Un santo (un ser humano
auténtico) es una persona libre del peso y del lodo de la oscuridad y de la
negatividad. En el centro del alma reside nuestro don, nuestra santidad, vivo y
real, único y especial, poderoso y transformador. Cuando limpiamos el lodo del
alma esos dones se hacen visibles y damos lo mejor de nosotros mismos en cada
acción. Formar el alma o la santidad no es un proceso que se lleve a cabo de la
noche a la mañana, puede llevarnos la mayor parte de la vida, o quizás sólo
unas revelaciones de la verdad. Todo depende de quiénes seamos y del tema que
estemos tratando.
Por eso es tan importante
respetarnos unos a otros. Es interesante el proceso de descubrir los dones en
el centro del alma. Nos libera para ser realmente nosotros mismos bajo la luz
más hermosa, el amor de Dios.
Con la ayuda de nuestros Ángeles
podemos quitarnos el lodo del alma, de modo que podamos disfrutar de la
libertad que nos brindan la felicidad y la creatividad.
Cuando los Ángeles nos enseñan a
purificarnos, sólo quieren decirnos "conviértete puramente en ti
mismo", libre de hábitos y percepciones negativas.
Cuando decidimos transitar una
senda espiritual nos disponemos a descubrirnos a nosotros mismos, a encontrar
nuestra manera especial de entrega el amor al mundo, y a comprender a un nivel
más profundo el hecho de que todos estamos interconectados. Somos piezas de un
hermoso mosaico, la gran obra, la red de la vida. Elegimos desarrollar el
conocimiento del alma y del espíritu, el vínculo con el poder superior y el
reino de Dios; se elige desarrollar una visión clara del color de la luz
especial del corazón de cada uno, para saber exactamente quiénes somos.
Una senda no espiritual implica
ocuparse de las necesidades físicas, el éxito material y el reconocimiento
terrenal (todo lo cual también puede formar parte de una senda espiritual) pero
sin trabajar sobre el crecimiento interior.
Una vez que iniciamos la senda espiritual
comenzamos a reconocer que somos seres espirituales que viven una experiencia
humana. Pautas negativas tales como la culpa, la vergüenza, el odio a sí mismo,
la pereza, el orgullo, la gula, el temor y la ira pueden interferir en el
crecimiento espiritual. Estas pautas componen el lodo que se acumula en la
ventana del alma y bloquean nuestra luz especial. Estas pautas corroen nuestra
integridad, que requiere que aprendamos lecciones tal vez dolorosas.
Nuestra integridad nos exige que
cuando la montaña rusa de la vida nos lleve en picada y sigamos aferrados a
ella, volvamos a la cima más poderosos y esperanzados para poder sobrellevar
los malos momentos. La vida espiritual nos prepara para estos inevitables
momentos buenos y malos a través de prácticas y de un pensamiento consciente
claro. Es probable que cada uno tome un rumbo distinto, personal, pero la
búsqueda real y noble de la verdad en la senda espiritual nos lleva a todos al
mismo destino final.
* * * * *
LIBERACIÓN
Hablar con nuestros Ángeles es
algo natural y gozoso, algo que ellos disfrutan tanto como nosotros. Siendo
así, ¿por qué no lo hace constantemente todo el mundo? El motivo es que debemos
encontrarnos con en ellos en su propia frecuencia, que es diferente de la
nuestra. Como no existe en el cuerpo físico, su vibración es más fina. Para
hablar con ellos, para comunicarnos, debemos salir de nuestro estado mental,
ordinario, el que se refiere a trabajos, relaciones, espacio vital, salud,
etc., para pasar a la Mente Superior. Para hacer eso debemos aprender a
desprendernos de ciertas cosas. Por eso debemos liberarnos.
Liberarnos de preocupaciones,
problemas y creencias negativas sobre el propio yo, os deja en libertad de
ingresar en el estado de claridad, neutralidad y amor incondicional que
caracteriza al reino angélico. Nos lleva a un sitio de perdón, para nosotros
mismos y para otros. Y resulta estupendo.
Los Ángeles están dispuestos a
asistirnos en la vida cotidiana, de modo que nuestras preocupaciones mundanas
no carecen de importancia. Por el contrario. Justamente porque son importantes
contribuyen a formar lo que sentimos sobre nosotros mismos, factor muy
significativo para la conexión angélica. Si estamos deprimidos, si nos sentimos
indignos o culpables, si albergamos sentimientos desdichados sobe otros, no
estamos en la mente superior. Para volar con los Ángeles necesitamos ir ligeros
de equipaje. Y para eso hay que purificar. Esto no significa que debamos ser
santos para hablar con nuestros Ángeles: sólo que debemos desechar el equipaje
mental y emocional que cargamos gran parte del tiempo.
