hombre es la que le permite captar la
existencia de seres inmateriales de los planos Superiores.
De la misma manera, las Criaturas
Celestes impresionan fuertemente el espíritu del hombre, permitiéndole percibir
su esencia. De vez en cuando hacen una breve aparición, se revelan confirmando
las impresiones humanas.
La fantasía crea sólo la imagen
exterior de la Divinidad, le atribuye un nombre y una función, y la reviste con
una forma conocida que su mente puede aceptar.
La Divinidad, prescindiendo del
nombre y de la forma que se le ha atribuido, ha existido siempre, eones antes
de que el hombre existiera…
Así, el Arcángel que hoy lleva el
nombre de Azrael fue venerado como Anubis, el custodio de las puertas oscuras
del reino de los muertos. Fue Caronte el que transportaba las almas del mundo
material al mundo invisible.
Pero Azrael es mucho más. De sus
manos nace el "Río Leteo", el agua que da a quienes traspasan las
fronteras de la vida el olvido de la existencia apenas transcurrida y le
permite reposar en paz.
Por decirlo de otra manera, es el
que guía los pasos del difunto hacia un lugar sin ruidos en el que los
recuerdos no lo alcanzarán ni le herirán por mucho tiempo. Él abre las puertas
del Devachan, lugar de serena beatitud que será el paso sucesivo en la espera
de volver a reencarnar con el nuevo deber, en un nuevo cuerpo y con una memoria
libre de recuerdos.
Es por tanto Azrael el jefe de
las legiones de "ayudantes invisibles" que se ponen al lado de las
personas que están a punto de morir, que las cuidan para facilitarles el
tránsito y que guiarán dulcemente sus primeros pasos en la nueva dimensión que
están por alcanzar.
Son los Ángeles súbditos de
Azrael que acuden cada vez que desde la Tierra se eleva la plegaria:
"Dales el descanso eterno, Señor…" y se dirigen hacia el alma a quien
la oración ha sido dirigida.
Pero acuden a cualquier otro
rezo, dicho en cualquier idioma, a cualquier otra divinidad, se ofrecen para
cualquier requerimiento de ayuda para acompañar a un difunto, puesto que las
barreras de culto, de raza y de creo existen sólo en la Tierra. La Divinidad es
una, así como único es el "corpus" de sus Ángeles. ¡No lo repetiremos
jamás lo suficiente!
Azrael desarrolla la capacidad de
sondear el misterio, la búsqueda de las leyes inexploradas por naturaleza, una
investigación metafísica, no experimental, de laboratorio.
Es el Arcángel protector de los
ocultistas, no de los mercenarios de lo oculto, sino de los que se asemejan a
los antiguos alquimistas. Buscadores de la Piedra Filosofal para transmutar no
el vil metal sino la propia alma.
Azrael, definido como el Arcángel
del Misterio, domina la constelación del Escorpión.
* * * * *
LOS OPUESTOS
Según la teoría de los opuestos y
de los contrarios, es sabido que donde está el blanco también está el negro,
que al día se opone la noche, al calor el frío, etc.
Si existe una multitud de Ángeles
"blancos", existe por contraposición, otra multitud de Anglés negros,
éstos también indudablemente necesarios para el desenvolvimiento del Plan.
Donde hay inmovilidad, estatismo, no hay evolución. El movimiento se crea por
contraposición de dos fuerzas, y en el movimiento hay evolución.
Pero yo en este curso no quiero
entrar en mayor detalles sobre los Ángeles Negros, ya que es mi sentir el que
quiero sembrar serenidad y esperanza, además no creo en ningún otro demonio si no
es el que está encerrado en el corazón del hombre, y es este dominio personal
el que nos pone obstáculos en el camino.
Hay opiniones diferentes en
cuanto a lo que pudo ocurrir en el pasado para que algunos Ángeles cayeran,
pero lo indiscutible es la persistencia con la que esta idea ha surgido en casi
todos los sistemas de creencias del planeta. El cristianismo y el judaísmo
tienen a Satanás, a Lucifer y, según las diversas sectas, un sinnúmero de
Ángeles caídos.