Las técnicas de liberación te
ayudarán a desechar ese equipaje para que puedas conversar con naturalidad con
tus compañeros alados. También ayuda a poner claridad en la vida cotidiana y
tal vez descubras que tus cosas comienzan a marchar mejor y que te sientes más
feliz, menos tensa y más en paz contigo misma.
Existe un aspecto especial del yo
que, a veces, se dificulta la conexión con nuestros Ángeles. El yo en sí no es
malo, aunque ha adquirido una desagradable reputación en algunos círculos
espirituales. Es el yo quien se cuida de nuestros intereses; trabaja par
protegernos de la desilusión y la sensación de fracaso. Pero cuando no se
alimenta con amorosa autoconcepción, el ego desarrolla un aspecto negativo que
refleja la autocrítica y la sensación de valer poco.
Oímos en la cabeza esa voz
negativa. Es la parte que nos juzga; el veredicto es "culpable" o
"no lo bastante bueno". Nos compara (desfavorablemente, por lo
general), nos critica o regaña y nos impone patrones de perfección imposibles.
De lo contrario, nos halaga, tratando que nos sintamos mejor al buscar errores
en otros y culparlos por sus deficiencias. A veces la voz negativa habla en
primera persona: "No tengo remedio, jamás llegaré a nada". A veces
usa la segunda: "Pedazo de idiota, ¿para qué hiciste eso?". Es
imposible abrir el corazón cuando esa voz es la que maneja todo.
El mejor modo de ajustar cuentas
con esa voz negativa es prestarle atención. comienza reconociendo su existencia
simplemente: "Oh, allí está otra vez mi voz negativa". Como el niño
caprichoso que gimotea pidiendo atención, la voz negativa responderá
positivamente bajando su volumen. Una vez que hayas cobrado conciencia de ella
reconociendo su presencia, puedes empezar a identificar la negatividad que
albergas.
Para ayudarte a detectar focos de
negatividad, he aquí una lista de los temas que, según hemos descubierto,
surgen con más frecuencia, y algunas de las conductas que generan:
Falta
de valor
|
Miedo
a la intimidad
|
Duda
|
Abandono
|
Miedo
a la desilusión
|
Rechazo
|
Perfeccionismo
|
Resentimiento
|
Orgullo
|
Envidia
|
Ineptitud
|
Celos
|
Crítica
(de sí y de otros)
|
Culpa
|
Ira
|
Persecución
|
Odio
|
Vergüenza
|
Dolor
|
Culpar
a otros
|
Odio
por uno mismo
|
Deshonestidad
|
Sensaciones
de alienación
|
Privación
|
Necesidad
de dominio
|
Falta
de concentración
|
Ambivalencia
|
Pérdida
de tiempo
|
Indecisión
|
Fatiga
|
Aburrimiento
|
Depresión
|
Apatía
|
Codicia
|
Cuando hayas confeccionado tu
propia lista, ¿hay algo en ella que te sorprenda? ¿O los problemas te son tan
familiares que casi parecen viejos amigos? ¿Enemigos acaso? A esta altura
quizás experimentes somnolencia, aburrimiento o enojo; tal vez tu mente se
distraiga. Todas son señales de resistencia, ¡prueba de que estás en la pista
correcta! La resistencia se presenta cuando te enfrentas con problemas que te
ponen incómoda. Como tratar de evitar las cosas molestas es perfectamente
natural, no te reproches por desear dormir una siesta, dar un paseo o tomar un
barco de carga hacia China. Levántate, estira los músculos. Saca la cabeza por
la ventana para respirar lentamente varias veces. Luego vuelve a tu lista y
léela varias veces.
Cuando has identificado los
problemas de los que estés dispuesta a liberarte, emplea estas enseñanzas, ya
que esta liberación es un paso esencial para alcanzar el estado de apertura que
nos permite comunicarnos con nuestros Ángeles.
Por estar ligados con el suelo y,
por lo tanto, sujetos a la gravedad, nuestra vibración es más densa que la de
los Ángeles. Liberarnos ayuda a elevar nuestras vibraciones personales,
mediante la descarga de energías que han estado bloqueadas o retenidas en los
sistemas mental y emocional. Aferrarse a algo requiere esfuerzo y energía, y
nos impide recibir. Si estamos empantanados en la negatividad, no podemos
abrirnos a nuestros Ángeles. Cuando nos desprendemos de eso, liberamos la
energía que se puede aprovechar de maneras más productivas; así podemos recibir
la sabiduría y el amor que ellos nos traen.
Los recuerdos, sobre todo los
traumáticos, se almacenan en el cuerpo físico en un plano celular, así como en
el cuerpo de energía sutil. De hecho, tu cuerpo recuerda cada cosa que te haya
ocurrido en el plano físico: cada vez que te caíste del triciclo, te pillaste
los dedos con una puerta o te golpeaste la cabeza. Tu mente recuerda todo lo
demás, aunque gran parte se almacena en tu inconsciente.
Cuanto más vigorosa sea tu
respiración en los ejercicios de liberación, mejor descargarás la negatividad,
llevando vitalidad y gozo a todas tus células. Hay dos modos de hacerlo:
exhalando vigorosamente por la boca o resoplando por la nariz. Ambas dan
resultado; pruébalas y decide cuál te conviene.
Utilizar el sonido agrega una
nueva dimensión al proceso, al ayudarte a alinear los cuerpos físico y de
energía sutil, poniéndolos en resonancia. Puedes subir o bajar por la escala
musical hasta hallar un sonido o nota que te resulte cómodo emitir. Mantenlo
hasta que se te acabe el aliento, dejándolo vibrar por todo tu cuerpo; hasta
que puedas sentir que tu cuero cosquillea. Este uso de sonido se llama
"entonación". Estimula y abre el chakra de la garganta, que es el
centro de la comunicación del cuerpo y el sitio donde los Ángeles nos hablan.
Notarás que liberamos hacia la
tierra, utilizando el sistema de raíces que ya has practicado. A lo mejor te
preguntarás, en tu preocupación por la Madre Tierra, si hacerlo no está mal.
¿No es contaminar la tierra con nuestra basura, aunque sea en los planos mental
y emocional? Puedes estar tranquila, la Tierra recibe las energías que
desechamos, tal como recibe desechos tales como fertilizantes y turba. Se
descomponen en sus componentes más finos y se reciclan, para nutrirnos y engendrar
nuevo crecimiento.
Sensaciones y pensamientos tienen
una profunda influencia en la formación de todas las vidas; no merecen que se
les tenga miedo ni odio. Antes bien, deben ser respetados, reconocidos y
tratados como uno querría trata a cualquier cosa viva. En realidad, el modo más
positivo de encarar la liberación es con gratitud por todos tus pensamientos y
sensaciones, cualesquiera que sean. Buenos o malos, te han ayudado a llegar
donde estás ahora: preparándote a conocer a tu Ángel. Recuerda dar las gracias
a estos pensamientos y emociones antes de desecharlos. Dar las gracias es un
modo de expresar que aceptas su función y el propósito que han cumplido en tu
vida. Y esa aceptación es una parte vital de la capacidad de desechar.
Aún cuando hayas trabajado con
los puntos más importantes de tu lista, quizás descubras que algunos de ellos
vuelven a aparecer, posiblemente bajo astutas formas nuevas. No te desalientes.
La práctica lleva al lucimiento, y cuanto más practiques, mejor sabrás
identificar y desechar modos de ser ya inútiles. Si te has sentido indigna
durante toda tu vida, no es realista pretender librarte de todo eso en una sola
sesión. Sé amante contigo misma. No necesitas ser perfecta para comunicarte con
tus Ángeles. Sólo debes estar dispuesta a liberar una sola molécula del bloqueo
que arrastras, y el espacio que se vacíe será espacio suficiente para que entre
tu Ángel.
* * * *
DEBER CÓSMICO DE LOS ÁNGELES
Recuerda que cada uno de los
Ángeles tiene un deber cósmico y que es el de emitir la verdadera naturaleza de
su ser, para ayudarnos en el proceso de despertar.
Son formas de pensamientos
divinas que están cargadas con divinas intenciones, pero también están sujetas
a la energía que nosotros, consciente o inconscientemente, estamos
constantemente irradiando, lo cual significa que podemos cambiar su naturaleza
y paralizar su manifestación.
Hay muchos Ángeles que están
expuestos al riesgo de ser abrumados por nuestras proyecciones, pues la
conciencia colectiva está orientada hacia el conflicto, con una vibración que
tiende permanentemente hacia el desorden.
De modo que debemos estar siempre
alerta y ponernos de inmediato en acción para eliminar nuestros estados
mentales signados por el egoísmo, el hábito de juzgar a los otros, el
criticismo, el orgullo intelectual, la frialdad y la estrechez, como así tantos
otros que no es posible enumerar a todos.
Debemos oponernos a estos
defectos a través de la energía y el poder de la alegría, la alegría del Señor
que YO SOY, y permitir que el sentimiento de alegría se convierta en el estado
natural de nuestro ser.
Así, los Ángeles estarán en
libertad y la primera ley del universo - el orden divino - se convertirá en un
factor dominante de nuestras vidas.