Lucifer, dice una tradición, era
uno de los siete grandes arcángeles de nuestro sistema solar, que actuaba como
custodio del planeta Venus. Dios pidió un voluntario, entre sus principales
Ángeles, que estuviera dispuesto a descender a la Tierra para fortalecer la
resolución espiritual de la humanidad de la humanidad mediante una tentación
constante. Lucifer se ofreció para la tarea. Pese a sus amorosas intenciones,
con el correr de los siglos nuestra mente fue identificando poco a poco a
lucifer con el demonio, en vez de verlo como un aspecto de Dios que nos ayuda a
crecer, fortaleciendo nuestros músculos espirituales.
"El demonio me llevó a
hacerlo", es una excusa tentadora para justificar cualquier cosa; nos
hemos dejado cegar por ella, al punto de retratar a Lucifer como fuente de todo
lo que consideramos "maligno" en el mundo.
Una de las tareas celestiales de
Lucifer, cuyo nombre mismo significa "dador de luz" o "portador
de luz", es enseñarnos el necesario lado oscuro de la vida. Lucifer es la
sombra que revela la luz por contraste. En muchos sentidos, no podemos ver la
verdadera luz sino después de experimentar la oscuridad. Tendemos a no valorar
algo hasta que lo perdemos y volvemos a recuperarlo mediante nuestro propio
esfuerzo. La parábola del hijo pródigo señala esa peculiaridad de la naturaleza
humana.
Esta interdependencia de luz y
oscuridad, de alegría y pesar, de bien y mal, así como todos los opuestos de
nuestro dual sistema de realidad, cede a la comprensión de que, dentro de un
contexto más amplio. Cristo y Lucifer son, sino exactamente complementarios,
miembros de un mismo bando y partes integrales de un todo.
El mal es sólo la privación del
bien, y cuando el alma emerge de esta ilusión de mal, Lucifer retoma su puesto
original entre los grandes Arcángeles de Dios.
¿Satán es necesario? si la
tradición judía nunca consideró que Satán fuera rival de Dios ni que fuera
independiente de su voluntad ¿para qué existe?
La palabra hebrea Satán significa
"adversario", no de Dios sino de la humanidad. Las concepciones
judaicas sobre la omnipotencia y la unicidad absoluta de Dios no permiten la
presencia de ningún adversario en Sus Dominios, pero Dios creó a los humanos y
les garantizó la libre voluntad. Y les confirió la capacidad tanto del bien
como del mal.
La serpiente en el Jardín de Edén
en el Satán que llevamos adentro. Es el arquitecto de nuestras conductas
perniciosas, el seductor incansable, el racionalizador del mal y el agente de
nuestra propia ruina. Pero puede ser resistido positivamente. El antídoto para
SU VENENO es la firma convicción de que su papel es colocado en nuestras almas
por medio de sus tentaciones. En ese sentido Dios quiso que Satán formara
nuestro carácter moral.
Satán es una fuerza dentro de
cada uno de nosotros. No podemos deshacernos de él porque forma parte de
nosotros. Sin embargo podemos dominarlo si nos resistimos a su llamado tentador
y hacemos caso a la Inclinación al Bien, que también es parte integral de
nosotros.
Lentamente, con seguridad, vamos
emergiendo colectivamente de esta ilusión del mal. Hacerlo significa aferrarse
con firmeza de la concepción de Dios como Poder Único, Principio Vital Ultimo,
del que todo lo demás emana. Naturalmente, la ilusión del miedo y el odio aún
acecha en nuestras ciudades, y, a veces, puede convencernos, si prestaos demasiada
atención a los medios, de que tiene cierto grado de realidad objetiva.
Pero, ¿no es justamente ese el
desafío que se nos ha presentado, lograr un entendimiento más pleno del lado
oscuro de nuestra propia naturaleza? Según aprendemos a liberar y, finalmente,
deshacernos de la conducta negativa y autodestructiva, también cesamos de
proyectar nuestra propia negatividad sobre un demonio ficticio, Ángeles caídos
u otras personas. Cuando llegamos a este punto no tenemos más necesidad de
aferrarnos a la ilusión del mal.
Al reconciliar estas
características aparentemente opuestas demostramos también esas cualidades que
los Ángeles tanto aprecian en nosotros. Y a nuestra vez, podemos liberar a los
supuestos Ángeles caídos de la negatividad que hemos ido exteriorizando sobre
ellos, a través de largos milenios. Al hacerlo así podemos permitirles, una vez
más cumplir con las funciones para las que fueron creados en un principio.
* * * * *
EL ÁNGEL DEL EQUILIBRIO
Toda nuestra vida en este planeta
no es sino una constante búsqueda en el exterior de un equilibrio que sólo se
halla en nuestro interior.
Conectar con el Ángel del
Equilibrio, que siempre está con nosotros, en lo más profundo de nosotros
mismos, es situarnos en ese punto metafísico de equilibrio en el cual el bien y
el mal se confunden en el Mejor, y en el cual la verdad y la mentira se
confunden en aquel silencio que está más allá de la verdad y de la mentira.
El equilibrio consiste en
utilizar tanto la cabeza como el corazón.
El equilibrio no es mantenerse
erguido sobre un solo pie, es mantenerse sobre los dos pies.
Te propongo que:
Te pongas cómoda y cierres los
ojos.
Aspira profundamente sintiendo
como el aire llena tus pulmones y, cuando espires, siente como el aire que
devuelves llena el espacio que te rodea.
Aprecia el equilibrio que hay
entre el aire que recibes y el que devuelves.
Imagínate como una persona
extraordinariamente equilibrada, capaz de relajarse, divertirse, pero también
de pensar y trabajar sin dejarse alterar por lo que pueda ocurrir en el mundo
exterior.
Tu vida está perfectamente
equilibrada, como tu respiración.
* * * * *
PROGRAMACIÓN ANGÉLICA Nº 16
Meditación Centralizadora
Pasamos mucho tiempo dentro de la
mente, de la cabeza. Pero esta meditación llevará la conciencia a tu mismo
corazón, el centro de tu cuerpo, que es el sitio donde tus Ángeles se
encuentran contigo.
Lo único que necesitas es un
sitio donde puedas estar en silencio y sin perturbaciones. Lee varias veces los
pasos antes de comenzar.
1) Cierra los ojos. Siente cómo
sube y baja tu aliento en el cuerpo. Mantén el pensamiento de que, cuando
respiras, Dios te está dando aliento.
2) Pon las manos sobre el corazón.
Siente el latir del corazón, la fuerza vital. Siente cómo bombea sangre a todos
los rincones de tu cuerpo.
3) Mantén la atención centrada en
el corazón y su latido. Si tu mente se distrae, devuélvela a tu corazón, al
centro de tu naturaleza sensible.
4) Imagina una luz o llama en el
centro de tu corazón. Representa la chispa de lo Divino dentro de ti. Es la
semilla de quien eres. De l amanera que puedas, conéctate con esa chispa y
siente lo que significa para ti.
5) Exhala a fondo. Cuando estés
lista, vuelve a abrir los ojos.
Este ejercicio puede inundarte
con una gran sensación de calma, de percepción de tu Yo Superior. Puedes
utilizarlo a cualquier hora del día, dondequiera que estés, cunado no te
sientas centrada. Como sólo lleva un minuto, puedes hacerlo en tu escritorio, o
ante el volante de tu auto cuanto te detenga un semáforo en rojo. La vida que
llevamos es mucho más complicada que la de nuestros abuelos. Bienvenido sea
cualquier herramienta que nos permita permanecer centrados.
Cuando pensamos en Ángeles, con
frecuencia pensamos en coros celestiales, en Ángeles con carpas y trompetas.
Cuando entramos en alineación con nuestros acompañantes, nos abrimos a esa
música gloriosa, que tanto se oye como se siente.
* * * * *
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