* * * *
EL ÁNGEL DE LA GRACIA
El trabajo de estos Ángeles
consiste en entretejer el reino espiritual con el material. Ellos nunca
abandonan su tejido. Quienquiera que se les cruza en el camino es tejido a su
obra por un instante imborrable, experimentando el amor y la bondad de Dios.
La gracia llega como un don, sin
que se la llame para enriquecer o catalizar su vida.
El Ángel de la Gracia nos da el
poder de adquirir la libertad a través del compromiso. Al hallar a la persona,
a la tarea, al grupo o a la profesión que sean acertados, podemos liberar
realmente nuestras energías para ser más eficaces y estar más satisfechos con
nuestras actividades.
Una vez que conocemos nuestras
prioridades y metas, y nos dedicamos a ellas, concretamos nuevas posibilidades.
Esa dedicación puede liberarnos
de las imposiciones que hicimos propias en el pasado y puede permitirnos
desarrollar nuestros controles internos, al igual que nuestra capacidad para
auto disciplinarnos y bastarnos a nosotros mismos.
Si alguna vez has tenido un
momento de gozo en medio de tu dolor, sabes lo que es la gracia.
Cuanta más conciencia tengas de
estos Ángeles, más abierto estarás a sentir constantemente estos momentos de
gracia. Cuando elijas a este ser, abre el corazón y sonríe.
Te propongo que:
Busca un lugar tranquilo donde
puedas relajarte e intenta mantener tu mente en blanco.
Imagina que estás entada bajo una
luz suave y cálida. Siente como todo tu ser absorbe esta luz y se funde con
ella.
En el extremo de esta luz se
encuentra el Ángel de la Gracia y te dice que si puedes hablar con palabras de
colores, creando diálogos de arco iris; si conviertes y revistes con sonidos
armoniosos todo lo que tocas;
Si ves luz en todo lo que te
rodea hasta en ti mirando tu propio espejo;
Si puedes soñar con Ángeles y
Querubines y compartir tus sueños con todos;
Si agradeces al que está
equivocado por la enseñanza que te deja;
Si te guardas en silencio
celestial cuando otro pretende agredirte;
Las mejores noticias te llegaron
en este día, ya te convertiste en un Ángel.
* * * * *
PROGRAMACIÓN ANGÉLICA Nº 15
El Paraguas Angelical
Cuando quieras a tu Ángel
especialmente cerca de ti durante todo el día, abre tu Paraguas Angelical. Esta
visualización se puede utilizar cuando tienen en la mente un objetivo en
particular, como un examen o una entrevista importante, y deseas permanecer centrada
y serena. O cuando necesitas el consuelo de tener junto a ti a un amigo
querido.
1) De cara al Este, extiende tus
brazos hacia fuera y di: "Permanece conmigo, Ángel". Cierra los ojos
un momento e imagina a tu Ángel de pie detrás de ti; sus alas comienzan a
envolverte. Repite esta invocación de cara al Sur, al Oeste y al Norte. Observa
si al hacerlo detectas en tu cuerpo o en la atmósfera alguna sensación
especial.
2) Cuando hayas completado la
invocación hacia los cuatro puntos cardinales, siéntate y levanta los brazos,
con la palma de las manos hacia arriba. Imagina a tu Ángel de pie a tu espalda,
sosteniendo un paraguas grande con varillas hechas de oro. Aunque no hay tela
que cubra el armazón del paraguas, las varillas están conectadas por gotas de
luz dorada, de modo que te encuentras bajo algo parecido a una gigantesca
telaraña dorada, salpicada de rocío celestial.
3) A través de esta red de luz
caen unas gotas de luz blanca y dorada, que te rodean y te envuelven. Mueve los
brazos para sentir con más potencia los efectos de este paraguas. Mientras lo
haces, di: "Mi Ángel está conmigo". Repite esto tantas veces como lo
desees.
4) Cuando te levantes, percibe el
campo de energía creado por ese paraguas especial. Imagínalo suspendido por
encima de ti a medida que transcurra el resto de tu día.
En cualquier momento, durante la
jornada, puedes decir: "Acompáñame Ángel", y visualizar nuevamente le
Paraguas Angelical. A diferencia de los paraguas comunes, a éste no puedes
dejarlo olvidado en el autobús o en el cine.
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Publicado con el permiso de su autora : ALEXIS MUETTERKEN
Publicado con el permiso de su autora : ALEXIS MUETTERKEN
He quedado fascinada con la lectura de esta maravilla sobre los Ángeles!!! Cómo me gustaría sentir verdaderamente su presencia!!!
ResponderEliminarWaooo!!! En estos días era loque necesitaba leer y entender, Gracias!!!!!!
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